Teoria Psicoanalitica De Freud
Marilina_Gamba30 de Septiembre de 2012
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Tema: Teoría Psicoanalíticas de la personalidad – Según Sigmund Freud
Introducción:
Nuestro informe pretende ser un breve desarrollo dentro del campo de la Psicología a cerca del pensamiento Freudiano.
Nuestro trabajo consta de varias partes:
1) Breve síntesis biográfica de Sigmund Freud.
2) Breve desarrollo de la estructura del Aparato Psíquico según Freud.
3) Etapas del desarrollo Psíquico.
4) Mecanismo de defensa.
5) Complejo de Edipo.
6) Conclusión y análisis.
1. Sigmund Freud (1856-1939).
Antes de pasar a desarrollar la estructura del Aparato Psíquico según Freud, haremos una breve síntesis de su biografía ya que lo consideramos importante para el desarrollo de nuestro tema.
Sigmund Freud (1856-1939), nace en Freiberg de Moravia (actualmente República Checa), pequeña ciudad católica, donde sólo había un dos por ciento de judíos y protestantes.
Su padre Jakob Freud, de temperamento patriarcal y educado en el judaísmo ortodoxo; su madre Amalie Freud, adoctrina a su hijo en la fe judía. Muerto ya su padre, cuando Sigmund contaba con cuarenta años, constata en su autoanálisis el clímax de una neurosis: una inconsciente rivalidad y repulsa contra su padre, que había sido para él la encarnación de la autoridad, la prohibición y la coacción, a la par que una pasión por su juvenil madre; en una palabra lo que él definió Complejo de Edipo.
Hacia la mitad del Siglo XIX el materialismo dominaba el campo de las ciencias, y cuando Freud estudiaba medicina, esta mentalidad empirista lo llevó a vincular su profesión con la explicación materialista de los fenómenos humanos. De la fisiología pasará a estudiar psicología. Estudiaba con Charcot (París) la histeria y emplea el método de la hipnosis. Mas tarde comienza a interpretar la histeria no como un fenómeno neurológico sino como un fenómeno psíquico, lo que encuentra confirmado por la técnica de la "interpretación de los sueños". Así descubre que, tras los fenómenos neuróticos, se ocultan perturbaciones sexuales (presentes o pasadas). Centró su estudio en el método terapéutico o "Psicoanálisis", que lo condujo a elaborar una concepción de hombre y la religión.
Para comprender el aporte de Freud es indispensable conocer la visión del hombre o "Metapsicología", que orienta toda la terapia psicoanalítica y descubre el papel de la religión.
2. Estructura del aparato psíquico.
Freud emplea el término "tópicas" (del griego topos = lugar), en sentido metafórico, para indicar que no se puede comprender el psiquismo humano sin un modelo espacial que nos represente distintas regiones con su modo propio de funcionamiento y sus mutuas relaciones. Freud elabora su "primera tópica" en los últimos años del siglo XIX, la cual revisará nuevamente en 1920 (después de la cual no queda anulada la primera, sino que sería sustituida por la segunda corregida). Freud llamo “Sistemas”, en su primera elaboración, a los procesos psíquicos; en su elaboración revisada; prefiere llamarlas “Cualidades”.
Dentro de la primera tópica encontramos: el inconsciente, el preconscientes, y el consciente.
El inconsciente : Es la zona realmente descubierta y en parte explorada por Freud, la cual el explica de la siguiente manera : "Denominaremos inconsciente a aquellas representaciones latentes de las que tenemos algún fundamento para sospechar que se hallan contenidas en la vida anímica...", más adelante Freud profundiza afirmando : "Una representación inconsciente será entonces una representación que no percibimos, pero cuya existencia estamos, sin embargo, prontos a afirmar, basándonos en indicios y pruebas.". Partiendo del hecho clínico de la resistencia que mostraban sus pacientes al concientizar ciertos contenidos representativos de los que no tenían la menor idea, Freud explica: "Nuestra cotidiana experiencia personal nos muestra ocurrencias cuyo origen desconocemos y resultados de procesos mentales cuya elaboración ignoramos. Todos éstos actos conscientes resultarán faltos de sentido y coherencia si mantenemos la teoría de que la totalidad de nuestros actos psíquicos ha de sernos dada a conocer por nuestra consciencia y, en cambio, quedarán ordenados dentro de un conjunto coherente e inteligible si interpolamos entre ellos los actos inconscientes deducidos.". Freud va captando progresivamente las característica extrañas que presentan los contenidos de ese oculto sistema, especie de escenario fantasmal ("la otra escena", en contraposición al campo de la consciencia) donde los representantes ideáticos de las Pulsiones instintivas, a las que se les prohibió una normal expresión consciente, han sido condenados a vivir su muerte oficial en ese antro oscuro. Freud lo explica de la siguiente manera: "El psicoanálisis nos ha revelado que la esencia del proceso de la represión no consiste en suprimir y destruir una idea que representa a la pulsión sino en impedirle hacerse consciente. Decimos entonces que dicha idea es inconsciente y tenemos pruebas de que, aún siéndolo, puede producir determinados efectos, incluyendo algunos que acaban por llegar a la conciencia. Todo lo reprimido tiene que permanecer inconsciente; pero queremos dejar sentado desde un principio que no forma por sí solo todo el contenido de lo inconsciente. Lo reprimido es, por tanto, una parte de lo inconsciente”. Lo más inaudito es que el verdugo y la victima son el propio sujeto: la parte consciente del YO no se ha enterado de lo que ha llevado a cabo su parte represora, borrando de su diario autobiográfico líneas o páginas enteras de su verdad más íntima.
Por lo tanto las características más importantes del inconsciente serían:
* Sus contenidos están constituidos por representaciones de las pulsiones instintivas, en forma de fantasías, ideas, deseos.
* No existen allí coordenadas espacio tiempo que rigen la lógica de las representaciones de loas representaciones de la realidad, en el ámbito consciente, ni sigue su lógica normal, sino más bien las del deseo pulsional; no hay allí, en definitiva, ni negación ni principio de contradicción, ni matizaciones dubitativas.
* Estos contenidos están cargados de energía instintiva, dotada de gran movilidad: por una parte, se producen desplazamientos (de esta forma su carga energética pasa de una representación a otra), y condensaciones de muchas en una sola; y, por otra parte, se empeñan en retornar a la conciencia, tropezando entonces con la barrera de la censura defensiva, no pudiendo acceder a los sistemas preconscientes y conscientes sino "disfrazados" (en forma de compromiso o transacción) entre dos impulsos optativos inconciliables.
* El inconsciente parecería como estratificado (en distintas capas más o menos profundas), estando entre las más profundas los contenidos reprimidos en la infancia, en torno a un núcleo último (especie de esquema pre-individuales, productores de protofantasías que informarían las vivencias sexuales infantiles).
Freud expone, en síntesis, lo siguiente: "Resumiendo, diremos que los caracteres que esperamos encontrar en los procesos pertenecientes al sistema INCONSCIENTE, son la falta de contradicción, el proceso primario (movilidad de las cargas), la independencia del tiempo y la sustitución de la realidad interior por la Psíquica”.
El preconsciente: es el sistema situado entre el inconsciente y el consciente, separándole de aquel la censura.
A pesar de que sus contenidos no están dotados de conciencia, se diferencian de los estrictamente inconscientes por una serie de características, a saber:
* No tienen prohibido el paso a la consciencia, en cuanto que no han sido rechazados o expulsados de ella por la represión, ni existe una censura de carácter inconsciente.
* Se rigen por el proceso secundario, lo mismo que ocurre respecto a los del sistema consciente, y sus representaciones están ligadas a las palabras, es decir, el lenguaje verbal.
* El normal almacenaje de información en la memoria se haría en el preconscientes, mientras que las huellas de ciertas experiencias vivenciales que han sido objeto represión se inscribirían en el sistema inconsciente.
El consciente: dice Freud: "No es necesario caracterizar lo que denominamos consciente, pues coincide con la conciencia de los filósofos y del habla cotidiana."
En la segunda tópica, la definitiva, Freud presenta un carácter más antropomórfico del "aparato psíquico"; se trata de tres instancias de la personalidad, que se relacionan entre sí, casi como si fueran, tres sujetos en uno. Éstas tres instancias son las que él denomina: el ELLO, el YO, y el SUPERYO.
EL ELLO: Sería la primera expresión psíquica todavía impersonal de lo instintivo, habiéndose por un extremo a los propios procesos somáticos y estando en secreta complicidad, por el otro extremo, con aspectos del YO y del SUPERYO. Sin embargo, ante la conciencia del sujeto sus contenidos aparecen extraños, desconcertantes, a veces: un impulso una ocurrencia, una fantasía, un miedo angustioso, un deseo o "ganas de". Como si procediesen de un mundo oscuro, caótico y contradictorio, y ante los cuales el sujeto puede sentir horror, fascinación o ambas cosas a un tiempo. Según Freud, el ELLO- a pesar de ser todo inconsciente-- solo una parte del mismo contiene elementos reprimidos, teniendo los demás carácter hereditario e innato. Todos ellos regidos por el principio del placer.
EL YO: Es la instancia central
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