Muralismo Mexicano

Introducción:

Este ensayo está orientado a presentar de manera precisa una interpretación del muralismo movimiento artístico; teniendo en cuenta su definición, su papel post revolución sus principales obras, así también como sus principales autores.

Esta expresión artística tiene sus primeros inicios en la América precolombina, en culturas como la maya, azteca e inca, aunque luego de la conquista española, muchas técnicas fueron olvidadas y muchos testimonios se han destruido o solo quedan pequeños fragmentos. De allí en adelante el carácter de los murales paso a ser más bien didáctico religioso.

En el Siglo XX, en México, surge uno de los fenómenos más importantes de la plástica contemporánea a nivel mundial: el muralismo mexicano.

¿Qué es el muralismo?

El muralismo es un movimiento artístico que consiste principalmente en la pintura sobre murales. Es uno de los géneros más distintivos de América Latina. Con imágenes que retratan temas como la revolución, la lucha de clases y el hombre indígena, este movimiento tuvo como principales exponentes a los conocidos como los “Tres Grandes del muralismo”: Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros.

Contexto histórico:

Durante la dictadura de Porfirio Díaz (1876-1910) México se desarrolló económicamente beneficiando a la élite (hacendados). El porfiriato se basó en el latifundismo, ya que el 40% de las tierras eran propiedad de unos pocos hacendados, quienes mantenían en la ignorancia y la miseria a millones de campesinos. Además, otra de sus bases fue el imperialismo: grandes capitales extranjeros controlaban los ferrocarriles, minas, petróleo, etc. Mientras tanto, las masas trabajadoras vivían en la pobreza y carecían de derechos.

El descontento y el malestar social aumentaron y se comenzó a planear una revolución social, política y económica. Los mestizos, la clase media, y principalmente la baja, se unieron contra el régimen. En 1910 inició la Revolución con Francisco Madero y su plan de San Luis, sin embargo, la misma se prolongó durante muchos años hasta finalmente concretarse en 1934 cuando Lázaro Cárdenas llegó al gobierno e hizo realidad la reforma agraria.

En 1921 inicia formalmente el muralismo mexicano gracias a la asunción de José Vasconcelos como Secretario de Educación Pública, durante el mandato de Álvaro Obregón. Obregón convocó a distintos artistas a pintar murales en distintos lugares de la capital. Este movimiento se caracterizó no solo por ser una corriente artística, sino por ser un movimiento social y político de resistencia e identidad. Vasconcelos creía que el muralismo era parte de la cultura prehispánica y colonial, y debía ser una herramienta de arte social para difundir este pasado y proyectar el futuro de la democracia. Los muralistas se consideraban artistas al servicio de la gente y pintaban inmensa cantidad de murales donde se representaban la historia de México. A su vez, ambos artistas e intelectuales buscaban construir una nueva identidad nacional. Para eso buscaron consolidar los ideales sociales creados en la revolución, destacando el

nacionalismo en sus obras y cambiando las ideas raciales contra los indígenas.

Características

Declarado el arte de la revolución, nace con la visión revolucionaria de socializar el arte. Aunque estaba inspirado en el pasado indígena, representaba también una imagen del progreso y del futuro. Se buscaba exaltar los valores sociales, históricos e indígenas pero sin dejar de lado la contemporaneidad y el internacionalismo. Los principales temas fueron mostrar el nuevo mundo que surgía como producto de la revolución, y también plasmar el rol del indígena en la historia, revelando la importancia de la ideología marxista que nacía con la revolución rusa de 1917.

Técnicamente

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