Teoría Educativa

Mi Teoría Educativa

Ser un maestro es apoyar y facilitar el desarrollo positivo de todas las personas que encuentras en tu camino. El maestro es alguien que sabe más sobre algo en particular. Pero eso no es todo, debe estar dispuesto a transmitirlo. Ser maestro es ver crecer generaciones con valores sólidos, y que sus cimientos permitan una sociedad de valores, justa hecha por nuestras propias manos, no solo mías, sino de todos. Porque enseñar es aprender, sé que esto suena bastante idealista pero creo que es una buena meta hacia la cual dirigir mi trabajo.

La finalidad de exponer mi modelo pedagógico es plantear bajo que principios, teorías, conceptos, métodos, o modelos cualifican mi enseñanza, y el aprendizaje de mis alumnos. Toda teoría se construye a partir de otras teorías, o bien de algunos principios de orden filosófico, o bien de la observación empírica. Precisamente saber cómo orientamos nuestra práctica hoy, es un avance hacia la caracterización de los diferentes componentes que influyen en el pensamiento de los profesores, pues, la calidad de mi enseñanza dependerá del dominio que tenga de mi profesión particularmente, e igualmente del saber pedagógico,

porque así podría definir entre otras cosas, los propósitos y objetivos, los contenidos, los métodos, los recursos y la evaluación, que llevaré a la práctica ya que un error que cometa puede poner en peligro a cientos de generaciones, pues quiero ser la maestra que sabe llegar a sus alumnos con tino e inteligencia y hace de ellos sujetos pensantes y no simple objetos de la educación, como dicen Bazarra, Casanova y Ugarte. “Desafiaré a mis alumnos a preguntar, pensar, aprender, desarrollar, ser completamente ellos mismos, y ser mejores seres humanos”. Por lo tanto, lo más importante es detenerme a pensar cómo llevo a cabo mi labor diariamente, es decir, la clave está en saber autocriticarse sin ningún miedo a ningún prejuicio. Para todo ello es un apoyo muy importante la formación y actualización que habría que estar recibiéndola continuamente. Es decir, siempre tenemos que estar en continua formación. La sociedad avanza a ritmos acelerados, casi ni nos damos cuenta de la incorporación de un nuevo elemento, cuando ya han sacado otro más avanzado.

Carneiro nos dice: ¨Los sistemas educativos, no son más que embarcaciones donde los navegantes por el mundo del saber -alumnos y educadores- buscan sentido y significación a sus aprendizajes. Son viajes extraordinarios hechos de sueños, proyectos de vida, grandezas, desilusiones y complicidades” Si digo entonces que mi labor es guiar a mis alumnos al conocimiento, debo decir entonces que concuerdo con Lev Vygotsky y su teoría del Constructivismo Social, pues el conocimiento no es algo fijo y objetivo, sino algo que se construye y, por consiguiente, es una elaboración individual relativa y cambiante. Cada uno de nosotros genera su propio conocimiento, sus propias reglas y modelos mentales con los que damos sentido y significado a nuestras experiencias y acciones.

Bajo estas premisas dirijo entonces mi práctica docente al diario construir de mis alumnos sus propios conceptos orientados por mi persona y pensando siempre en la posibilidad de dejarme enseñar por ellos, les estimulo con preguntas, sin aferramientos previos a una respuesta, no expresando dudas sobre la capacidad de mis alumnos para dar con una solución razonable al problema planteado en la secuencia, trabajo el proceso del grupo sin premura por el tiempo, me concentro en pocos conceptos a fin de profundizar en ellos, permito que el alumno experimente por sí mismo, relaciono continuamente el conocimiento con sus aplicaciones a la cotidianidad de sus vidas, apoyo la utilización por parte del alumno de sus propias informaciones sobre el tema, posibilito la representación a partir de modelos : verbales, gráficos, visuales... del problema antes

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