La Interculturalidad En La Educación Primaria.
ZujeyCeras11 de Junio de 2015
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Introducción
En el siguiente ensayo abordaremos el tema de la interculturalidad y el papel que juega en la formación del alumno de edad primaria. Lleva un enfoque hacia el desarrollo cultural, basado en la vivencia de la cultura, de tal forma que le permita al alumno desarrollar una conciencia humanista fundada en el amor, el respeto, la aceptación, la inclusión y tolerancia hacia los demás.
Las bases fundamentales de la educación intercultural, que se ve más necesaria y ausente, que reflejada en la realidad mundial, debe partir de nuestra realidad inmediata y esa realidad inmediata, son los centenares de niños que año con año, llenan nuestras aulas, ávidos de conocer, de generar, inventar y crear. Son con ellos con los que podemos comenzar a crear una mentalidad, que en el futuro marcará la diferencia.
Si bien, es esencial tomar como referente la realidad y problemática mundial para así, poder obtener una perspectiva amplia de las miserias, injusticias, descontrol y manipulación de los que somos objeto la humanidad, emancipada por sus gobiernos o líderes de opinión, para que por esta observación se permita la construcción de modelos educativos, que den solución a esas centenares de exigencias que el nuevo mundo ocupa.
No se trata de desligar la realidad global de la realidad inmediata del alumno, si no por el contrario, ligarlas desde los primeros años, para así sembrar en ellos las bases necesarias para apropiarse de la educación intercultural. Esa educación que permite crear, coexistir en armonía y hasta cierto punto la realización del ser humano, tomando como referente uno de los pasos de Maslow que señala que todo individuo para alcanzar la realización personal debe como primer paso aceptarse tal cual es, para de esta manera comenzar a aceptar a los de más.
Maturana dijo: “Amar a un ser humano es brindarle la oportunidad de ser escuchado con profunda atención, interés y respeto; aceptar su experiencia sin pretender modificarla sino comprenderla; ofrecerle un espacio en el que pueda descubrirse sin miedo a ser calificado, en el que sienta la confianza de abrirse sin ser forzado a revelar aquello que considera privado, es reconocer y mostrar que tiene el derecho inalienable de elegir su propio camino, aunque este no coincida con el tuyo, es permitirle descubrir su verdad interior por sí mismo, a su manera, apreciarlo sin condiciones, sin juzgarlo ni reprobarlo, sin pedirle que se amolde a tus ideales, sin exigirle que actúe de acuerdo con tus expectativas, es valorarlo por ser quien es, no por como tu desearías que fuera, es confiar en su capacidad de aprender de sus errores y de levantarse de sus caídas, más fuerte y más maduro, y comunicarle tu fe y confianza en su poder como ser humano”.
Es por eso, que el siguiente trabajo va enfocado a la necesidad de acercar a todos los pequeños, por medio del trabajo en el aula, en la resolución de conflictos y el enfrentamiento directo a situaciones que a veces se le saldrán de control, pero que no por eso, no podrá realizarlas de la manera más óptima y con mayor aprendizaje al momento de solucionarlas. Hay que darles herramientas y técnicas de solución. Esa debe ser nuestra misión, enseñar al educando a solucionar problemas y sobre todo a cuestionar las opciones para, si no lo satisfacen crear nuevas técnicas de solución.
Se trata de que el alumno comprenda que la realidad es más maravillosa que la ficción y que vivimos en constante cambio y que poco de esto es inmutable, además debemos situarlo en su realidad, somos una pequeña parte de un tapete multicultural enorme, lo que nos ofrece millones de maneras de actuar y de pensar. Debe reconocer que es una exigencia actual desarrollar una conciencia reflexiva, para así poder permitirse llegar a la pronta solución del problema que se le presente. Se invita a desarrollar pequeños congruentes con sus actos y su forma de pensar. Y que el papel de nosotros como formadores sea ayudarles a crear esa conciencia analítica, que le permita cuestionar la realidad en la que se desarrolla.
1.- ¿Intercultural, en las aulas de la escuela primaria?
“Adaptar la enseñanza a un concepto dado de vida es el objeto de la pedagogía.”
En la praxis del maestro de primaria, nos encontramos con grandes incógnitas y retos, sobre, cómo hacer del niño un ser libre, autoconsciente de sus capacidades, de sus aportaciones y de que sus acciones, dentro del aula, repercuten en su realidad más cercana.
Es bien cierto que el niño como ser social es un ser colectivo, en cuanto a las actividades realizadas en su entorno familiar y social, pero en cuanto a la formación de este en el aula; el profesor enfrenta dos realidades: el niño como ser individual y el niño como ser colectivo, es tan común fomentar en él las capacidades individuales, dejando de lado varias veces, las colectivas, ya que el modelo educativo actual influenciado por el régimen capitalista y la globalización, provoca que en las escuelas la educación sea mecanizada, para que los educandos sigan patrones de conducta establecidos hacia el capital humano.
Tanto las escuelas privadas, como las públicas, se enfrentan a una realidad bastante palpable: el modelo educativo es casi una especie en extinción, debido a que los maestros, en su mayoría, aportan conocimientos al menor con un modelo educativo de hace 100 años y se encuentran en la disyuntiva de entrar a la modernidad o seguir sepultando a los niños en conocimientos sin trasfondo, conocimientos poco prácticos y nada vivenciales.
Lejos de enfrentarlo y enseñarle a pensar y reflexionar sobre cómo hacer que la información acumulada en centenares de libros y archivos electrónicos, que su mente recibe constantemente, sea un conocimiento práctico, activo, útil, que logre hacerlo participe en su aquí y ahora, sin despreciar el valor de las experiencias de la sociedad que lo rodea actualmente y en épocas pasadas.
Con la implementación del trabajo colaborativo podremos hacer un niño más despierto, consciente, tolerante, con apertura y aceptación de lo diferente y sobre todo capaz de reconocer que todas las acciones que este hace en beneficio de otros, también traen consecuencias positivas en él como persona, o viceversa. Sin dejar de lado el individualismo, reducido a la valoración de él, como sujeto de conciencia libre, con diferencias que engrandecen, y efectivizan el trabajo, ya que al hacerlo con ayuda de otros, el conocimiento compartido hace de él, un niño más humano y capaz de discernir entre lo justo y lo injusto.
Es aquí donde comienza el papel de la cultura, ya que, esta presta unidad de grupo e integra a las personas en un todo colectivo, además de que cumple varias funciones, tales como:
• Expresar emociones.
• Deseos.
• Diversos modos de sentir el mundo.
• Señala valores.
• Da sentido a ciertas actitudes y comportamientos.
• Permite preferencias y elección de fines.
De aquí, parte la necesidad de crear niños que se comunican e interaccionan entre diversas personas y grupos, sin creer que están por encima del otro, favoreciendo en todo momento la integración y convivencia entre diferentes formas de pensar y actuar, que con el paso de los años se transformarán en adultos interculturales, adultos que establecerán relaciones basadas en el respeto a la diversidad y el enriquecimiento mutuo.
Lastimosamente esta utopía, no está exenta de conflictos, los mismos que hacen que lograrla sea una tarea ardua, constante y bien encaminada; para poder resolver los conflictos mediante el diálogo, la comunicación y la escucha mutua.
Es importante aclarar que la interculturalidad no se refiere tan solo a la interacción que ocurre a nivel geográfico, sino más bien, en cada una de las situaciones en las que se presentan diferencias. Lograrla no es un proceso fácil y mucho menos corto, por lo que debe ser paulatino, guiado con el ejemplo, comenzando desde la primera infancia, partiendo de la realidad inmediata del educando, para así, ir conformando al pequeño poco a poco dentro de los moldes de un ambiente intercultural.
Comencemos de lo concreto a lo abstracto, tomando como referencia la relación del grupo dentro del aula escolar, puesto que el primer “pinino” de la interculturalidad, parte de la relación del alumno con sus compañeros de clase y la aceptación que éste tiene por las diferencias que existen entre ellos, ya sean religiosas, sociales, familiares, etc.
2.- El sujeto individual, dentro de la colectividad.
Debemos partir de la concepción de algunos autores sobre lo qué es el sujeto y sus interacciones, para de esta manera formular una definición más concisa que permita mayor apego a la formulación de este ensayo.
Para autores como Hegel o Marx el sujeto es una especie de resultado autoconsciente que se ve definido por los procesos sociales, económicos, psico emocionales, substanciales y conceptuales pues al considerarlo más allá de cualquier esencia o materia el sujeto una vez definido así mismo, es capaz de razonar y encontrar no solo el sentido, sino el fin a cada una de sus acciones y de cómo estas a lo largo de su evolución histórica, personal y social logra ser un ente libre capaz de pensar y razonar sin que esos signos sean forzados sino que provienen de su propia y original naturaleza viviente.
Para el diccionario de las ciencias de la educación sujeto es: el ente capaz de conocer el mundo que lo rodea para determinar la actividad que desea realizar y hacer el discernimiento de las consecuencias de sus acciones.
Con todo lo anterior se puede deducir que la definición
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