“LAS DECLAMACIONES Y SÉNECA EL VIEJO” y “POESÍA «MENOR». SIGLOS III Y IV D.C.”

Universidad Nacional de Costa Rica.

Facultad de Filosofía y Letras.

Curso: Literatura Latina

Profesora: Grethel Ramírez Villalobos.

Reseñas sobre:

“LAS DECLAMACIONES Y SÉNECA EL VIEJO” y “POESÍA «MENOR». SIGLOS III Y IV D.C.”

Estudiante: Antonio Cisneros Saborío.

Fecha de entrega: 08 de noviembre del 2018.

LAS DECLAMACIONES Y SÉNECA EL VIEJO.

1. La declamación 

Se relata que a partir del siglo II a.C.  en Roma una de las actividades que tuvo un gran auge en su desarrollo fue la oratoria, sin embargo, su decadencia ocasionó una gran consecuencia como lo fue la pérdida de libertad política que trajo consigo la caída de la república de Roma. Con el régimen establecido por Augusto en su tiempo de gobernador, dejó considerables cambios con respecto a la oratoria del periodo republicano ya que en este tiempo republicano el género se sustentaba de los polémicos debates que sucedían en el foro donde se discutía sobre posturas políticas y apasionados enfrentamientos, entonces los propicios cambios históricos y sociales de ese momento hicieron que la oratoria creciera en gran dimensión, no obstante, estos cambios propicios llegaron a desaparecer, lo cual era un problema puesto que estos cambios favorables eran los que mantenían viva la práctica de la oratoria por lo tanto se tuvo que trasladar a las escuelas como un sistema de entrenamiento oratorio. Por haberse perdido el requisito indispensable (la libertad) para mantener viva la práctica de la oratoria hizo que buscara refugio en las escuelas de retórica en Roma, la fama que obtuvieron estas escuelas fue debido a la exclusión de los discursos forenses y políticos de la época republicana a un segundo plano, abriendo el paso a la oratoria. La oratoria se definió como declamación cuando pasó a ser una táctica utilizada en ejercicios formales de oratoria. En relación con las escuelas retóricas, Juan Lorenzo menciona que “el alumno, al terminar la fase de preparación, se dedicaba a preparación de discursos ficticios sobre cuestiones generales o casos concretos que le eran asignados por su preceptor y que él debía desarrollar siguiendo las reglas de disposición de las partes” (507), es decir, debía asumir el papel de acusador o defensor según fuera su caso para poder así mostrar su gran talento de oralidad. El propósito principal del declamador era conseguir deleitar a los oyentes y que así ellos le dieran su aprobación.

        El viejo Séneca es uno de los ejemplos que se puede utilizar para ver cómo eran las declamaciones y las actividades en las que se desarrollaban los declamadores, pues fue uno de los que participó activamente en la vida social y literaria de la ciudad de Roma.

2. Séneca el viejo. Vida

        Se dice que Séneca nació en una familia de categoría ecuestre en Córdoba, Bética, permaneció ahí hasta que se concluyeron las guerras civiles, después de esto se estableció en Roma. Séneca en uno de sus libros menciona que había tenido la oportunidad de escuchar a los más famosos oradores, excluyendo de estos a Cicerón puesto que en ese tiempo se encontraba en Córdoba, con esto se le establece una posible fecha de nacimiento, sin embargo, no es segura, de esta forma tampoco se tienen datos sobre la muerte de este orador.

        Entre los 14 o 15 años seguramente Séneca se fue a vivir a Roma, una vez establecido ahí fue aceptado en una escuela de retórica del hispano Marulo en la que también asistía su amigo Latrón quien lo acompañó en el viaje de Córdoba a Roma. Su interés por completar su formación como declamador hizo que escuchara a los prestigiosos declamadores, por eso su comentario en una de sus obras, de estos declamadores fue de quienes aprendió los sistemas de razonamiento.

3. Obra

        Sobre la actividad literaria de Séneca se dice que se fundamentó en la historiografía y la declamación, las obras de ambos géneros circularon con suerte diferente en cuanto a su conservación y trasmisión. Una de sus más importantes obras fue escrita años antes de morir, esto al parecer fue después de la muerte de Augusto, puesto que sus hijos (de Séneca) se lo solicitaron. La obra es una antología que proporciona información sobre la modalidad declamatoria y sobre sus máximos exponentes en aquella época de esplendor. Dicha obra llamada Oratorum et Rhetorum sententiae, divisiones, colores, era constituida por 74 controversias las cuales fueron distribuidas en 10 libros, de estos solo se conservan 2.

        Los títulos de las 74 controversias revelan que los declamadores antiguos tenían un gusto poco variado, temas que raras veces se trataba de hechos históricos. Discurren sobre temas corrientes de la vida como hijos, madrastras, piratas, etc. Todos los temas relacionados con piratería puede que se hayan presentado como origen en Grecia. En los debates en donde se presentaba el declamador ya sea que fuera el acusador o el defensor, se basaban en leyes que en su mayor parte provenían de origen griego, muy pocas veces se adaptaban a las leyes romanas que estaban en vigencia.

         En cuanto a la estructura de la obra retórica de Séneca, se establece que el posiblemente el prefacio como un tipo de prólogo general para las 74 controversias. Séneca en él lo que hace es explicar las razones por las cuales el escribe dicha obra, cierra el prólogo anunciando que va a escribir la primera controversia de lo que recuerda sobre el clamor del joven amigo Latrón.

4. Interés de la obra

        Gracias a la obra que llegó de Séneca se conoce una gran cantidad numerosa de declamadores tanto por su nombre como por sus retratos, asimismo sobre los maestros de retórica más famosos. Los prólogos de manera considerable contienen información literaria sobre los declamadores de la época agustina, sin embargo, la información proporcionada en ocasiones no permite ir más allá con el declamador que menciona Séneca, aunque también hay veces en las que el mismo Séneca por informaciones directas que da de manera explícita se puede establecer una opinión sobre las técnicas, gustos y tendencias de estos declamadores.

        El interés que surge a partir de la obra de Séneca es porque se considera como la única fuente de la que se puede obtener información sobre el género retórico de la declamación, puesto que fue una actividad que tuvo un gran crecimiento en los primeros años del imperio romano. Como bien menciona Juan Lorenzo “a partir de los datos extraídos de los prefacios y otros pasajes de la obra de Séneca sabemos que las controversias, en su desarrollo técnico, seguían el esquema tradicional de un discurso oratorio del periodo clásico” (513), por lo tanto, es un pilar fundamental para el estudio de otras obras relativas a la declamación, no en todo su contenido puesto que todas tienen aspectos originales añadidos por su declamador, y asimismo marcar la diferencia que existía entre la oratoria y la declamación.

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