La Republica De Platon, Libro Segundo

La República, de Platón.

LIBRO SEGUNDO.

En este libro Glaucón y Adimanto amigos de Sócrates, realizan conjuntamente un alegato debido a que estos dos a diferencia de Sócrates aunque son partidarios de la justicia, piensan que la injusticia es más práctica.

Glaucón no se ha podido dar por satisfecho con lo que se ha dicho por una y otra parte en pro y en contra de la justicia y la injusticia porque ningunas de las partes ha probado nada. Él quiere saber cuál es la naturaleza y que efecto producen ambas inmediatamente en el alma, sin tener en cuenta ni las recompensas que llevan consigo ni tampoco ninguno de sus resultados, buenos o malos. Para fundamentar su posición en este debate inicialmente dirá lo que es la justicia, según la opinión común, y en donde tiene su origen. Enseguida mostrara que todos los que la practican no la miran como un bien, sino que se someten a ella como una necesidad. Y por último mostrara que tienen razón de obrar así, porque la condición del malo es más ventajosa que la del justo.

Glaucón argumenta que según la opinión común, se dice que es un bien en sí cometer la injusticia y un mal el padecerla, pero resulta mayor mal en padecerla que bien en cometerla. Los hombres han sufrido y cometido injusticias desde siempre, pero llego un día en que los hombres que no eran fuertes ni para unirse ni para enfrentarse, crearon las leyes para combatir. Desde esos momentos llamaron ley y justo a lo que la ley prescribe. En este contexto la justicia es aceptada no como un bien, sino como algo que se respeta por temor a la ley. Pero además la justicia se considera no como un bien en sí mismo sino como una obligación, es decir, como algo que se hace en contra de la voluntad. Basándose en el mito de Gijes, muestra como no existe persona alguna, de convicciones tan firmes, como para preservar en la justicia si realmente tuviese una poder como el de Gijes. Ello implica que nadie la valora como un bien en sí mismo. El gran mérito de la injusticia consiste en parecer justo sin serlo. También expone que el injusto sería tan feliz como el justo miserable, ya que el injusto es hábil, listo, rico, pero el justo es generoso, sencillo y débil.

En este momento interviene Adimanto, comienza citando a dos poetas griegos Homero y Hesíodo, quienes alaban la justicia no por si misma sino por la consideración moral que acompaña a quienes la ejercen los cuales obtienen siempre prestigio, reputación y uniones honrosas. También estos dioses fundamentan religiosamente la validez de quienes afirman que los dioses colman de bienes al justo y llevan al injusto al infierno. Sin embargo Adimanto citando otros poetas afirmar que los dioses han enviado calamidades y vida miserable a muchos hombres buenos y suerte contraria a quienes no lo habían sido. Y los adivinos convencen a los ricos

...