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INDIVIDUALISMO, COLECTIVISMO Y TOTALITARISMO


Enviado por   •  24 de Agosto de 2020  •  Ensayos  •  1.608 Palabras (7 Páginas)  •  451 Visitas

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I-Un conflicto más antiguo que la historia.

Con pocas excepciones, el ser humano ha existido, históricamente, dentro de una comunidad donde convive con otros seres humanos. Las relaciones desarrolladas entre este individuo humano, que se identifica como tal, y su colectivo, entendido como toda la comunidad, ha atravesado varias etapas a lo largo del tiempo. El resultado fue un choque constante y pendular entre dos perspectivas, aparentemente antagonistas, acerca de la raza humana, que denominaremos para una mayor familiaridad "individualismo" y "colectivismo".

Las batallas entre ellas se han librado, a veces, en el campo de la retórica y a veces en el campo de batalla. Sin embargo, a pesar del paso del tiempo y de las cataratas, tanto de tinta como de sangre, derramadas en pos de una u otra, el conflicto parece no tener una conclusión posible a la vista. Todo lo contrario, aparentemente al día de hoy, cuando vivimos en una de las etapas más conflictivas y divisivas de la historia occidental, está dialéctica se presenta más fuerte que nunca. Continuará así... hasta que comprendamos que individualismo y colectivismo no son mutuamente excluyentes, sino necesarios en igual medida. Necesitamos explicar esto de forma más extensa.

II-Interdependencia individuo/comunidad

Aldous Huxley afirmaba que, si bien desde el punto de vista de la biología somos animales sociales, filosóficamente solo podríamos llegar a ser semi-sociales, pues no resulta posible reducir utilitariamente a los individuos a meras fracciones, serviles a una comunidad superior, como es el caso de las abejas o las hormigas (y como los controladores del mundo moderno desean que sea también el caso con los humanos, como veremos más adelante.)

Es ciertos que los humanos vivimos en comunidades, pero no puede negarse que cada humano es un ser con una auto-percepción particular: un individuo. Al mismo tiempo, la realidad histórica dicta que el individuo, en las circunstancias que podríamos designar como "naturales", no lleva una vida de ermitaño, sino que convive, como ya dijimos, junto a otros individuos en comunidades. Esta convivencia le permite no solo alcanzar sus propias metas, sino también abocarse a la búsqueda de otras que resultarían inviables en soledad.

Pero, incluso existiendo naturalmente dentro de esos grupos que habitualmente comparten características particulares como la cultura, la lengua, etcétera, cada uno de nosotros no puede ser reducido a una mera parte indistinguible del todo, con la esperanza de que ese todo sirva para caracterizar a sus miembros de manera universal. Al contrario, serán las acciones de sus miembros las que caracterizarán a la comunidad.

Tanto el individuo como la comunidad pueden tener metas propias y separadas. Pero, en última instancia, ambos se necesitan mutuamente para poder alcanzarlas: el individuo no puede lograr sus metas personales sin el apoyo de una comunidad. La comunidad, a su vez, no puede lograr su meta principal, entendida como su propia existencia, sin colaboración del individuo.

Siguiendo a Giovanni Gentile, que afirma que "Estado (entiéndase como comunidad en este caso) e individuo son la misma cosa, términos inseparables de una síntesis necesaria", resulta seguro afirmar que tanto el individuo como la comunidad son elementos inherentes a la condición humana y, por lo tanto, el individualismo y el colectivismo no solamente no resultan mutuamente excluyentes, sino que se hallan superpuestos y son incluso necesarios de forma recíproca para su supervivencia.

III-Todo en su justa medida

Claro que esto no implica que no puedan surgir situaciones conflictivas en base a un desequilibrio en las prioridades que se otorga a una de las dos variables. Si bien es cierto que el equilibrio jamás será perfecto, en vista de la falibilidad humana, al traspasar cierto umbral se vuelve evidente que una de ellas comienza a operar en detrimento de la otra.

Cuando existe un exceso de individualismo, os individuos comienzan a abandonar su compromiso con la comunidad y se limitan a obrar exclusivamente en favor de sus propios intereses. También es posible que una gran parte de los individuos acabe subordinada y al servicio de una minoría de individuos selectos.

Cuando el colectivismo es excesivo, las metas de los individuos son subordinadas, de forma forzosa y abusiva, a las metas de la comunidad. En casos extremos, el propio concepto de individualidad puede ser abolido y los individuos se transformarán en meros medios al servicio de la comunidad.

IV-Toda acción tiene su reacción

Llamativamente, puede afirmarse que los propios desequilibrios en la dualidad individuo-comunidad siempre acaban "plantando la semilla" de su propia destrucción, creando condiciones sociales que, eventualmente, desembocarán en una reacción destructiva de sentido opuesto.

Cuando el individualismo impera, la ley del más fuerte se convierte en la regla principal de la sociedad. En este contexto, la ausencia de la comunidad para asistir a los individuos a alcanzar sus metas sólo permite que los más aptos (o, probablemente, los más inmorales) logren tener éxito, mientras los menos favorecidos acaban explotados y en la miseria, donde su individualidad tenderá a diluirse, en medio de una agrupación de pares igualmente miserables. Un signo inconfundible en este proceso será la progresiva pérdida de empatía, tanto por parte de la comunidad en general como por sus miembros en particular.

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