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Método Cartesiano Rene Descartes


Enviado por   •  10 de Marzo de 2014  •  6.324 Palabras (26 Páginas)  •  1.083 Visitas

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Método Cartesiano Rene Descartes

El método cartesiano tiene como referencias dos elementos distintos:

1) Por un lado, la razón. Se pretende, desde el uso de la razón individual, restaurar el orden social y aunar criterios en el ámbito del conocimiento. Pero la razón necesita unas reglas y un método que nos aporte certeza a la hora de obtener resultados mediante el razonamiento y así dirigir al espíritu y estructurar la sociedad y el saber.

2) Por otro lado, la influencia de las matemáticas. Creadora de un orden nuevo natural puesto que promueve sólo a la razón como herramienta posible. De ahí que las matemáticas se conviertan en el modelo a seguir. Lo que más llamaba la atención de los filósofos sobre esta ciencia era que sus desarrollos pueden seguirse sin apelar a la experiencia. Lo consideraban como un artificio artístico en el que primero se "creaba" de la nada, para a continuación mediante un proceso deductivo apoyado en la razón demostrarlo.

Las reglas en las que se basa el método cartesiano son:

Regla de la evidencia: "No admitir jamás como verdadero cosa alguna sin conocer con evidencia que lo era, es decir, evitar cuidadosamente la precipitación y la prevención."

Regla del análisis: "Dividir cada una de los problemas en tantas partes como sea posible para obtener una mejor solución."

Regla de la síntesis: "Comenzar el razonamiento por los objetos más simples y más fáciles de conocer, para ir ascendiendo poco a poco hasta el conocimiento de los más compuestos."

Regla de las comprobaciones: "Hacer en todo momento enumeraciones completas y revisiones generales."

Las reglas son fáciles de explicar, la duda metódica.

Sustancia en Relación en Realidad En Rene Descartes

La Sustancia

Descartes Según descartes sustancia es aquello que existe por sí mismo y en este sentido solo Dios es sustancia, sin embargo, acepta la idea de sustancia finita e infinita. Toda sustancia limitada requiere la cooperación divina para su existencia y se caracterizara por atributos o propiedades que los hacen diferentes.

Descartes habla del espíritu como sustancia, cuyo atributo es el pensar; es decir, la conciencia, mientras que la sustancia cuerpo tiene como atributo o propiedad a la extensión, ya que no se concibe un cuerpo fuera del mundo, del espacio y del tiempo. Los atributos de la sustancia cuerpo se manifiestan en la realidad del mundo mediante los cambios en el tiempo y en el espacio.

El Espacio y Tiempo

Se le reconoce como aquel filósofo que supo conjuntar partes de ambas afirmaciones y darles un sentido de armonía. Estuvo de acuerdo con los empiristas en que aprendemos gracias a nuestras sensaciones y percepciones, que tiene su origen en nuestros sentidos, pero aceptó que los racionalistas tenían razón en que no podían llegar tan solo sensaciones sin que fueran acomodadas en la mente.

Kant afirmaba que había dos estructuras que no se aprendían por los sentidos: el espacio y el tiempo. Para él el espacio y el tiempo eran categorías >; con ello entendía que no procedían de la experiencia, pues no eran cosas, sino más bien intuiciones. De tal manera que lejos de derivarse de la experiencia eran supuestos de la misma: no se derivan de la experiencia, sino que ésta los supone ya. Nosotros podríamos pensar el espacio sin cosas, pero nunca podríamos pensar cosas sin espacio.

¿Qué ocurre aquí?

En realidad, a lo único que cabría llamar realmente sustancia es a Dios, es decir, a la res infinita, puesto que ésta es causa de sí misma (causa sui). La idea de sustancia infinita sí es una idea innata, según Descartes. En sus propias palabras, la idea de Dios es “la huella que el creador ha impreso en la conciencia de la criatura, (…) esta idea ha nacido y ha sido producida conmigo“.

Descartes define a Dios de la siguiente manera: “Bajo el nombre de Dios entiendo una substancia infinita, eterna, inmutable, independiente, omnisciente, omnipotente, por la cual yo mismo y todas las cosas que existen (si existen algunas) han sido creadas y producidas“.

Debemos, pues, concluir que las sustancias finitas (la pensante y la extensa) son lo que son por la acción divina. Es precisamente este hecho el que se implica en la afirmación anterior. Llamamos sustancia al alma y a la materia en tanto que su existencia no tiene necesidad de otra intervención más que de la divina.

Sin embargo, en el proceso lógico de demostración de las sustancias, Dios ocupa el segundo lugar. El primero lo ocupa el cogito. Esto es debido a que, a menos que afirmemos primero la existencia de un sujeto que piensa, no es posible ni siquiera pensar la idea de Dios. De la afirmación de que necesariamente debe existir un sujeto (o cosa) que piensa, Descartes deduce, en consecuencia con su teoría de las ideas, la necesidad de la existencia de Dios. El argumento, expuesto en las Meditaciones Metafísicas, es el siguiente: “Dios existe; pues si bien hay en mí la idea de la substancia, siendo yo una, no podría haber en mí la idea de una substancia infinita, siendo yo un ser finito, de no haber sido puesta en mí por una substancia que ya sea verdaderamente infinita“.

Justificada mediante este argumento la existencia de Dios (al que Descartes unirá el argumento ontológico de San Anselmo, según el cual la existencia es un atributo necesario de la perfección), es fácil deducir la existencia de la tercera sustancia, la extensa. Dado que Dios ha quedado demostrado y definido como un ser en la idea del cual se contiene la perfección, no puede ser posible que este ser omnipotente (todopoderoso) y omniscente (infinitamente sabio) permita que el sujeto se equivoque al afirmar que existe un mundo exterior responsable de las ideas adventicias que este sujeto posee. En palabras de Descartes, en el Discurso del Método: “todas nuestras ideas o nociones deben tener algún fundamento de verdad; pues no sería posible que Dios, que es todo perfecto y verdadero, las hubiese puesto en nosotros sin eso“

Los Límites y Condiciones en John Locke

Según Locke, los seres humanos están por naturaleza en un:

“estado de libertad perfecta para ordenar sus acciones, y disponer de sus posesiones y personas como crean conveniente, con los límites de la ley natural, sin pedir autorización o depender de la voluntad de otro hombre. Un estado de igualdad,

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