Moral como construcción social

Para comenzar, podemos ver a la moralidad como el conjunto de principios o ideales que ayudan al individuo a distinguir el bien del mal, a actuar de acuerdo con esta distinción y a sentirse orgulloso de la conducta virtuosa y culpable de la conducta que viola sus normas, pero este conjunto de normas que lo sentenciaran entre ser virtuoso o culpable de su comportamiento, han sido dictadas por su entorno en el que se desenvuelve dicho individuo, la sociedad en la que vive es la que dicta estas normas y también la que vigilara el cumplimiento de estas, que si bien, de no cumplirlas no será penalizado como en el caso de las normas jurídicas de un sistema de leyes dictados por una nación o pueblo, si será reprendido o sufrirá el rechazo, pero por parte de la sociedad en la que vive el individuo, pues este conjunto de principios o ideales en la mayoría de las veces se han impuesto al paso de muchos años, moldeados por el contexto social, histórico, cultural, geográfico, religioso, etc.

Pero al saber esto, entonces se puede afirmar que estas normas que funcionan como guía para que un individuo determinado obre, en una sociedad determinada en un contexto determinado, ¿acaso pueden ser globales? ¿Pueden aplicarse las mismas normas morales de algún país de medio oriente en algún país de Europa del este? Cuando comenzamos a mirar la moralidad desde este punto de vista, comenzamos a vislumbrar que la moralidad, o lo que es moral y lo que no depende del lugar en el que se esté, e incluso, cosas que antes eran correctamente morales en la actualidad ya no lo son, y de igual manera cosas que hoy son moralmente correctas serian inadmisibles hace 30 o 50 años.

En este ensayo abordare la moralidad como un constructo por parte de un grupo de individuos que establecen que es lo bueno y que es lo malo para poder sacar provecho o beneficios de esto, lo bueno es aquello que hace que ellos obtengan algo, y lo malo es algo que va en contra de sus intereses.

A lo largo de la historia de la humanidad se ha podido apreciar como la moral juega un rol importante en la construcción de la identidad, tradiciones y costumbres de un sector específico de la especie humana. Es por esto que, pese a que actuamos de forma libre (tomando una decisión individual), también nos vemos permeados por unas normas devenidas de una moral colectiva que condiciona nuestra forma de comportarnos y las decisiones que tomamos, generando a su vez ciertas expectativas de cumplimiento recíproco. Sin embargo, estas normas no dependen de la coacción externa (como si lo hacen las normas jurídicas, pues hay ciertos órganos específicos de institución y sanción), sino que el sujeto como tal debe guiar internamente su forma de comportarse siguiendo las obligaciones morales.

Asimismo, las normas morales son producidas en su mayoría por relaciones de poder, lo que hace que a veces, en nombre de esta moral se proclame una “igualdad” que lo que realmente hace es justificar y legitimar las desigualdades y opresiones que se imponen a específicos sectores de la sociedad que no son vistos o tenidos en cuenta por quienes ostentan el poder, pues, pese a que todos los individuos de esa sociedad son intérpretes de la moralidad que comparten, realmente lo único que se termina haciendo es reproducir el orden ya instaurado, sin transformación alguna en la sociedad.

Y para demostrar aún más el hecho de que los está proclamada igualdad que apoya y mantiene esta desigualdad y opresión a los grupos más vulnerables y marginados de la sociedad, lo correctamente moral dista mucho de ser universal, pues cada sociedad alrededor del globo instaura sus propios yugos “morales” a los más vulnerables o poco privilegiados de sus sociedades, referente a su contexto cultural, económico y religioso. Esta moral social también está determinada en cuanto a que factor es el que más influencia tiene dentro de los integrantes de la sociedad, siendo en varias y repetidas ocasiones el hecho de que los factores religiosos y y de contexto histórico los que en mayor medida determina que individuo es virtuosos o cual es culpable del cumplimiento de dichas normas.

Para ejemplificar todo lo anterior expuesto tomare como ejemplo dos hechos históricos, que servirán de apoyo para demostrar que lo moral esta dictaminado por los paradigmas históricos de la época en que se desenvolvieron dichas sociedades. Para comenzar con esto hay que volver atrás en el tiempo, casi 200 años atrás en la historia, en los Estados Unidos de Norte América, los Estados Unidos de la esclavitud.

Se calcula que, aproximadamente, en Estados Unidos había un millón trescientos mil esclavos negros a mediados de la segunda década del siglo XIX, sobre un total de ocho millones y medio de habitantes. Solamente unos doscientos mil negros eran libres. La esclavitud no tenía una distribución geográfica homogénea: era casi inexistente en el Norte frente a la situación del Sur. En estados, como Virginia, podían llegar a ser la mitad de su población total.

Los esclavos no disfrutaban de ningún derecho civil en la nación que había sido pionera en su reconocimiento y garantía. Podían ser traspasados o vendidos como un bien. No podían ejercer ninguna acción legal: contratos, matrimonio o ser propietarios. La situación personal variaba en función del carácter y trato de sus propietarios. Muchos esclavos intentaron huir al Norte, pero sus propietarios podían recuperar a los huidos; solamente en Canadá se podían sentir seguros. En el Norte, los negros no eran esclavos, pero sí sufrían legislaciones discriminatorias y segregacionistas: restricción de derechos políticos y espacios públicos distintos. Y este es el asunto que nos compete, no el hecho de que jurídicamente en el sur la esclavitud era “legal”, sino el hecho de que tanto en el sur como en el norte las personas negras están fuera del parámetro moral del bien o el mal, lo que hacía una persona negra podía estar mal

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