Resumen Hume y Kant

David Hume es considerado uno de los filósofos más representativos de la corriente empirista. Esta corriente que nace hacia el final de la Edad Media y durante el Renacimiento sostiene que la fuente legítima del conocimiento es la experiencia, que la información en la cual podemos confiar es aquella que proviene de los sentidos. Diferenciándose así, del racionalismo, corriente filosófica inaugurada por Descartes donde se desconfía de los sentidos y la razón asume el lugar privilegiado como base del conocimiento.

Dentro de lo que Hume plantea como las bases del empirismo es que concebimos los conceptos: Impresiones e Ideas. El primer concepto, impresión, refiere las percepciones que dejan una huella o marca que deja en nosotros el contacto presente y directo con un objeto las cuales se inscriben en la mente (la experiencia original), según el autor: “Las impresiones son un tipo de percepciones que se encuentran en la mente y gozan de fuerza y de intensidad.”. En cambio, se refiere a las ideas como las experiencias (a nuestras impresiones) pero que no se producen en el presente, sino en el pasado o en el futuro, es decir, en nuestra imaginación, consideradas de carácter más débil y atenuante (la re-presentación de una experiencia). Es así como Hume sostiene que las ideas de nuestras experiencias fundamentales y originarias: las impresiones.

El criterio de verdad empirista, el cual establece que toda idea proviene de una impresión, significa para la filosofía y su parte más abstracta un problema. De manera que Hume se propone poder asignarle a los principios de la idea de sustancia, la idea de causalidad (o causa-efecto) y la idea del yo una impresión correspondiente reafirmando que esto no es posible.

Hume sostiene que los filósofos abstractos poseen una concepción del yo como si se estuvieran refiriendo a una cosa, una cosa que permanece intacta a pesar de los cambios que pueda sufrir. A lo que recalca que el yo es una idea, es la propia identidad de la cual nos podemos hacer una idea, pero como no tenemos una experiencia directa de nuestra identidad, que sea invariable y constante no puede ser justificada desde el punto de vista empírico.

A lo largo de lo expuesto anteriormente podemos remarcar algunos puntos centrales donde la propuesta que Hume difiere de la de Descartes. Principalmente, Descartes es un filósofo del racionalismo, corriente que desconfía de los sentidos y aporta relevancia a la razón como camino al conocimiento. Por otro lado, a diferencia de la postura de Hume sobre la idea del yo, Descartes sostiene, ante su método de la duda, que de lo único que él está seguro es de su existencia, porque piensa, razona.

Immanuel Kant es uno de los filósofos de la Modernidad, período que tiene su auge en el siglo XVIII, conocido como “siglo de las luces”, “iluminismo”. Siglo caracterizado por una apuesta al conocimiento, a la razón. En este contexto, Kant propone una nueva concepción filosófica a partir de una síntesis superadora del racionalismo y del empirismo, esto aceptando y rechazando aspectos de una u otra corriente.

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