¿Qué significa la frase de “La sociedad no sólo condiciona lo que hacemos, sino también lo que somos”? ¿Cómo contribuyen a ello los roles o papeles sociales?

La sociedad en el hombre

Irune Alvarez

Fundamentos del Análisis Sociologico

¿Qué significa la frase de “La sociedad no sólo condiciona lo que hacemos, sino también lo que somos”? ¿Cómo contribuyen a ello los roles o papeles sociales?

Al principio, Berger hace una pequeña alusión al capítulo anterior y sostiene que el lector posee excelentes razones para concebir la sociología como “la ciencia triste”, tal y como él la define. Dice que se nos ha presentado la sociedad como una funesta prisión, y contemplando los diversos sistemas de control presentes en nuestra sociedad, podríamos decir que hemos asimilado al individuo y a la sociedad como dos entidades que se enfrentan la una con la otra.

De pronto, la sociedad es una realidad externa que ejerce presión sobre el individuo en cuestión. Peter Berger dice que si no alteráramos esta imagen, tendríamos como resultado una visión totalmente equivocada de la relación autentica: la visión de masas que se resisten a la sociedad, que se rinden y aceptan todo lo que las autoridades deciden y proclaman, obligadas a obedecer por el medio a lo que podría ocurrir si no lo hiciera. El autor sostiene que el sentido común de la sociedad y el análisis sociológico desmienten esta visión, porque para la gran mayoría de la población no supone un esfuerzo sobrehumano soportar el yugo de la sociedad. Esto no es porque el poderío de la sociedad haya disminuido o sea menor de lo que creemos, sino porque el individuo desea lo que la sociedad espera de él. Quiere obedecer las reglas y desea los deberes o los quehaceres que la sociedad le ha asignado. Esto sucede porque el poder de la sociedad es mayor a lo que creíamos.

Y aquí es cuando Peter Berger incluye la frase que debemos analizar. Esto implica que la posición social determinará no sólo nuestro modo de vida, sino nuestra conducta. Es fácil de asimilar que la sociedad sea un producto del ser humano, pero se nos olvida que el ser humano es un producto de la sociedad. Esto implica que la influencia que ejerce sobre nosotros es tal, que asimilamos sus propias normas y las hacemos nuestras. Ella fija qué debemos desear en base a lo socialmente establecido, y acabamos deseándolo.

Para explicar este elemento de la perspectiva sociológica Berger se lanza al estudio de tres campos esenciales: la teoría del papel que desempeñamos, la sociología del conocimiento y la teoría del grupo de referencia. En esta pregunta nos centraremos en el primer campo y en su influencia sobre lo mencionado anteriormente.

Comenzaremos esta sección fijando el origen de la teoría del papel o de la función social, la cual ha sido principalmente una “revelación” estadounidense. Podemos relacionarla con autores como Charles Coole y George Herbert Mead, pero Berger pone especial énfasis en recordar el concepto de Thomas de la definición de la situación al comenzar la reflexión acerca de la importancia de la teoría del papel. En el capítulo anterior quedó claro que una situación será de una manera u otra dependiendo de cómo la definan sus participantes, ya sean coetáneos o antepasados, y que la definición social es un concepto muy utilizado en la disciplina de la sociología. En definitiva, la situación social es una realidad “convenida” por los que toman parte en ella o por los que la definen.

Desde el punto de vista individual, se podría decir que las situaciones en las que participamos nos sitúan delante de ciertas expectativas y nos exigen respuestas a estas últimas. Como ya se ha visto anteriormente, en toda situación social existen poderosas presiones para asegurar la aparición de las respuestas adecuadas. La sociedad existe en la medida en que las definiciones compartidas por los individuos coincidan más o menos. Para explicar esto, el autor pone el siguiente ejemplo: los motivos del editor y del autor de un libro en cuestión pueden ser completamente diferentes, pero la manera en la que ambos definen la situación en la que el libro se presenta a los individuos son similares y evitan el caos social. En definitiva, los intereses individuales pueden coexistir dentro de una situación social determinada sin causarle daño alguno. Aun así, si las definiciones son muy distintas, provocarán el caos y surgirá el conflicto o la desorganización social.

El individuo se enfrenta a expectativas diferentes en distintos campos de su vida… y las situaciones que las crean caen dentro de ciertos grupos. Para explicar lo siguiente Peter Berger pone el ejemplo del estudiante. Él puede escoger dos asignaturas de dos profesores distintos en dos ramas distintas, y las expectativas variarán inevitablemente, pero como las situaciones no serán especialmente diferentes, el estudiante podrá aplicarlas a una única respuesta global. Esto es, podrá ejecutar el papel de estudiante en ambas situaciones. Esto es muy importante porque nos define qué es un papel: una respuesta común a una expectativa.

La sociedad ofrece y crea estas respuestas. Lo único que debemos hacer como actores es sumergirnos en los papeles que nos han asignado antes de que se suba el telón. Desempeñamos nuestros papeles, seguimos determinados patrones, y el llamado “drama social” continúa sin interrupciones. El papel que se nos ha otorgado como miembros de una sociedad nos proporciona un patrón que debemos seguir estemos en la situación que estemos, aunque variarán. Como ejemplo aquí tenemos los papeles relativos al oficio: el papel de recogedor de basura no exige las mismas normas que el papel de un médico. Sin embargo, este elemento no solo regula las acciones que pueden apreciarse a simple vista, pues además de llevar consigo ciertas acciones, porta las emociones y las actitudes correspondientes a estas acciones. Aunque el sentimiento existiera antes de ejecutar el papel, este último lo fortalece.

Por ejemplo, alguien que acaba de convertirse en oficial se sentirá incómodo ante la influencia sobre los demás su nuevo papel y le resultará raro la conducta de sus compañeros hacia su figura, y en un principio les tratará como a iguales y les saludará de manera amistosa cuando se los encuentre. El papel que se le ha otorgado es, en principio, un disfraz, como las insignias que luce su uniforme. Puede decir que sigue siendo la misma persona, que simplemente tiene nuevas responsabilidades, pero esto no durará mucho tiempo. Tiene que ejecutar su papel como oficial, y para ello debe mantener la compostura. Asimila que al ser oficial es un ser superior al que se debe obedecer y respetar. Llega un momento en el que ya no actúa como un oficial… se siente como uno. Su actitud inicial ha desaparecido.

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