Masccaras mexicanas.

Mascaras mexicanas

        Mascaras Mexicanas es el título que el autor Octavio Paz da a un capitulo donde se describe principalmente a el típico personaje mexicano. Conforme a la redacción uno se puede dar cuenta que el mexicano, es un ser que pretende ser una cosa pero en realidad es otra, me supongo que es de ahí de donde se desprende el título.

Creo que algo que nos diferencia de muchos países, y que de manera personal no me hace sentir muy orgullosa, es el machismo mexicano. Durante el capítulo se describe al “Macho Mexicano” como un hombre que “todas las puede”, como comúnmente se dice. El macho mexicano es aquel hombre que no le teme a nada, aquel que considera que su palabra no es una opinión si no un hecho, aquel que siempre está en lo correcto. Comúnmente, son personas que viven encerrados en su mundo, pues muchas veces ya sea por costumbres o porque se les ha inculcado desde niños no permiten la admisión de nuevas costumbres y/o ideas.

En pocas palabras, el hombre mexicano “no se sabe rajar”. Sin embargo, la cara de la moneda en muchas ocasiones es otra, pues en ocasiones el ser macho es solamente apariencia, pues muchas veces el macho mexicano no es capaz de resolver conflictos por sí mismo, aunque así lo parezca.

El carácter del mexicano, creo que en muchas ocasiones detiene, de cierta manera, una “actualización” en el país. Como mencione antes, el mexicano no acepta o adopta fácilmente una nueva ideología o costumbre. En lo personal, creo que es esa actitud la que muchas veces nos lleva al rezago o al poco avance del país, pues esa actitud no nos permite “modernizarnos”.

Por ejemplo, muchas veces nos quejamos que países modernizados hacen esto, o tienen esto otro, pero a la hora de querer incluir cierto cambio en la sociedad mexicana no lo permitimos ya sea por costumbre, ideales o simplemente por “mentes anticuadas”.

Sin embargo, se puede decir que actualmente, y gracias a Dios, el mexicano se está empezando a convertir en un ser más abierto. En el capítulo, Paz describe a la mujer mexicana como “sumisa”, aquella que solo asienta la cabeza al recibir una orden proveniente del macho mexicano. Rajada e inferior por naturaleza, dedicada solamente a el hogar y la maternidad.

Actualmente, creo de manera personal, que la mujer mexicana no tiene nada que ver con la descrita en los años 50’s. Aunque cabe mencionar que en muchas comunidades rurales aun las hay, hoy en día la mexicana es mucho más productiva. Ya no solamente es ama de casa, madre y esposa, ahora también es estudiante, jefa, madre soltera, inversionista o empresaria.

De igual manera la idea de ser un “macho mexicano” o una “sumisa” siguen vigentes en México. Todavía existe mucha población que sigue esos patrones pre establecidos por nuestros antecesores y que no se resigna a aceptar la modernización. Un claro ejemplo son todos esos hombres que crecen viendo el trato de “sirvienta” que se le da a su madre y que posteriormente lo repiten en sus matrimonios.

Si relacionamos el capítulo de Octavio Paz con el Mito de Sísifo, es verdad que el mexicano siempre va empujando su piedra. En este caso, yo lo relaciono como ese ser que el mexicano pretende ser  y que una vez que lo “alcanza” no se conforma y quiere más.

En su mayoría, el capítulo describe al clásico mexicano. Sin embargo, debe considerarse que el texto fue escrito en los años 50’s y que actualmente, aunque no de manera radical, la vida y actitud del mexicano son muy diferentes. Gracias a Dios, con el paso del tiempo se ha ido adquiriendo una manera de ver el mundo, de forma más globalizada o abierta.

En lo personal me gustó mucho el texto, me dio la oportunidad de relacionar de muchas maneras la actitud del “macho mexicano” con la de un auténtico musulmán, pues tuve la oportunidad de convivir con muchos de ellos, y al ir leyendo iba comparando su situación actual con la de los mexicanos en los años 50´s, y tener la leve esperanza de que algún día la situación cambie para ellos como ha cambiado para nosotros.

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