ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

La Problemática Axiológica


Enviado por   •  10 de Noviembre de 2014  •  Trabajos  •  2.450 Palabras (10 Páginas)  •  444 Visitas

Página 1 de 10

La Problemática Axiológica

Vamos a entrar ahora al estudio de la problemática axiológica, la cual nos conecta con una disciplina o rama de la Filosofía muy importante llamada Axiología, palabra que viene del vocablo griego axios, que significa “valioso” o “digno”, y la palabra logos, que podemos traducir, en este caso, como “estudio”, “tratado” o “teoría”, por lo tanto, Axiología puede definirse, en términos generales, como la rama de la filosofía que se dedica a reflexionar sobre los valores.

Como vamos a ver, entre los problemas que aborda la Axiología o teoría de los valores, figuran el de saber qué es el valor mismo, cuál es su esencia, si realmente los valores existen y qué tipo de existencia tienen; el de saber si es posible conocerlos y realizarlos para acceder a un mundo mejor; en fin, saber cuáles son los valores superiores y cuáles los inferiores y en qué se basa esta clasificación, etcétera.

Como podrás darte cuenta, vivimos en un mundo regido por valores, no obstante que muchos de ellos no se cumplen y que tal vez se nos antoje que jamás lleguen a cumplirse. No nos referimos, ciertamente, a los valores económicos a los que entran en juego en la “bolsa de valores”; nos referimos, más bien, a aspecto como: la belleza, el bien, la verdad, la justicia, la salud, la paz, la democracia, el amor, etc. Todo eso se designa como “valores”, y, otras veces, en el ámbito del lenguaje coloquial o cotidiano se hablaría de: “lo máximo”, “lo ideal”, “lo más padre”, “lo supremo”, “lo súper”, etc. De modo que muchas veces decimos que fulano es una persona que tiene muchos valores, o, por el contrario, que mengano es un ser que no tiene ni “pizca” de valores. Es decir, lo que aquí estamos haciendo es lo que los filósofos llamaban “juicios de valor”

Seguramente has observado que vivimos en un mundo lleno de progresos materiales, de adelanto técnicos, que en otros tiempos sólo parecían lejanos sueños o utopías: teléfonos, unicelulares, cables, ferrocarriles, metros, carreteras, vías aéreas, satélites, cohetes espaciales, computadoras, ondas de sonido, etc., lo que nos ayudan a vivir con gran comodidad y a resolver múltiples problemas. Sin embargo, seguimos inconformes y tal vez decepcionados porque los valores no han progresado a la par de estos espectaculares logros materiales que la humanidad ostenta. En el terreno de los valores, como dice un filósofo, “hay un campo por arar, una cosecha por recoger, tesoros por descubrir, recursos por movilizar, energía por liberar, que bien puede compararse con los de la naturaleza material”.

Así, pues, vivimos en varios niveles de épocas. En lo que se refiere a nuestro mundo moral, a nuestro mundo sentimental –a diferencia de nuestro mundo científico y técnico-, estamos aún en una edad de piedra: “odiando y amando, envidiando y deseando tan primitivamente como el hombre de las cavernas y rompiendo de tiempo en tiempo, con inaudito salvajismo, el barniz de nuestra civilización”. Hemos aprendido a controlar la naturaleza antes de haber aprendido a controlarnos a nosotros mismos. El mundo de los valores nos parece, ahora, en medio de tantas crisis y corrupciones políticas y sociales, como una esperanza, como una llave mágica que nos abrirá la entrada a un mundo menos despiadado e injusto.

Los problemas fundamentales de la axiología

Los filósofos de los valores no se van a dedicar a inculcar ciertos valores, sino más bien analizarlos, a reflexionar sobre su naturaleza, sobre la posibilidad de conocerlos y realizarlos. De esta manera, se plantean una serie de problemas, tales como, ¿son los valores objetivos o subjetivos?; ¿dependen de nuestro de nuestro modo de ser y de percibir las cosas?; o ¿son en “sí y por sí”, independientes del sujeto que los capta?; ¿cómo se captan realmente los valores?, ¿por el intelecto, por el sentimiento, por la intuición?...

El problema sobre la naturaleza de los valores

Es menester ahora explicar sucintamente cada uno de estos problemas viendo cuáles son los argumentos y las soluciones que aportan cada uno de sus representantes.

El problema sobre la naturaleza de los valores plantea la siguiente interrogante: ¿qué naturaleza tienen los valores? Para la solución de este problema vamos a encontrar dos disposiciones antagónicas y al parecer irreconciliables: el objetivismo y el subjetivismo axiológicos.

Para el objetivismo, el valor tiene una naturaleza o modo de ser objetivo, pues existe independientemente de un sujeto o de una conciencia valorativa, mientras que el subjetivismo sostiene que el valor debe su existencia, su sentido o su validez a reacciones ya sean fisiológicas o psicológicas del sujeto que valora; veamos más de cerca estas dos tendencias:

El objetivismo y el subjetivismo de los valores

Según el objetivismo, el sujeto no es necesario para la captación de los valores, ya que éstos existen en sí y por sí, con independencia del sujeto. Como dice Max Scheler (1875-1928) –representante del objetivismo- el asesinato siempre es malo, sin necesidad de que alguien lo repruebe como tal.

Para el objetivismo los valores son independientes de los bienes o cosas valiosas y de los sujetos que los valoran. La naturaleza del ser humano, sus cambios a lo largo de la historia, el fluir constante de las preferencias, las vicisitudes de los deseos, deja a los valores intactos e imperturbables.

A diferencia del objetivismo, el subjetivismo axiológico sostiene que el sujeto es esencial o imprescindible, en toda valoración, pues si no existe un sujeto encargado de valorar las cosas, el valor, simplemente, no es posible. En lugar de decir, como el objetivismo, que los valores son en sí y por sí, el subjetivismo dirá que los valores son para mí (en cuanto sujeto que valoro). Podríamos decir que el subjetivismo resucita la antigua frase de Protágoras: “El hombre es la medida de todas las cosas”. Para el subjetivismo no podemos hablar de valores fuera de una valoración real o posible. En efecto, ¿qué sentido tendría la existencia de valores que escaparan a toda posibilidad de ser apreciados por el hombre? ¿Cómo sabríamos que existen los valores si estuvieran condenados a mantenerse fuera de la esfera de las valoraciones humanas?

Por su parte, el objetivismo afirma que es cierto que la valoración es subjetiva, pero es indispensable distinguir la valoración del valor y el valor es anterior a la valoración.

Si no hubiera valores, ¿qué habríamos

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (15 Kb)  
Leer 9 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com