La vida y la muerte

LA VIDA Y LA MUERTE

“la muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida”

José martí

A lo largo del tiempo se han creado diferentes concepciones de la vida y la muerte, muchas veces interrogando la existencia y la trascendencia de la muerte, todo ello fundamentado en un vacío infinito que recoge huellas e instala en la memoria representaciones de aquello que ya se vivió y que pronto dejo de ser. “La vida es una realidad última y que depende de sí misma; no puede ser descrita o explicada en términos de física o de química” (CASSIRER, 1945). Es inexplicable los motivos de la existencia y hasta el porqué, termina siendo el interrogante que permite ir más allá de la dimensión humana.

El autor del libro el escritor Luis Rogelio Nogueras establece paralelos entre la vida y la muerte y muestra allí desde diferente perspectiva momentos en los cuales cada sentido proviene de sentimientos manifestados en cada escrito.

No obstante, el hombre no puede desligarse del sentido de la existencia, porque, aunque constantemente la vida y la muerte jueguen en lugares diferentes, cada una de marca importantes pasos para la existencia del hombre. Cada uno de estos fundamentos se pueden ver reflejados y aplicados desde diferentes percepciones como los son la filosofía, la religión e incluso la misma cultura. De aquí que se puede plantear la tesis de la siguiente manera: el enfrentamiento constante entre la vida y la muerte una construcción poética en el libro teorema de amor. “(…) El hombre propende siempre a considerar el estrecho horizonte en el que vive como el centro del universo y a convertir su vida particular y privada en pauta del universo; pero tiene que renunciar a esta vana pretensión, a esta mezquina y provinciana manera de pensar y juzgar” (CASSIRER, 1945).

Cada parte de los poemas expuestos por el escritor daban fin a la incomprensible explicación de a existencia y la ausencia, es decir, la vida y la muerte, la felicidad y la tristeza, la presencia o la ausencia; “(…) Ya no presentan su aspecto habitual, cambian bruscamente de fisonomía y se hallan matizadas con el tinte específico de nuestra pasión, con amor u odio, con temor o esperanza” (CASSIRER, 1945, pág. 68). Todo es extraño, cada letra dibuja un significado diferente, es decir toman caminos separados y aunque esta lejanamente juntos cada aspecto este ligado a la existencia, a la fidelidad, a la espera; cada elemento simbólico hallado desde la religión permite tener “Una estructura "conceptual" y, por otra, una estructura "perceptual”. No es Una mera masa de ideas confusas y sin organización; depende de un modo definido de percepción" (CASSIRER, 1945).

“escucha: llueve, la lluvia cae sobre los pinos que crecen a los pies de los muertos, en la estrecha calle principal del cementerio de nuestro pueblo” (Nogueras, 2014), la oscuridad, la muerte, la desolación están marcadas por un dolor incesante, donde su reproducción simbólica muestran el sinónimo del dolor que algunos casos va más allá del dolor terrenal o el dolor humano. Entendemos la muerte como “término de la vida a causa de la imposibilidad orgánica de sostener el proceso homeostático. Se trata del final del organismo vivo que se había creado a partir de un nacimiento” (LlanoMoya, S.f).

La muerte es comprendida como el fin a todo o terrenal, existen infinitas dudas acerca de aquello que pueda existir después de la muerte, en algunos casos se ha llegado afirmar que más allá de a muerte se llega a un lugar de paz, neutro, pero que también existe vida en el alma, estos componentes hacen que el simbolismo de una cultura este demarcada por las distintas creencias que estas tengan. Por ellos las esperanzas de vida no son un juego, pues no existen evidencia de que peda existir vida después del paso por la tierra. No es posible concluir, no es posible llegar a un fin, cuando la muerte esta inmersa en un sin numero de incógnitas que hacen que cada ser humano plantee sus propias creencias desde la misma cultura. “que importan los versos que escribiré después de ahora cierra los ojos y bésame carne de madrigal deja que palpe el relámpago de tus piernas para cuando tenga que evocarlas en el papel cruza entera por mi garganta. Entrégame tus gritos voraces, tus sueños carniceros” (Nogueras, 2014), todo es un sueño, todo es un mundo lleno de categorías que hacen que cada parte de lo que exista en el mundo tenga un verdadero sentido.

“(…) La vida es sintética y no analítica; no se halla dividida en clases y subclases. Es sentida como un todo continuo que no admite escisión, ni distinción tajante. Los límites entre las diferentes esferas no son obstáculos insuperables sino fluyentes y oscilantes; no existe diferencia específica entre los diversos reinos de la vida (CASSIRER, 1945)”

Ahora bien, no solo aquí encontramos el enfrentamiento entre la vida como símbolo de vitalidad y la muerte como símbolo de extensión pero no solo de la vida humana sino de muchos factores que acompañan la existencia, esa realidad simbólica de la cual hacen parte el lenguaje como la forma mas sublime de expresar sentimientos y emociones; “La cuestión acerca del origen del lenguaje, del arte y de la religión no encontrará respuesta y quedaremos abandonados frente a la cultura como ante un hecho dado que parece, en cierto sentido, aislado y, por consiguiente, ininteligible” (CASSIRER, 1945).

Sin embargo, la categoría aquí expresada tiene que con la cultura como la expresión máxima y la forma de permanecer a través del tiempo; “Hay que estudiar al hombre, no en su vida individual, sino en su vida política y social” (CASSIRER, 1945), todo tiene una trascendencia, un humanismo establecido en los diferentes poemas. El enfrentamiento de la vida y la muerte, el amor fallido, el deseo, hacen parte de un sin numero de componentes que exaltan el significado simbólico de cada parte de la estrofa de los poemas, a su vez, nos trasporta a diferentes situaciones en conflicto y nos da a entender la fuerte línea que existe entre vida y la muerte.

“(…) Si pusiera besarte, junto al mar, ah, si con un poema yo pudiera decirte cuanto te amo, muchacha compañera (…) (Nogueras, 2014). Eros el instinto de vida, el instinto del amor, de la unión, como conservación de la vida.

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