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Pensamiento Político y Económico


Enviado por   •  16 de Septiembre de 2018  •  Ensayos  •  2.057 Palabras (9 Páginas)  •  102 Visitas

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La minería y su relación con el bienestar de los chilenos

La relación entre la riqueza y la felicidad

Alumna: Sofía Grez

                                               Ayudante: José Manuel Undurraga   

Terminado el proceso de independencia, y a lo largo de la historia chilena,  se logra apreciar, que su actividad económica principal ha estado ligada a la producción de materias primas. Siendo generalmente la industria de la minería el motor de nuestra economía. Chile ha pasado por la producción especializada de diversos minerales, dependiendo de la época y del contexto histórico. Para superar la crisis post independencia, se optó por insertar a nuestro país en la economía mundial, aplicando un modelo capitalista. Esto nos hizo ser dependientes de países extranjeros y más vulnerables. Entre los años 1880 y 1930, la economía chilena descansó en la producción y exportación del salitre y posteriormente se basa en la industria del cobre. Lo que nos lleva a cuestionarnos: ¿A lo largo de la historia chilena, ha sido fundamental la minería para alcanzar el bienestar y la felicidad de la sociedad? Para poder responder a eso, es necesario conocer algunos índices que se explicarán a continuación y definir los conceptos de bienestar y felicidad. Según la Real Academia Española, bienestar es: “conjunto de las cosas necesarias para vivir bien” y felicidad se entiende como “estado del ánimo que se complace en la posesión de un bien”.

Con el objetivo de analizar los países y realizar comparaciones, se han ido creando diversos índices para medir y determinar la riqueza y el desarrollo de los distintos países. Uno de ellos es el Producto Interno Bruto (PIB), definido por el ministerio de hacienda como “el valor total de los bienes y servicios producidos en el territorio de un país en un periodo determinado, libre de duplicaciones”. Sin embargo, desde mi punto de vista, no creo que este se relacione ciertamente con la felicidad o bienestar de cada individuo habitante de ese territorio. Otro indicador es el IDH (Índice de Desarrollo Humano), el cual se determina según tres elementos: la esperanza de vida al nacer, el nivel de educación o años de instrucción y el INB (ingreso nacional bruto) per cápita. Para el año 2013, dentro de los diez países con mejor IDH, cinco son europeos, dos pertenecen al continente de Oceanía, dos a Norte América y uno es asiático. Como se puede ver en la tabla 1. Mientras que los diez con peor índice se encuentran en África, como muestra la tabla 2. Al igual que con el índice anterior, surge la interrogante: ¿Muestran eficazmente la felicidad de su población? En un discurso ante el congreso estadounidense el año 1934, Simon Kuznets dijo: “Es muy difícil deducir el bienestar de una nación a partir de su renta nacional.”

Tabla 1

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Tabla 2

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El año 1972, tras constantes críticas por la pobreza económica de su país, el rey de Bután propone el índice de Felicidad Interior Bruta (FIB), también conocido como FBN (Felicidad Bruta Nacional); pues la felicidad no siempre está ligada al crecimiento económico o a la riqueza. Este indicador se basa en cuatro aspectos fundamentales: conservación del medio ambiente, promoción de la cultura, desarrollo sostenible y equitativo y buena gobernanza. Posteriormente, una organización económica conocida como NEF (New Economics Foundation) elabora el Happy Planet Index, el cual fue publicado el año 2006 y usa datos referentes a la esperanza de vida, bienestar y huella ecológica. Según resultados obtenidos el año 2013, el continente americano es el con mayor felicidad según este indicador, específicamente en las zonas centro y sur (ver tabla 3). Costa Rica, con 64 de HPI ocupa el primer lugar, sin embargo alcanza solo el puesto número 68 en el índice de desarrollo humano. Chile en el lugar 19, con un HPI de 53,9 y Noruega (el con mayor IDH) ocupa el lugar 29 con un HPI de 51,4. Mientras que los países con índice más bajo fueron los ubicados en África, lo mismo que se obtuvo al analizar el IDH.

Tabla 3

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Fuente: Happy Planet Index

Luego de analizar bien estos dos índices, puedo decir que para los países con un mejor IDH es más fácil alcanzar un buen lugar en la tabla de posiciones del Happy Planet Index. Mientras que los países con alto HPI no necesariamente alcanzan un buen puesto en el IDH. Ya que países como Guatemala y Nicaragua, que tienen gran nivel de felicidad, se encuentran dentro del último tercio de países con peor índice de desarrollo humano. Es decir, la riqueza y el desarrollo nacional si afectan, en cierta medida, la felicidad colectiva del país. Teniendo claro estos indicadores se puede determinar la importancia de la minería para alcanzar la felicidad y el bienestar de la población.

El inicio de la explotación del salitre se remonta al año 1860 en Antofagasta, cuando empieza a aumentar notoriamente la demanda externa de este. Esta zona pertenecía a Bolivia, y atrajo a muchos chilenos, desarrollando así en años posteriores una gran actividad comercial. En 1882, luego del triunfo nacional en la Guerra del Pacífico, Chile logró dominar la zona norte controlando así la producción de este mineral. Esto genera una serie de efectos positivos para Chile, que influyeron en una rápida superación de la crisis económica que vivía nuestro país.

El gran auge está comprendido entre los años 1900 y 1925. Durante ese periodo, las exportaciones del salitre aportaban más de la mitad del total de ingresos al fisco, lo que equivalía a más de 20 millones de dólares. Adam Smith dice: “La riqueza es trabajo y no atesoramiento, ella es esencialmente dinámica y movible.” (Avetikian, 1987). Según esto, me parece muy prudente lo que realizó el gobierno de turno. Debido que con esas platas se realizaron mejoras materiales que beneficiaron las comunicaciones, como la construcción de nuevos ferrocarriles y puentes. Por otro lado esos ingresos financiaron la creación de establecimientos educacionales y hospitales, lo que lleva a un aumento de la calidad de vida de los usuarios. La creación de nuevas obras públicas generó además nuevos y más empleos lo que fue fundamental para dinamizar la economía del país.

Según datos recopilados por Diaz et al. (2004) y publicados por José De Gregorio el año 2005, el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) per cápita desde la Independencia hasta la Guerra del Pacífico era lento y de un 0,8% anual. Sin embargo, desde que Chile logra predominar el comercio del salitre, el crecimiento del PIB per cápita se acelera alcanzando un 1,5 por ciento hasta la gran depresión del 1929. Siendo este el único indicador existente a la fecha.

Finalizado el ciclo del salitre, se abre paso el cobre. La economía de este mineral también sufrió tras la recesión de 1929. Logra tomar fuerza a principios de la década del 50, donde la tributación al cobre ya constituía cerca del 30 % de la recaudación fiscal y para el final de la década aumentó casi en un 20%. En el año 1960 se producían aproximadamente 500.000 toneladas de este metal. Para finales de los 80 se logró triplicar esta cantidad y en la década de los 90 creció en 3 millones de toneladas. En la actualidad se producen aproximadamente 4,7 millones de toneladas lo que nos posiciona como el principal productor y exportador de cobre. Este aumento en la producción se refleja claramente en el PIB per cápita nacional, lo que se puede ver en la tabla 4. El IDH también ha ido aumentando, pero en paralelo con los demás países, por lo que no se ve un cambio radical en el ranking (tabla 5).

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