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Informe de los Chachapoyas


Enviado por   •  15 de Septiembre de 2015  •  Informes  •  3.707 Palabras (15 Páginas)  •  217 Visitas

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Introducción.

La selva alta del Perú es la región que se encuentra en el lado oriental de la cordillera de los Andes, a este territorio se le conoce con varios nombres: el bosque de neblina, los Andes amazónicos, la rupa rupa, la ceja de selva o la montaña. Su relieve está formado por interminables montañas de entre 1800 y 2500 m. de altura. El clima del lugar es caprichoso, por las mañanas todo amanece cubierto de neblina, al mediodía hace un calor intenso y por las noches el frío es casi igual al de la puna. Es tierra de cataratas y cascadas, el agua de las lluvias se junta hasta precipitarse sobre las rocas, sus aguas claras y frías forman arroyos, luego riachuelos y finalmente, poderosos ríos que viajan km. hasta desembocar en el océano. Aunque no lo parezca, el interior de los bosques es un lugar hermoso y apacible, en el cual crecen helechos gigantes que parecen palmeras, otros cuelgan de los árboles formando cortinas, las bromelias se encuentran en lo alto de los árboles y los líquenes cubren por completo las ramas de los árboles dándoles un aspecto fantasmal. Los mayores habitantes del lugar son las aves, en su mayoría típicas de la selva alta.

El parque nacional río Abiseo, es una zona protegida ubicada en el dpto. de San Martín, dentro de lo que fue parte de la región de los Chachapoyas. Entre todas las culturas que se desarrollaron en el Perú antes de los Incas, los Chachapoyas son unos de los pocos que lograron habitar le selva alta. Los restos de sus poblados y centros ceremoniales, existen aún, escondidos en las montañas. Esas selvas no ofrecen absolutamente nada para comer. Lo 1º que uno descubre al estar por los dominios de los Chachapoyas es que ellos no construyeron sus pueblos a orillas del río, sino en la cima de las montañas. La vegetación es tan tupida que hasta los guías más expertos pueden llegar a perderse.

El gran Pajatén: El pueblo que construyó estos edificios circulares, existió hace más de 1500 años, en un tiempo en que los Incas ni siquiera se habían asomado a la historia. Estas construcciones son la prueba de que los Chachapoyas lograron habitar la selva alta, levantar sus casas y templos y, venciendo a la selva, cultivar la tierra para producir alimento. Las ruinas del gran Pajatén están cubiertas todas de musgo y líquenes. En cada pared hay un símbolo hecho de roca. Casi todas las casas tienen 2 pisos separados por un aleo de piedra que protegen a las figuras que se encuentran en los muros inferiores. En el centro de la ciudadela destaca un edificio de más de 4m. de altura con una imponente escalinata, el muro inferior está decorado con símbolos geométricos y figuras humanas que parecen danzantes, todas llevan un gran tocado en la cabeza y sus cuerpos están hechos por delgadas lajas. Hay cóndores en otros recintos que, al igual que las figuras humanas, representarían a dioses o al poder de los gobernantes. Desde los 1eros días del descubrimiento de la ciudadela, lo que más llamó la atención es la arquitectura utilizada. Los muros están hechos de roca arenisca, mientras que las figuras están hechas de roca pizarra o laja. Otro elemento decorativo típico del pueblo son los zigzags de piedra que aparecen en casi todos los muros y tenían un especial simbolismo relacionado con el agua. El gran Pajatén fue la residencia de la élite que se encargaba de la administración y las ceremonias religiosas. La principal preocupación de los Chachapoyas fue la producción de alimentos. Durante algún tiempo se pensaba que las figuras antropomorfas de las paredes representaban a sacerdotes y guerreros en una danza ceremonial, pero ahora se sabe que son la imagen de la Pachamama, la madre tierra, al estar en una posición de dar a luz como la procreadora del hombre, los animales y las plantas. Una teoría dice: que los Chachapoyas son el producto de una paulatina migración de pueblos desde la sierra norte que alrededor del año 300 D.C. comenzaron a penetrar en la selva alta en busca de tierras de cultivo. El principal motivo para habitar ese lugar fue la agricultura. Cerca del gran Pajatén los arqueólogos hallaron en un acantilado cercano las tumbas de los administradores y sacerdotes de la ciudadela. Una característica especial de los Chachapoyas fue la costumbre de colocar las tumbas de sus difuntos en lugares altos e inaccesibles. El acantilado con las tumbas está a 2660 m.s.n.m. y se sube a él en 3 horas de caminata. Estos mausoleos estuvieron ocultos por más de 100 años hasta que fueron casualmente descubiertos por “huaqueros”. Lo 1º que se ve al llegar son los restos de los muros de adobe que protegían las tumbas, detrás de las cuáles se colocaban las momias, son tumbas sencillas que pertenecen a una 1º etapa de los Chachapoyas luego de adaptarse empezaron a construir mejores tumbas. Las tumbas de los gobernantes del gran Pajatén están en la cima del acantilado del valle del río Montecristo. Los habitantes escogieron ese farallón porque está orientado hacia el este de tal forma que las momias pudieran observar el amanecer todos los días de su muerte. Estos mausoleos fueron construidos para gente muy importante y uno puede darse cuenta de ello desde el primer momento; la decoración de los muros tienen una elegancia especial típica de los Chachapoyas. Es un conjunto de torreones circulares de 4m. de alto, hechas de piedra y laja y hábilmente colocados en una zona rocosa a más de 500m. de altura sobre el terreno; están perfectamente adosados a la pared de roca. Las ventanas servían para introducir los fardos funerarios y también para dar aire a las tumbas evitando el deterioro de las momias. Las paredes de las construcciones estuvieron recubiertas por una arcilla pintada con amarillo y rojo. El detalle más impresionante para los arqueólogos fue descubrir que una de las tumbas estaba adornada con 6 ídolos de madera que representan varones desnudos, nunca antes se habían encontrado ídolos de madera en su sitio original, casi siempre estos habían sido saqueados por los “huaqueros” o habían sido destruidos por los sacerdotes extirpadores de idolatría. Sus tallas alcanzan los 60cm. de alto, fueron hechas en u na madera muy dura que luego recubrieron con arcilla y pintaron de color crema, se calcula que deben tener unos 700 años de antigüedad y que fueron colocados allí en la época de mayor esplendor del gran Pajatén. Desde un primer momento las figuras fueron bautizadas como los “pinchudos”. Otra cosa que llama la atención es el buen estado de conservación de la pintura. Se cree que utilizaron una técnica para fabricar pintura en ese tiempo que consiste en: tostar semillas de achiote a fuego lento, luego molerlas en un batán hasta convertirlas en un polvo muy fino, mezclarlo con mucílago y agregarle agua hasta obtener una pasta que puede variar de tonalidad de

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