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La necesidad de resolver los problemas de educación ambiental


Enviado por   •  11 de Marzo de 2014  •  Tutoriales  •  2.271 Palabras (10 Páginas)  •  389 Visitas

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Esta reflexión acerca de la complejidad de la educación ambiental pretende hacer un breve cálculo sobre aquellos saberes que según el paradigma de la complejidad y los grandes cambios a los que nos enfrentamos en el presente, son fundamentales para educar – y educar ambientalmente- en un futuro cuyos grandes retos incluyen la convivencia pacífica de los seres humanos, el cuidado y la preservación de otros seres vivos, la relación armónica con el entorno, la empatía, la tolerancia y la solidaridad entre otros retos que necesitamos afrontar para no desaparecer como especie.

En primer lugar, a lo que se refiere Morín y expone, es necesario explicitar, reconocer y aceptar para identificar las necesidades de acción sobre dichas cegueras y así volverlas claridad y luz que permitan “encontrar el camino correcto” hacia la educación del futuro. Comenzando por los errores de la razón y las cegueras paradigmáticas. Cuando se establecen palabras como racionalidad y racionalización, se hace referencia a Evidencias de lo que nos permite que nos denominemos humanos: la razón. Sin embargo, existen diferencias importantes. Mientras la racionalidad es la organización teórica entre sus elementos constituyentes, la racionalización es cerrada y no deja entrar la discusión ni la verificación empírica, por tanto los modelos mecanicistas y deterministas para analizar el mundo no son racionales sino racionalizados, son dogmas, La verdadera racionalidad es aquella que reconoce la crítica y la transforma en autocrítica. Es la que deja entrar el afecto, la subjetividad, el arrepentimiento. Un científico puede ser “racional” solamente en su laboratorio, pero puede no serlo en la política o en su vida privada. Esto es común en la forma en la que se cuenta la “historia de la ciencia” en la escuela, en la mayoría de los casos, se presenta a los científicos como seres aislados, asociales, históricos, sin emociones y sin vida privada, “pareciera” como si fueran “seres de otro mundo” intentando Salvar a los otros seres humanos que “necesitamos” de su sapiencia. La premisa para la educación del futuro es la incertidumbre racional, es decir, la racionalidad deber ser autocrítica para no caer en ilusión racionalizadora. Es así como lo ambiental y su enseñanza y aprendizaje, no pueden partir de tesis absolutas y ciertas, sino que deben Reconocerse como instrumentos de la razón que requieren ser racionales para lograr la Transformación del mundo y de sus individuos. Pero no solo existen las cegueras de la razón, también las paradigmáticas. Un paradigma es la selección de ciertos conceptos para la comprensión de la realidad que hace que ésta se vea con determinados lentes y se prioricen unas u otras cosas. Según Morin (1999) “Los individuos conocen, piensan y actúan según los paradigmas inscritos culturalmente en ellos” . En muchos casos, las cegueras paradigmáticas, producen conformismo cognitivo y cognoscitivo, pero existe un conformismo más difícil de afrontar que estos: el conformismo cultural. Las huellas culturales, traen consigo paradigmas, que se “normalizan” y eliminan discusiones sobre los conceptos básicos de los que están hechos. Todo ser humano está marcado por una huella cultural que primero se imprime en la familia, luego en la escuela y luego en la vida profesional-laboral. Esta huella cultural está marcada por la noósfera, o mundo espiritual que se alimenta de creencias, mitos y dioses que no solo son creación de la mente humana, sino que “tienen mente” – o les atribuimos mente- , es decir, actúan, se imponen, nos facilitan o nos dificultan la vida, les damos gracias y hasta nos perjudican. En el mundo de nuestras ideas, estas pueden cobrar varios sentidos: pueden dominarnos, alimentar nuestra cultura y a su vez, podemos hacerlas reales y consistentes. Por ello, es fundamental analizar y explicitar las ideas, con el fin de que sean sometidas a pruebas de verdad y de error, y sobre todo, poder reemplazarlas con más ideas. Además de estas ideas sobre el mundo, que nos “imprimen” una huella cultural, también existen aquellas formas de acercarnos al conocimiento y su elaboración, abordadas por la epistemología. La necesidad de abordar la educación ambiental desde la epistemología, radica en la importancia de hacerse los interrogantes “correctos”, es decir, incluir la reflexión en la observación-concepción. Volviendo a las palabras de Morin, cada uno de nosotros es esclavo de nuestras ideas y ellas, esclavas de cada uno de nosotros. Esto es, la mente y su forma de entender el mundo son las que median entre la realidad y la cultura. La clave de este análisis está en la convivencia de las ideas y los mitos en una sola mente y en interacción permanente con la cultura. Pero, la dificultad está en ser consciente de cada una de estas cosas y explicitarlas, saber en qué contexto se usa cada una y encontrar las contradicciones entre unas y otras. Es aquí donde la educación en general y la educación ambiental en particular, proporciona las bases para lograr la lucidez, lograr salir del error, de la ceguera y de la ilusión; dar posibilidades para el autoconocimiento, la autocrítica y la autorreflexión sobre las ideas que poseemos y que nos poseen. En correspondencia con lo anterior, se pueden plantear algunos interrogantes sobre las razones por las cuales se aborda lo ambiental en la década de los 70’s: ¿Qué ideas subyacen la intención de proclamar una nueva situación mundial?, ¿Prevalecen aquí las necesidades individuales o colectivas de los eres humanos?, ¿Están las necesidades de la especie humana, sesgadas por sus cegueras paradigmáticas?, ¿Se pensó en lo inicios de la educación ambiental de manera racional o racionalizadora?, ¿Qué importancia merece la resolución a estas cuestiones?. Si bien es cierto, en este documento no se pretende dar respuesta a sendos interrogantes, también es cierto que es necesario esclarecer si no las ideas del pasado, si las propuestas para el presente.

Los principios de un conocimiento ambientalmente pertinente Como consecuencia de nuestras ideas divididas del mundo, tenemos conocimientos parcializados del mismo. Cada conocimiento, pareciera estar en un compartimiento secreto y sale únicamente cuando hay correspondencia con una situación del exterior. Sin embargo cada vez más nos enfrentamos a problemas transversales, multidisciplinarios y complejos, como en lo Ambiental. Esto hace que necesitemos dotar a la educación ambiental de herramientas Suficientes para lograr la pertinencia del conocimiento y para ello se enunciarán los siguientes principios: Primer principio: el contexto. Cada palabra, cada rasgo, cada idea y cada actuación deben estar dentro de un contexto y analizarse desde allí. Dice Claude Bastien (1992) “la evolución cognitiva no se dirige hacia la elaboración de conocimientos cada vez

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