Reporte de Libro Emilio

Juan Jacob Rousseau - EMILIO

Juan Jacob Rousseau, fue un filósofo suizo que nació en Ginebra en 1712 y falleció en 1778, criado por su tía materna y su padre. Desde pequeño su educación se enriqueció con bastante lectura, fue su padre quien lo enseño a escribir y leer.

Rousseau tenía la idea de que el sistema educativo del siglo XVIII no cumplía con las expectativas para generar una sociedad integra y libre, en su obra; EMILIO,  novela filosófica educativa, escrita en 1763, fundamentalmente describe y propone una perspectiva diferente de la educación, que es aplicada en Emilio. Rousseau, partiendo de su idea de que la naturaleza es buena y que el niño debe aprender por sí mismo en ella, quiere que el niño aprenda a hacer las cosas, que tenga motivos para hacerlas por sí mismo. Señala que solo se enseña lo que se quiere y no lo que se debe, no se toma en cuenta que la edad de los pequeños en muy influyente en lo que se aprende  y que para adquirir determinado conocimiento debe tener claramente entendido uno previo.

Por esta razón, comenta que se debe iniciar por hacer que el niño comprenda su propia naturaleza, para entender el entorno que lo rodea y a su vez los que rigen ese ambiente, debe entenderse a sí mismo; conocerse, identificar sus intereses, características y sentidos, ya que a través de ellos  interactúa con el exterior. Siendo esta una estrategia de aprendizaje más fácil para el niño.

LIBRO 1

Rousseau busca justificar cómo es que el hombre puede vivir en sociedad, la misma que requiere que ese hombre pierda o controle algunas de esas características naturales, específicamente, el egoísmo que lo impulsa a sacrificar todo interés ajeno en beneficio de cada persona. Ósea que toda sociedad tiene que elegir entre crear un buen ciudadano o un hombre basado en intereses personales.

A partir de esto desarrolla su planteamiento en el que propone que el problema central de la educación es la contradicción entre el hombre natural y la necesidad social de aceptación. Aristóteles entiende lo general como aquello que corresponde a varias cosas singulares; la ((educación-en general)) abraza todas las educaciones individualizadas. La distinción entre lo general y las cosas singulares caracteriza el conocer humano.

Rousseau considera que el ser humano al nacer indefenso y necesita fuerza para sobrevivir, que no tiene nada, necesita de orientación y ayuda, nace sin saber nada, por lo que necesita adquirir conocimiento, que se le proporcione educación, o más bien que se le corrompa el pensamiento. El adulto trasmite sus errores y vicios.

Rousseau nos dice que durante el proceso natural de nuestra vida existen fortalezas y debilidades, experimentamos pena y dolor, lo cual es parte de la crianza y necesario para poner a prueba las fuerzas naturales del niño, sin superar sus propios estándares. El niño sufrirá variaciones en su cuerpo y la elasticidad que posee, al ser adulto la perderá.

Cuando un pequeño logra hablar, lo importante no es la cantidad de palabras que diga, lo importante es la cantidad de palabras e ideas que puede comprender, ya que no vale una palabra que no signifique nada para el niño.

Rousseau piensa que en el orden social están todos los puestos señalados y que cada persona debe ser educada para el suyo. Sin un particular formado para su puesto. Solo es útil la educación es cuanto se forma según la vocación de los padres, en cualquier otro caso es perjudicial para el alumno, aunque no sea más que por las preocupaciones que le interesan.

En Egipto los hijos estaban obligados a seguir la profesión de sus padres pero tenían a lo menos un blanco determinado pero que en los países donde solos las jerarquías subsisten nadie sabe cuándo se educa a un hijo.

Rousseau piensa que como el estado natural de todos los hombres es iguale, su vocación es el estado de hombre y que para este fuese bien Criado, no puede desempeñar mal los que con el tengan conexión, poco importa si al alumno lo destinen para la tropa, a la iglesia o para el foro que antes de la vocación de sus padres. Le llamo la naturaleza a la vida humana.

Los padres solo piensan en conservar a su niño, eso no basta deberían enseñarle a conservarse cuando sea grande, a aguantar la mala fortuna, a arrastrar la opulencia y la miseria. Vano es tomar precauciones para que no muera al cabo tiene que morir.

Es importante evitar dos extremos en el trato con los niños: imponerles nuestra voluntad y que ellos nos impongan la suya con sus lloros, para que no se formen ni la idea de esclavitud, ni la de mando, sino la de libertad. Menos mandatos y más autonomía de movimientos, que obren por sí mismos, y se darán cuenta de lo que pueden y de lo que no pueden. Los niños no deben encontrar resistencia en la voluntad humana, sólo la que las cosas les ofrecen, así no se harán coléricos ni caprichosos. Cuando un niño tiende la mano hacia un objeto distante sin decir nada, él se engaña acerca de sus posibilidades; acerquémosle el objeto para que pueda tomarlo. Pero cuando extiende su mano gritando y llorando, como si mandase al objeto que se acerque, no hagamos caso ninguno de sus llantos, para que no se habitúe a mandar y a ser caprichoso.

Rousseau resume parte de lo explicado hasta ahora en cuatro puntos:

Los niños no tienen suficientes fuerzas para todo lo que requiere su naturaleza. Dejémosles usar todo lo que ésta les concede, sin temor ninguno a que abusen, no sabrían hacerlo.

Se les debe ayudar y suplir en lo que les falta, sea en inteligencia sea en fuerza, siempre en algo que responda a una necesidad física.

Al ayudarles, tener en cuenta la utilidad real, sin conceder nada a la fantasía ni al deseo injustificado. La imaginación no los atormentará si no se la hace nacer, porque en esta edad no es natural.

Conviene seguir atentamente sus manifestaciones. Estando en una edad en la que el disimulo no es posible, se podrá distinguir fácilmente los deseos procedentes de la naturaleza y los que vienen de la opinión.

LIBRO 2

Este libro hace referencia a la educación que se ejecuta en el proceso de la infancia, hasta los 12 años, el primer punto que se toma es que no se debe de cuidar excesivamente a los niños.

Las sensaciones del niño son muy importantes para que se desarrolle y conozca  primeramente su mundo, es por eso que la experimentación y la observación son los métodos más ideales para que efectuara el aprendizaje.

Hay tres ideas que son fundamentales: La reivindicación de un estatuto y unos derechos propios de la infancia, el concepto de la educación negativa y la educación de los sentidos.

Rousseau menciona mucho sobre lo que es conveniente o no que un niño aprenda, así como las formas o métodos de educar. Consideraba que las fabulas eran inadecuadas para la educación en los niños ya que promovían una moral para el adulto sin desarrollar la moral natural de un niño. No se puede hablar al niño de un mundo ajeno antes de que se descubra a sí mismo. Rousseau decía que los libros eran como tortura para los niños, estaba de acuerdo en que debían aprender a leer a temprana edad, pero decía que no servía de nada si el niño no sabía comprender la lectura o simplemente se aburría. Rescatando la idea de Platón, de que la educación en Atenas se limitaba a la enseñanza de la música, la poesía y la gimnasia. Según el Protágoras (325c), el pensum de estudios para esa época era pobre.

Es por eso que Rousseau propone que se debe dejar al niño aprender por sí mismo aquellas cosas que podría ser error trasmitírselas sin haber experimentado ellos, respecto a esto comento “Nuestra pedante manía de enseñanza, nos mueve a instruir a los niños en todo aquello que aprenderían mejor por ellos mismos”.

Unas de las ideas de Rousseau es que el niño es un ser, no un hombre pequeño, la infancia tiene su propia razón de ser, se justifica por sí mismo, tiene su propia madurez y sus propias leyes. Querer entender a un niño con los moldes de un adulto seria atentar contra el orden de la naturaleza.

La felicidad de la tierra se mide por la menor cantidad de males que sufren. Más feliz es aquel que sufre menos, más miserable es quien goza de menos placeres. La infancia es débil e infeliz no por naturaleza, sino por el hombre, que quiere exigirle lo que está por encima de sus posibilidades naturales. El hombre verdaderamente libre quiere solo lo que puede hacer, y hace lo que le agrada.

Se debe hacer sentir al niño la dependencia y la necesidad de las cosas, que es propia de la naturaleza, no humilla ni lesiona, ni genera vicios, se evitara que se sienta la dependencia de los hombres, que es propia de la sociedad.

Rousseau muestra su desacuerdo con la máxima de Locke de que es preciso razonar con los niños. No están en edad de hacerlo; si pudieran razonar no tendrían la necesidad de ser educados. Basta con que sean conscientes de sus limitaciones naturales y de su dependencia con el educador pero sin hacérselo notar directamente con mandatos y prohibiciones.

Rousseau piensa que la primera educación debe ser puramente negativa, consiste no en enseñar la virtud la verdad, sino en preservar el corazón del vicio y el espíritu del error. Es preciso perder el tiempo para luego ganarlo. El periodo que llega hasta los 12 años es muy delicado, si se introduce al discípulo el error y el vicio, será muy difícil sacarlo después. Lo ideal sería que el niño pasase de la lactancia a la edad de la razón. Pero como así no sucede, hay que esforzarse en que el alma del niño este lo más inactiva posible durante ese periodo. Educar los sentidos y el cuerpo, pero evitar que entre el mal, y no tratar de inculcar el bien.

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