NIVEL DE CONOCIMIENTO Y PRÁCTICAS DE AUTOCUIDADO EN LOS PACIENTES CON HIPERTENSIÓN ARTERIAL ATENDIDOS EN EL CONSULTORIO DE CARDIOLOGÍA DEL HOSPITAL GENERAL HUACHO,

NIVEL DE CONOCIMIENTO Y PRÁCTICAS DE AUTOCUIDADO EN LOS PACIENTES CON HIPERTENSIÓN ARTERIAL ATENDIDOS EN EL CONSULTORIO DE CARDIOLOGÍA DEL HOSPITAL GENERAL HUACHO, DE ENERO A MARZO 2014

CAPITULO I.

I. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

1.1. DESCRIPCIÓN DE LA REALIDAD PROBLEMÁTICA

La hipertensión arterial es un factor de riesgo cardiovascular modificable muy prevalente en el mundo, y especialmente abrumador en los países de bajos y medianos ingresos. Informes recientes de la Organización Mundial de la Salud y del Banco Mundial destacan la importancia de las enfermedades crónicas tales como la hipertensión, como obstáculo al logro de un buen estado de salud. La hipertensión arterial es una condición médica que implica un mayor riesgo de eventos cardiovasculares y la disminución de la función de diferentes órganos en el cual la presión arterial esta crónicamente elevada (presión sistólica superior a 140 mmHg. y una diastólica superior a 90 mmHg). Su curso es progresivo, sino se trata o no controla causan lesiones en órganos diana como cerebro, corazón y riñones principalmente1.

Aun cuando la hipertensión arterial es asintomática, habitualmente se señalan alteraciones psicofísicas relacionadas con los signos y síntomas que se le atribuyen a la hipertensión o simplemente asociados a la misma tales como, cefaleas, epistaxis, vértigos, enrojecimiento facial, insomnio y cansancio. Aunque las personas con una presión arterial elevada pueden tener estos síntomas, también pueden aparecer con la misma frecuencia, en individuos con una presión arterial normal2.

Es probablemente el problema de salud pública más importante en los países en vías de desarrollado, porque si un miembro de la familia se enferma las medicinas y el cuidado médico llevará a la familia entera a la quiebra o a endeudarse, por lo tanto no solo la pobreza lleva a las enfermedades sino las enfermedades a la pobreza. Es una enfermedad frecuente, fácil de detectar, casi siempre sencilla de tratar y que con frecuencia tiene complicaciones mortales si no recibe tratamiento. Es silenciosa y lentamente progresiva que se presenta en todas las edades con énfasis en personas entre 30 y 50 años, que después de 10 ó 20 años ocasiona hipertensión arterial3.

Esta enfermedad requiere una mayor difusión de su conocimiento a nivel poblacional, con miras a una oportuna detección y mejor control de las cifras de tensión. En el consenso Latinoamérica realizado en Paraguay en el 2008 sostiene que la hipertensión arterial impone una enorme carga económica y social mundial a causa de las comorbilidades asociadas y de las complicaciones crónicas que pueden dificultar la sobrevida y la calidad de vida1. Y si sumamos a esto el bajo nivel de inversión por parte de los gobiernos a la salud pública restringe de manera sustancial el acceso a las medicinas.

Según la Organización Mundial de la Salud la hipertensión arterial es la primera causa de muerte, 7 millones de personas mueren cada año debido a la hipertensión. Afecta a más de 140 millones de personas con la diferencia que más del 50% de personas no tienen conocimientos de esta enfermedad ya que es una afección silenciosa que no presenta síntomas. Las investigaciones prevén que en el 2025, la hipertensión arterial habrá aumentado un 24% en los países desarrollados y hasta un 80% en aquellos en vías de desarrollo. Esto se debe a que las personas no tiene un adecuado autocuidado de su enfermedad lo que con lleva a que se presenten complicaciones tanto agudas como crónicas4.

La magnitud del problema de la hipertensión arterial y su impacto sobre la morbi-mortalidad cardiovascular, determinan la necesidad de mejorar y actualizar el conocimiento de la misma, su tratamiento y control. El adecuado manejo terapéutico de los pacientes resulta fundamental para lograr la estabilidad de las cifras tensiónales y para prevenir las complicaciones, que constituyen realmente el mayor peligro para la vida de los hipertensos. La hipertensión arterial disminuye la calidad de vida y la supervivencia de la población, por lo que es un reto importante para la salud pública5.

El autocuidado, considerado como las acciones que las personas practican de forma voluntaria encaminadas a mantener la salud y el bienestar en el contexto de la vida cotidiana y de manera especial cuando se afronta alguna enfermedad, sobre todo aquellas de tipo crónico como la hipertensión arterial, la cual requiere de prácticas orientadas a evitar complicaciones de la enfermedad. De manera especial, prácticas relacionadas con el estilo de vida, en cuanto a la alimentación, el ejercicio, la actividad física, y el manejo del estrés, como complemento del tratamiento farmacológico6.

En España se realizó una investigación en el Hospital Clínica Barcelona, mostró que el 39% no sabe lo que es la hipertensión y el 70% dice que nadie se lo ha explicado y solo un 39% considera la hipertensión arterial un proceso para toda la vida, referente a la medicación solo un 61% dice que es para toda la vida y 28% dice que se puede abandonar cuando la presión se normalice, por lo que respecta a los factores asociados con la hipertensión arterial, un 52% no es capaz de enumerar ninguno. Por lo que se observa que hay un déficit en el nivel de conocimiento y/o prácticas de autocuidado por parte de la población y de los pacientes con esta enfermedad7.

En México en la Universidad Veracruzana se realizó una investigación capacidad de agencia de autocuidado en pacientes con hipertensión arterial en la cual se encontró que la mayoría de los sujetos cuentan con una alta capacidad de agencia de autocuidado lo que demuestra correctas prácticas de autocuidado8. Otra investigación en el mismo país, realizado en el Centro de Salud Manantiales mostró que el 41% desconoce las complicaciones de la hipertensión arterial y 62% tiene déficit de autocuidado9.

En Venezuela, una investigación realizada en el ambulatorio “Dr. Luis Guada Lacau” del IVSS en Naguanagua, mostró los siguientes resultados sobre el nivel de conocimiento 65.0% alto sobre la hipertensión arterial, el resto se distribuyó en un 20.0% en el nivel intermedio y un 15.0%, en el nivel bajo. Sobre las prácticas de autocuidado 55.0% alto sobre la hipertensión arterial, el resto se distribuyó en un 30.0% en el nivel intermedio y un 15.0%, en el nivel bajo. Por consiguiente dichos resultados mostraron la correlación que existe entre el nivel de conocimiento y las prácticas de autocuidado en estos tipos

...