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La Ciudad Y El Hombre De Levi Strauss


Enviado por   •  10 de Marzo de 2014  •  1.712 Palabras (7 Páginas)  •  362 Visitas

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L. Strauss: La ciudad y el hombre

A través de tres extensos y minuciosos comentarios sobre las obras de los clásicos Levi Strauss hace una llamada al retorno a la filosofía clásica, a la polis griega y a su filosofía política . De algún modo presenta esta vuelta a lo clásico como solución a la crisis de Occidente. La crisis es esa que arrastramos desde la revolución científica y que por azar o por ley natural devino en sociedad industrial y en capitalismo. Partiendo, si, de principios liberales. Crisis ya vaticinada por Nietszche, aunque es Kant quien marca las reglas y Weber quien mejor lo explica. A Heidegger y a Marx los dejamos fuera. Sin embargo, Strauss habla de una crisis de Occidente que se manifiesta con el nazismo y el comunismo; a la que parece ser ajeno el liberalismo o el resto de planteamientos afines. Se podría derivar de esto que esa crisis a la que alude Strauss tiene que ver con los sistemas totalitarios. Y en tanto que totalitarios se alejan más de esa idea de ciudad-estado donde la democracia se da de modo natural impulsada por la buena voluntad como mayor virtud.

I. Sobre la Política de Aristóteles.

Strauss parte de la distinción entre naturaleza y convención para explicar cómo las leyes son convenciones y, precisamente por ello, se deben a cierto tipo de azar. Introduce la Historia, como proceso de desarrollo de lo humano para elevar a la filosofía política de la ciudad-estado, propia de la polis griega, sobre la filosofía política moderna que ha perdido el sentido de la totalidad.

Así, tenemos la política conectada con la naturaleza a través de los hombres, el ser más elevado, y que realiza su unión con otros hombres a través del pensamiento puro, de la razón. Aristóteles define la filosofía política como la búsqueda del mejor régimen político, por naturaleza, en todo lugar y toda época; y presenta a Sócrates como el primer político ya que es el primero en preguntar por las esencias. Por las cosas primeras en sí. Lo justo y lo noble por naturaleza, o la naturaleza de lo justo y lo noble. En definitiva ¿qué es la polis? Y ¿qué es lo político?. Pues como ya he señalado, para Strauss la polis griega es el estado natural del hombre. La ciudad-estado se corresponde con la idea actual de cultura. De este modo realiza la conexión del mundo antiguo con la cultura moderna. El espíritu de Occidente permanece dentro de ese todo que es la cultura y que la razón instrumental ha diluido hasta quedar difuminado, borroso o incluso disuelto en la filosofía política moderna.

Mientras que lo propio de la modernidad es precisamente la adecuación de la naturaleza al hombre (la ciencia moderna); para los clásicos lo es la adecuación del hombre a la naturaleza. La prudencia de Aristóteles corresponde a la virtud moral y, en definitiva, a la buena voluntad. El hombre tiene dos fines por naturaleza: la comprensión teórica o la filosofía, y su vida social. Para alcanzar el primer fin no necesita valerse tanto de la virtud moral, pero si para alcanzar la mejor relación social . La buena voluntad, base de la virtud moral, es el elemento clave para alcanzar vivir en el mejor régimen político.

Según Strauss Aristóteles no logra decantarse por una democracia o por un gobierno oligarca. Depende de los vicios y virtudes de los hombres, así como de sus capacidades y aptitudes. En cualquier caso el buen funcionamiento de la ciudad depende de la buena voluntad de los hombres. Una buena voluntad que es natural al hombre. Un hombre que forma parte de la ciudad, que es la ciudad. Y una ciudad, por tanto, que es natural al hombre. Una ciudad-estado que incluye lo urbano y lo rural.

Remontarnos a los griegos para plantearnos qué es lo justo por naturaleza, supone obviar unos pocos miles de años de pensamiento y acciones humanas; para al final acabar concluyendo que Occidente es la cultura más elevada, integradora, racional, y cercana a los valores absolutos propios de cualquier teología. Los exportadores de democracia tienen sus propios ideólogos. El argumento final es el de siempre: la sabiduría paternalista. “Lo hacemos por tu bien, lo que pasa es que no lo ves, pero al final nos lo agradecerás”. África, América Latina, Oriente Medio, el Sudeste Asiático, y todas las diferentes culturas y pueblos que se han ido extinguiendo, o que han sido exterminadas bajo el signo del espíritu Occidente, pondrían reparos a los planteamientos del señor Strauss.

II. Sobre La República de Platón.

En el caso de La República, también queda abierta para Strauss la cuestión entre oligarquía y democracia. Señala, remitiéndose a Cicerón que en esta obra no se revela el mejor régimen político, sino la naturaleza de lo político.

El tema de esta obra es la justicia, discutiéndose con la ironía socrática como base diferentes ideas como que la justicia

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