Orígenes del feminismo histórico COMENTARIO DEL TEXTO “LOS ORÍGENES DEL FEMINISMO HISTÓRICO”

COMENTARIO DEL TEXTO “LOS ORÍGENES DEL FEMINISMO HISTÓRICO”

A lo largo de este texto, la autora (Mary Nash) lleva a cabo un recorrido por cuatro núcleos geográficos (Francia, Gran Bretaña, Estados Unidos y España) en cada uno de los cuales expone su situación social y política de los siglos XVIII y XIX; otorgando especial importancia al cómo este contexto político y social repercutió directamente en que en cada zona se desarrollasen distintas motivaciones que propiciaron el surgimiento y expansión de movimientos protagonizados por mujeres, encargándose de analizar cada uno de ellos y ofreciendo, de esta manera, una visión general de cuatro de los tipos de movimientos de mujeres más

representativos de lo que se conoce como la “Primera Ola del feminismo” (1789-1930).

En primer lugar, centra su discurso en los acontecimientos que estaban sucediendo en Francia en torno a la Revolución Francesa; cómo ésta fue, por primera vez, vía para hacer escuchar la voz de las mujeres a nivel colectivo, lo que supuso el inicio como tal de los movimientos feministas de esta Primera Ola. Las reivindicaciones tuvieron un marcado carácter social y se expresaron en dos vertientes: por un lado, las mujeres de las clases más populares que protestaron en contra del incremento en el coste de la vida, así como, mejoras en las condiciones generales de vida; y, por otro lado, las mujeres de las clases medias y burguesas (a las que también se les sumaron algunas populares) que reclamaron el reconocimiento de sus derechos políticos. En general, los ideales de la Revolución Francesa, en su conjunto, se basaban en la reivindicación y defensa de la igualdad natural universal y política ante la Ley; sin embargo, a pesar de haber consistido en todo un movimiento con ideas bastante progresistas para la época y haber supuesto un antes y un después en la Historia, resulta bastante paradógico el que no se consiguieran grandes avances en el ámbito de los derechos de la mujer y, por tanto, se les negara tal reconocimiento.

Si lo que se había logrado en esos años era poco, la llegada del Imperio Napoleónico supuso un retroceso a los antiguos ideales contra los que la Revolución Francesa había tratado de luchar y, con ello, la vuelta a la visión tradicional de la mujer, reduciéndola en exclusiva al ámbito doméstico y prohibiéndole cualquier otro tipo de actividad. Como consecuencia, el movimiento feminista francés de los siglos XVIII y principios del XIX, no gozó de una directa aplicación en la realidad (y posteriormente fue acallado con las constringentes normas napoleónicas); no obstante, sí supondría una buena base para los movimientos feministas posteriores.

En segundo lugar, analiza los rasgos principales del liberalismo inglés y presenta el movimiento feminista que tuvo lugar en Gran Bretaña, resaltando a su figura más representativa y punto de origen de dicho movimiento: Mary Wollstonecraft (1759-1797).

En el caso británico, las denuncias por parte del colectivo femenino giraban, principalmente, en torno a la cuestión política (Mary Wollstonecraft llegó a comparar el régimen absolutista al que estaba sometido el país, con la supremacía tirana que ejercía el hombre con su esposa en el ámbito privado) en especial, el derecho al voto (las sufragistas). Este movimiento se apoyó en gran medida en las ideas de dos pensadores liberales: John Stuart Mill y Harriet Taylor Mill; los cuales defendían el pleno reconocimiento de la igualdad legal de la mujer como algo necesario para el propio avance de la sociedad humana y el progreso. Finalmente, en 1868, con el “Acta de Reforma” se consiguió el sufragio femenino a nivel municipal, pero con algunas restricciones (las mujeres casadas seguían sin poder votar); no obstante, las feministas británicas se mantuvieron activas, puesto que su interés no solo abarcaba el sufragio

femenino, sino que aspiraban a más y también reclamaron el acceso de las mujeres al espacio público y vinculado a la política, que progresivamente gozó de un importante protagonismo femenino.

Considero que cabe dedicar unas líneas a comentar la figura de Mary Wollstonecraft, ya que a mi parecer, no solo fue una pieza clave en el feminismo británico (a pesar de haberse alejado de esa movilización sufragista, al no haberle dado tanta importancia al voto femenino) sino también una mujer pionera y avanzada para su época. Para poder apreciar esto último, solo hay que ver su discurso y las ideas que presentaba en él: consideraba que la ignorancia de las mujeres era una estrategia de los hombres para que éstos mantuviesen su hegemonía, y que era el predominio de la comunidad masculina en el orden social lo que impedía a las mujeres expresarse libremente; así como, que la asimetría de los sexos no se debía a diferencias biológicas, sino a la educación y hábitos de socialización.

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