Modernidad Y Postmodernidad
stoperi8620 de Septiembre de 2012
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MODERNIDAD Y POSMODERNIDAD
Ponencia presentada para el FORO DE FILOSOFIA “PENSAR EL PRESENTE FILOSOFICAMENTE”
MODERNISMO Y GLOBALIZACION
Las transformaciones del mundo tecnológico han llevado a un cambio general de las percepciones de la misma persona, su entorno y todo lo que hace parte de la vida. La posmodernidad se ha constituido en la forma de pensamiento imperante en el mundo de hoy, y no muy desligado a esto se encuentra el proceso de globalización, que tampoco hubiera sido posible de no ser por los adelantos del mundo de la informática y las telecomunicaciones.
La globalización plantea muchos retos de índole política, jurídica, administrativa. Y ella, si no viene acompañada de la mundialización y profundización de la democracia -la legalidad y la libertad-, puede traer también serios perjuicios. Pero, comparados a los beneficios y oportunidades que ella trae, sobre todo para las sociedades pobres y atrasadas que requieren quemar etapas a fin de alcanzar niveles de vida dignos para los pueblos, aquellos retos, en vez de desalentarnos, deberían animarnos a enfrentarlos con entusiasmo e imaginación. Y con el convencimiento de que nunca antes, en la larga historia de la civilización humana, hemos tenido tantos recursos intelectuales, científicos y económicos como ahora para luchar contra los males atávicos: el hambre, la guerra, los prejuicios y la opresión.
La modernidad no surgió súbitamente en el siglo XVI, sino que desde los siglos XIV y XV ya comenzaba a manifestarse. Se caracteriza por querer desligarse de las creencias y el pensamiento medieval que, dentro de sus principales postulados ponía a Dios en el centro de todo. Así comienzan a surgir diversos pensadores y teorías que precisamente contrariaban o simplemente no aceptaban la idea de un Ser superior, más bien, ponían todo el interés en el ser humano, el cual, a partir de su razón era capaz de progresar y realizar lo que se propusiera por sus propios medios. Es así como se comienza a hablar de la razón instrumental que sólo hace énfasis en el valor operativo del proceso, le permite al hombre controlar y dominar, saber el costo y el beneficio de las acciones, la cual es contraria a la razón contemplativa, que se refería a que todo podía ser conocido a través de la matemática, es decir, que todo podía ser entendido en lenguaje de la.
El acontecimiento estimado por casi todos como punto de partida de la modernidad es la reforma protestante iniciada en la segunda década del siglo XVI por Martín Lutero. Podríamos decidir que la ruptura con la Edad Media la originó el siguiente postulado religioso capital: que el justo vive y se salva individualmente solo por la fe; que las obras no están a la altura de la majestad de Cristo como para redimir los pecados y en consecuencia deben darse solo al servicio del mayor bienestar de los hombres en este mundo. Con este postulado queda separado el reino de Dios y el mundo a cuyo servicio deben estar acciones y obras. Así se produce la separación absoluta del mundo religioso y el mundo secular, quedando este último entregado al mero conocimiento y querer de los hombres, con lo cual nace la época histórica designada con el nombre de modernidad y que en su aurora en el siglo XV ya se anuncia como la vía moderna de aproximarse a lo real, en oposición a la llamada entonces por los doctos vía antigua, la propia de la Edad Media.
En esta sociedad la religión se caracterizaba por la anterioridad y alteridad absoluta de un principio divino como garantía inviolable del hombre. No sólo ese fundamento radicalmente escindido, sino el propio orden mundano quedaban totalmente sustraídos a la exposición humana. La modernidad consiste en la ruptura de esa fundamentación trascendente y la reivindicación de la realidad social como un orden determinado por los hombres.
La modernidad es ante todo un proceso de secularización. El lento paso de un orden recibido a un orden producido. El mundo deja de ser un orden predeterminado de antemano al cual debemos someternos y deviene objeto de la voluntad humana. ¿Cómo hacernos responsables del mundo siendo tan escaso nuestro poder de decisión y control? Ya no existe una ley absoluta ni una tradición sagrada que encausen la voluntad humana y son los hombres mismos quienes han de auto limitarse, ¿Sobre qué principios generales puede fundarse el orden social cuando todo esta sometido a la crítica? Preguntas como éstas acompañan el desarrollo de la modernidad y constantemente insinúan la magnitud de los desafíos que plantea un orden producido.
La secularización traslada la política la función integradora que cumplía anteriormente la religión. Si antes la religión consagraba una instancia última en que se fundaban las manifestaciones del orden dado, ahora se atribuye a la política el lugar privilegiado en la producción del orden social.
La modernidad desde su partida nace con la pretensión de ser siempre nueva, siempre moderna, reconociendo la autoridad del hombre capaz de proporcionarse métodos estrictos para conseguir la verdad. Y respecto a la conducta, no reconociendo otra autoridad más que la de su propia conciencia, capaz de mirar y reflexionar dentro de sí para saber cómo conducirse. De ahí que si se ve en la historia el camino que va recorriendo el hombre hasta descubrir su auténtico destino, la modernidad, le parezca a dicho hombre, el lapso de su adultez definitiva y, por lo mismo, el momento en que la historia (entendida esta palabra en su profundo sentido) alcanza su fin.
Así como en el campo religioso, también se ven los cambios en la ciencia, la tecnología, la política, la economía, en la sociedad y también en la cultura la modernidad se hizo presente tratando de romper con todo lo establecido creando algo completamente nuevo que ponía esta vez al hombre en el centro de todo. De esta manera el hombre fue acaparando cada vez mayores conocimientos y así se llegó a un punto en que, en palabras de Max Weber, se “desencantaría” del mundo, es decir que ya no tendría interés por conocer nada nuevo puesto que ya no habría nada más que conocer. La razón acapara todos los ámbitos dejando de lado lo mítico, lo ilusorio y lo misterioso, cerrándole toda cabida en el conocimiento, por tanto todo se vuelve racional, y es a partir de esto que Weber menciona su idea de que el hombre, a partir del proceso de la modernidad se habría desencantado del mundo. Con esto también surge la idea del progreso ilimitado, es decir que el hombre, a través de la tecnología, jamás agotaría las posibilidades de progresar e ir creando cosas infinitamente.
Es así como personajes como Rousseau, Voltaire, Montesquieu, etc. comienzan a ganar un espacio dentro del pensamiento europeo, principalmente por sus ideas de libertad e igualdad para todos los ciudadanos. Estas ideas rápidamente comienzan a transmitirse a otras partes del mundo generando grandes cambios, por ejemplo la independencia de las 13 colonias de Norteamérica tienen un gran contenido ideológico proveniente principalmente de estas ideas. Y no sólo en Norteamérica sino que también en nuestro propio continente estos pensamientos fueron tomados por los criollos y adaptados a su propia realidad.
La revolución industrial juega un papel importantísimo en este cambio llamado modernidad, los cambios que se producen a nivel industrial hacen surgir una nueva forma de concebir el trabajo y las relaciones laborales, las que eran muy distintas antes de este proceso. Todo se vuelve más mecanizado puesto que la producción se haría en forma seriada. Es así como surgen distintas clases sociales, que al modo de Marx, se dividía en una clase dominante (burguesía), quien concentraba todo el capital, y una clase dominada (proletariado), quienes eran los explotados por esta clase que mantenía todo el poder. “El contenido de las transformaciones que la modernidad ha producido se traducen en los logros de la burguesía revolucionaria que puso fin a todas las relaciones idílicas, patriarcales y feudales, que substituyó las relaciones personales feudales por el nexo del dinero, que ahogó los fervores religiosos, los entusiasmos caballerescos y los sentimentalismos filisteos con el agua de los cálculos egoístas, que resolvió el valor de la persona en el valor de cambio, que en ligar de las numerosas libertades reconocidas públicamente estableció la libertad de comercio, que despojó de su halo a todas las ocupaciones honorables, que arrancó de la familia su velo sentimental y que no puede vivir sin revolucionar constantemente los instrumentos de producción”. A partir de esta explicación nos damos cuenta cómo, al parecer de K. Marx, la modernidad trae una serie de consecuencias en las formas de relación social.
Es así como se van imponiendo diversos sistemas económicos, en especial uno que ha prevalecido durante décadas, a pesar de sus grandes crisis. Nos referimos al capitalismo, que es un sistema que va a prevalecer durante toda la época moderna, donde el mercado es el que controla todo y el Estado es un simple observador.
Para no desviarnos del tema retomaremos lo que mencionábamos anteriormente con respecto al cambio que se produce en el hombre. A partir de las ideas ilustradas las personas fueron creando una autoconciencia que no existía anteriormente: el hombre se va volviendo cada vez más conciente de sí mismo y de sus capacidades para crear cosas nuevas y autodeterminarse. Va volviéndose cada vez mas confiado de sus capacidades debido a todo el descubrimiento científico que va produciendo. El hombre va descubriendo sus capacidades y se da cuenta que se diferencia de
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