Ensayo de Historia Económica

Randall Fernando Góngora García

Historia Económica de América Latina.

El fin de la era colonial

Durante el siglo XVIII la decadencia de los imperios español y portugués fue un parteaguas para el proceso histórico europeo, así como para el contexto político y económico. A pesar de las intenciones españolas de dividir sus economías coloniales, esto no logró ocurrir principalmente por dos problemáticas, en primera instancia las barreras proteccionistas derivadas del capitalismo mercantilista; y segundo, por la incapacidad de abastecer las colonias españolas con productos manufacturados. Esto forzó a dichas colonias a buscar alternativas, como lo fueron la conquista directa de los mercados mediante el contrabando y la producción interna de los bienes que fueran necesarios.

Otro factor que jugó en contra de los ideales españoles fue el rápido avance de la Revolución Industrial a lo largo de toda Inglaterra, puesto que el continente americano optó por adoptar algunas de sus medidas tal como lo fue la política de puertos abiertos. La incapacidad de la metrópoli de satisfacer la demanda de sus colonias derivó en alteraciones a la estructura económica basada en la explotación de metales preciosos.

El acuerdo de Methuen, firmado en 1703, fue uno de los más importantes acuerdos comerciales de la época, esto debido a que significó la apertura del mercado brasileño a las manufacturas británicas. Aunado a lo anterior el dinamismo que representó la producción brasileña de oro, permitió que el país acumular importantes cantidades de reservas sin las cuales no hubieran podido afrontar las guerras napoleónicas. Cabe mencionar que fue justo esta apertura la que sostuvo al imperio portugués por el resto del siglo XVIII, pero también significó la rotura de los vínculos con la colonia.

Pasando al siglo XIX, su inicio se vio caracterizado por independencias constantes en América Latina, y por el proceso de formación de los primeros estados nacionales. Por parte del imperio español, Caracas, Buenos Aires y México; cabe mencionar que estas dos primeras regiones tuvieron un importante desarrollo en el siglo anterior, mismo que reflejaba un debilitamiento en el poder naval español y en la penetración de los ideales ingleses. Estas independencias debían permitir un crecimiento de una naciente burguesía mercantil pero limitada por la ideología laissez-faire. Respecto a México, la producción de plata seguía representando la base de la economía regional, además de que la población indígena volvió a crecer en el último siglo y empezó a ejercer presión contra la economía latifundista, esto sirvió para una evolución social de este país por más de un siglo.

Es entonces que encontramos dos movimientos o pensamientos característicos de la evolución siguiente de América Latina, por una parte, el surgimiento de una burguesía con ideologías europeas que busca sepultar las épocas precoloniales y coloniales, además de la buscar la integración de varias regiones al comercio internacional; y por otra, aquel que busca romper las estructuras de dominación que fueron impuestas por los regímenes coloniales y así buscar su identidad cultural nacional. Este primer pensamiento dominará lo que resta del siglo XIX y el segundo tendrá su protagonismo en América Latina tras la Revolución Mexicana.

Formación de los estados nacionales

La formación de estos estados ocurre de manera accidentada a lo largo de América Latina. Las principales burguesías que apoyaron movimientos independentistas en Argentina y Venezuela no lograban organizar sistemas que tuvieran la capacidad de sustituir a las antiguas metrópolis. En el norte se mantuvo una unidad política similar a lo que era Nueva España, mientras que en el sur las capitanías de Chile y Venezuela se convirtieron en unidades independientes. Nueva Granada se dividió en Colombia y Ecuador; Nueva Castilla se transformó en Perú y; el Río de la Plata se dividió en Argentina, Uruguay, Paraguay y Bolivia.

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