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REALIDAD EN HOSPITALES

pamelazaro23 de Febrero de 2014

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¿Cuáles son las concepciones éticas para el trato clínico hospitalario a los adultos mayores?

INTRODUCCION

Entre las concepciones éticas y filosóficas para el trato clínico de un adulto mayor se tiene que tener en cuenta los nuevos problemas a enfrentar en el ámbito de la salud se encuentra no solo el mantenimiento de la funcionalidad de los adultos mayores, la prevención de la enfermedad y de sus consecuencias y el tratamiento adecuado de la población adulta mayor actual, sino también el desafío de promover en la población adulta media estilos de vida saludables que conduzcan a un envejecimiento activo de las futuras generaciones. La enfermería cobra entonces una vital importancia, tanto por su participación clave en el equipo de salud como por su potencial de respuesta a las necesidades de cuidado de la salud de los adultos mayores en todos los niveles de atención, y en forma especial en la atención primaria y cuidados a largo plazo. También le cabe la participación activa en toda forma de expresión social que conduzca a pautas de comportamiento más tolerantes y solidarias hacia las personas adultas mayores de la comunidad.

El análisis de los dilemas éticos desde diferentes perspectivas permite comprender la influencia que tiene la formación profesional en el desempeño del médico ante situaciones que exigen una estrategia más integral. Leyes, valores, valoraciones y sentimientos deben fundarse en el juicio moral que se emite en el mundo asistencial como aspectos de un mismo proceso que expresan diversas dimensiones humanas manifestadas en un individuo concreto, el sistema de valores presente en los sujetos que interactúan en el proceso salud-enfermedad y la esfera afectiva-emocional propia de la biografía de estos sujetos.

La adaptación al envejecimiento no es tarea fácil para los adultos mayores y requiere que los profesionales que participan en su cuidado se caractericen por una muy especial vocación y amor al trabajo con este grupo etáreo, lo que se traduce en una actitud que trasunta valores como: el respeto por el otro, la autonomía y la compasión para brindar cuidados humanizados al adulto mayor y que se extiende también a su grupo directo de cuidadores.

Para lograr lo anterior se requieren de profesionales de enfermería que se destaquen por sus actitudes, habilidades y valores en el campo de la ética, la actitud humanitaria, la sensibilidad, el respeto y el amor al adulto mayor y el interés por el desarrollo profesional basado en la investigación continua.

OBJETIVOS

• Identificar las concepciones éticas en el trato hospitalario al adulto mayor

• Describir las concepciones éticas en el trato hospitalario al adulto mayor

HIPOTESIS:

El incremento de la esperanza de vida conduce a diversas problemáticas en la población adulta mayor y con más frecuencia se plantean problemas de tipo social, económicos, médicos y éticos que no deben ser ignorados. Las modernas tecnologías de diagnóstico y tratamiento, prolongan en ocasiones los cuidados terminales y afectan la calidad de vida en este grupo poblacional.

Por todo lo anterior los profesionales médicos y en general todos los vinculados en la atención al adulto mayor, debe actualizarse en los conocimientos de bioética.

MARCO TEORICO

El envejecimiento es un proceso que se produce por el paso del tiempo en todos los seres vivos. En el hombre en particular, este proceso se desarrolla en un medio social donde él como ser social, tiene que interrelacionarse con la familia, los vecinos, el medio donde vive y toda la sociedad en su conjunto. Del resultado de esta importante relación va a depender la calidad del envejecimiento y la calidad de vida de todos.

El envejecimiento también ha producido un gran cambio en la estructura de la población, frente a lo cual estamos obligados a replantearnos y discutir nuevamente la estructura económica y social de este momento histórico. Los adultos mayores no deben ser apartados de esta discusión, sino por el contrario deben ser parte activa para que puedan plantear sus puntos de vista, sus perspectivas, criterios y aspiraciones. Sus vivencias y experiencias nos pueden ayudar a dar soluciones adecuadas a problemas que ellos presentan y que nosotros estamos en la obligación de resolver.

La relación adulto mayor sociedad-familia, hay que verla como una relación donde se da y se recibe. Si bien es cierto que los tiempos cambian, lo que puede ser normal y ético para una generación, no necesariamente lo es para otra. Si debemos brindarles seguridad y bienestar a nuestros ancianos, es necesario que se sientan útiles para hacerles una vejez más feliz y levantar su autoestima.

La medicina como ciencia ligada a los problemas humanos en su condición biosocial ha estado permeada en su devenir histórico por la moral imperante.

La medicina burguesa posee patrones morales impregnados por el individualismo, el elitismo, el egoísmo, la deshumanización, el lucro con el sufrimiento de los demás y la mercantilización de tan noble profesión, el ejercicio de la medicina privada exhibe todas estas características.

Sólo el socialismo, con su nueva moral libera a la profesión médica de estos vicios, coincidiendo los intereses personales con los de la sociedad.

En este trabajo se plantearan algunos de los problemas bioéticos más frecuentes en el adulto mayor como son:

- La edad como factor que influye en la toma de decisiones médicas.

- La limitación del tratamiento en pacientes mentalmente competentes.

- La toma de decisiones médicas en los enfermos con posible incompetencia mental.

- El tratamiento en los enfermos terminales.

- La autonomía del paciente.

- Las responsabilidades del médico.

La edad como factor que influye en la toma de decisiones médicas.

El envejecimiento es un fenómeno individual; si bien la edad cronológica de un grupo de ancianos de 70 años es la misma, no sucede igual con la edad biológica, que es completamente distinta en cada uno de ellos pues depende además de factores genéticos, ambientales, condiciones de vida y otros.

En una misma persona todos los órganos no envejecen a la misma velocidad, pues dependiendo de los factores antes mencionados, es posible que a los 70 años un anciano pueda tener unos riñones que se comporten funcionalmente como de 70 años y un corazón que sea similar al de una persona de 60 años y viceversa. Esto hace imposible poder evaluar de igual manera a todos los adultos mayores que arriben a una edad cronológica y obliga a los médicos a evaluar e individualizar cada anciano en particular y el riesgo / beneficio que obtendrán en la toma de decisiones.

Como consecuencia del rápido crecimiento de la población de más de 60 años, la limitación de la atención médica en función de la edad, es un aspecto muy importante y de debate diario entre los profesionales de la salud. Por ejemplo se debate con frecuencia acerca de si un anciano, con una bronconeumonía complicada o un infarto de miocardio debe o no ingresar en una sala de cuidados intensivos, si se le debe realizar o no un trasplante de riñón, por la misma razón si se le quiere privar de determinada modalidad terapéutica por el solo hecho de ser un adulto mayor.

Hoy día cuando la expectativa de vida a los 60 años es de 19,9 años (la tercera parte de los años vividos), es inadmisible estas limitaciones. Algo similar sucede con los exámenes complementarios, cuando se duda de realizar o no una prueba ergométrica; o en el caso de los procederes terapéuticos cuando renunciamos a hacer una angioplastia y analizamos las limitaciones de otras terapéuticas. Lo que si queda claro a Geriatras y Gerontólogos es valorar siempre el riesgo-beneficio de los procederes en cada caso.

Los principales argumentos que se han planteado a favor del “racionamiento” según la edad son:

- La productividad disminuye en los ancianos.

- El respeto al anciano es compatible con la limitación de la asistencia médica.

- Las diferencias de tratamiento basadas en la edad respetan el principio de igualdad, porque con el tiempo todos reciben el mismo tratamiento.

Nuestra ética socialista nos impide aceptar estos argumentos propios de las sociedades capitalistas, pues la vida tiene un inapreciable valor por sí misma y no por lo que la produzca. No existen limitaciones de la asistencia médica porque existe un apoyo social y voluntad del gobierno para que la medicina se practique en todos los niveles de asistencia médica con el máximo de calidad.

Si el riesgo médico o quirúrgico es similar o ligeramente mayor al riesgo establecido para personas más jóvenes entonces la siguiente pregunta es de tipo ético. ¿Hasta qué punto merece la pena prolongar la vida del anciano? La opinión del paciente en estos casos cobra una importancia fundamental, la mayoría está dispuesta a continuar el tratamiento y seguir el consejo médico si mantiene el mismo nivel de función, lo que no desea es sufrir el dolor ni la discapacidad. (GEROINFO. RNPS. 2110. Vol. 2

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