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Idea De Universidad De Karls Jasper


Enviado por   •  12 de Mayo de 2015  •  3.118 Palabras (13 Páginas)  •  201 Visitas

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JASPERS, Karl

The Idea of University

Peter Owen, London 1965[1]. (1ª ed. Berlín 1923).

Karl Jaspers es una de las figuras más representativas del existencialismo que, enraizado en la tradición alemana de pensamiento, rompe con el inmediato eslabón idealista. En su pensamiento, influyó Kant pero sobre todo Kierkegaard cuya obra le orientó hacia los problemas de la existencia. También tiene deuda intelectual con la fenomenología de Husserl, de quien admiró la precisión metódica, y de MaxWeber, en quien se ilustró sobre los límites del pensamiento científico y el aprecio por una filosofía que capte la concreta realidad histórica.

Su Idea de la Universidad se asimila a la de Newman, tanto por el rechazo de la concepción utilitaria de la Universidad, como por su distanciamiento de la pura racionalidad. Para comprender la idea de Universidad de Jaspers, y las funciones definitorias que le asigna, conviene hacerse cargo en primer lugar de su concepción del conocimiento: de cómo considera que la ciencia positiva y la filosofía nos hacen saber.

Las ciencias reflexionan sobre realidades exteriores a nosotros, observables y universalmente comunicables. La veracidad de sus conclusiones es independiente de su aceptación por mí —por un sujeto— en un momento determinado. Además, el saber científico nos lleva a seguir un desarrollo metódico, mediante el que alcanzamos un conocimiento consistente. Nos ofrece, pues, un recorrido seguro en nuestro acceso al saber.

La ciencia, de todos modos, no es autosuficiente en el logro de sus objetivos. Siempre parte de hipótesis que, mientras no sean comprobadas, deben tenerse como tales; y el método científico nos obliga a mantener las conclusiones a las que podamos llegar, pendientes de la verificación de aquellas hipótesis. Las hipótesis de la investigación científica son con frecuencia intuiciones exteriores al ámbito de la propia ciencia. Además, la ciencia siempre utiliza herramientas previas a ella, por ejemplo las reglas lógicas, que deben ser aceptadas como punto de partida si se quiere arribar a buen término.

En cuanto al fin del saber científico, puede decirse que se busca por sí mismo, en cuanto que sacia parcialmente el afán de verdad. La investigación científica no necesita buscar su justificación en producciones útiles, en la técnica, sino que es valiosa por sí misma. Sin embargo, nunca puede buscarse en la ciencia empírica el sentido completo de la existencia. Jaspers opina que es más peligrosa para el hombre una weltanschauung construida sobre la ciencia que otra construida sobre mitos; esta última, cuanto menos, abre al hombre un camino a la trascendencia, supera la visión meramente materialista del cosmos.

La filosofía es más y menos que la ciencia, para Jaspers. Es menos, puesto que no goza de su estatuto epistemológico, sus conclusiones no son empíricamente verificables, y no son universalmente comunicables. Es más porque lleva al conocimiento al borde del conocimiento mismo, responde a la más profunda ansia del hombre de alcanzar la verdad, y compromete la propia existencia para vivir de acuerdo con la verdad descubierta. De todos modos la verdad de la filosofía se movería en el campo de la parcialidad y provisionalidad, en el campo de la certeza y la aceptación personales, de la creencia. Esta visión podría ser confrontada y discutida, pero nos atendremos a exponer las ideas jasperianas. Jaspers repite con frecuencia expresiones como que nadie puede afirmar poseer toda la verdad. En la misma longitud de onda del conocimiento filosófico, sitúa la teología, pero sobre ello volveremos más tarde.

La, llamémosle así, debilidad no la sitúa Jaspers en la verdad, sino en el conocimiento. Su posición hacia la verdad no es relativista, sino existencial. No da categoría de absoluto al conocimiento porque nunca es conocimiento del Ser, ni siquiera en la teología. Siempre versa sobre concreciones y visiones parciales del mismo. No obstante nuestra ansia de conocimiento responde a una necesidad vital: anudarla multitud de realidades externas con la experiencia de unidad innata al hombre. Es una necesidad que da cuerpo a la idea de Universidad.

La Universidad es para Jaspers una comunidad de sabios y estudiantes dedicados vitalmente a buscar la verdad. En torno a este enunciado formula los objetivos que son propios de la Universidad, anatematiza sus deformaciones, ofrece soluciones a problemas concretos y traza posibles líneas de desarrollo futuro. Llega a situar la existencia de la Universidad —de un lugar donde buscar incondicionalmente la verdad— en el terreno de los derechos humanos. La Universidad tendría en esta visión tres objetivos acomunados e inseparables: investigación, educación y cultura.

La investigación supone un trabajo esforzado, siguiendo metodología rigurosa, e impulsado por una "conciencia intelectual" que lleva a continuar el empeño a pesar de las dificultades que se presenten, o a cambiarlo de orientación cuando no parezca conducir a los resultados deseados. Pero los principios que guían la investigación —ideas, intuiciones— surgen de la visión vital del científico. La investigación en una ciencia no se hace fecunda cuando se desarrolla —excepto para cuestiones muy particularizadas— en institutos especializados, sino cuando se produce en relación con las otras ciencias: este ambiente se encuentra en la Universidad.

Respecto a la educación, considera diversos modelos: La instrucción escolástica, que miraría a transmitir un contenido objetivo de la tradición, como en la educación medieval o en el modelo racionalista; el pupilaje, basado en la confianza personal en un maestro, y en la experiencia de éste; y la educación socrática. Para la Universidad sólo considera deseable el modelo socrático: el maestro y el alumno se plantean conjuntamente el empeño vital por alcanzar la verdad; el maestro debe impulsar al alumno para que fomente su propio desarrollo, que no puede producirse por una mera acción exterior. El maestro ofrecerá aliento y estímulo, pero debe ser cada uno quien realice su propio camino intelectual. En este punto nos parece de interés hacer referencia a un ensayo sobre la educación en Jaspers, escrito por Millán Puelles[2]. Allí, estudiando el conjunto de la producción del filósofo, arguye que, si bien su visión de la educación participa de la valoración de la persona del educando, y rechaza la actuación educativa sobre él al modo de la manipulación de un objeto, sufre de la debilidad que el pensamiento jasperiano atribuye al acceso de la filosofía a la verdad.

La educación socrática que Jaspers postula no es de enfoque igualitarista: la relación

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