AMÉRICA 500 AÑOS DE ESCLAVITUD HAMBRE Y MASACRE

AMÉRICA 500 AÑOS DE

ESCLAVITUD HAMBRE Y MASACRE

LIMINAR

“América 500 años de Esclavitud, hambre y masacre, es la voz de la tierra y aliento de la sangre y alma de este Continente.

Sócrates hecho de Cristo, Y Cristo hecho Marx, han convertido el Nuevo Mundo en antro de delincuentes y mendigos. Desde 1492 a la fecha, Europa,Estados Unidos y Unión Soviética, han cubierto la faz del territorio americano de templos, conventos, escuelas, universidades, cuarteles, partidos políticos, sindicatos… ¿Para qué? Para hacer del mestizo “su” perro rufián. Perro que ladra, muerde y mata, defendiendo a los dioses, a la “razón” y el dinero de Europa.

La presente Separata, no sólo pone el dedo en la llaga, sino que clava en la conciencia, como imperativo categórico, lo que se debe, lo que se tiene que hacer, para salvar al hombre y a la vida del planeta Tierra.

CRISTO Y EL INDIO

Cuando Colón fue arrojado a las playas del Caribe, no buscaba el país India. En 1492, los europeos llamaban a ese país Indostaní. Colón llamó “indios” a las gentes que encontró con una expresión en italiano: In Dio o sea “en Dios” (1).

Colón es cristiano. Los soldados y sacerdotes de Colón son cristianos. Para Colón y para su tripulación es imposible entender a los seres del Nuevo Mundo. Una sociedad sin egoísmo, sin propiedad privada, sin dinero y sin armas; una sociedad sin esclavitud, sin hambre, sin masacre. Colón y su tripulación creen que estos entes no son seres humanos, sino bestias.

La organización social del Nuevo Mundo es obra de sus sabios. Sabios ligados al Poder, manejan el cerebro de los reyes. Introducen en el cerebro de todos los hombres y de todas las mujeres los principios de su sabiduría. De modo que todos y cada uno de los miembros de la sociedad cumple su función a plenitud.

Estos sabios que se denominan Amautas, son seres dotados de una genial inteligencia. La ciencia sirve al hombre y a la vida con responsabilidad. No existe un ser humano malo, perverso, asesino.

Colón y sus tripulantes, con su cristianismo en su cerebro, corazón y manos, quedan estupefactos, mudos, ciegos.

Los naturales del Nuevo Mundo reciben a Colón y su tripulación, con cariño fraternal jamás visto ni soñado por Europa. Entregan y ponen a su disposición todo, todo lo que ven sus ojos de rapiña y prostitución.

Y lo primero que hace España, es decir, Europa, es decretar la pena capital contra el Amauta. Acusan al Amauta de haber hecho una sociedad sin Dios. El indio de América, dice, no tiene Dios, por culpa del Amauta.

Para Europa, el indio es esclavo. El indio como esclavo no debe pensar. El indio debe creer en Dios, en Cristo.

Pensar es crimen. El Amauta es criminal. El que piensa debe morir. Al que piensa hay que matar.

Entonces para sacar el pensamiento del cerebro del indio de América, se implanta el asesinato del Amauta. El indio que piensa cae asesinado. El cristianismo levanta los Tribunales de la Santa Inquisición para asesinar indios que piensan. Los indios e indias que tienen pensamiento son exterminados. Son exterminados desde 1492 hasta nuestros días.

Y ¿qué sucede, qué acontece con la intelectualidad, con la intelligentsia mestiza de la burguesía americana?

La intelligentsia latinoamericana como esclava de la intelligentsia de Europa, tampoco piensa. A la intelectualidad americana igual que al indio, Europa le ha prohibido pensar. A la intelligentsia mestiza que se atreve a pensar, Europa asesina igual que al indio.

La intelligentsia de América llora a sollozos con su cadena de esclavo.

HISPANIDAD Y MESTIZO

Miguel de Unamuno, “el español español”. Carne y hueso, sangre, y tuétano, mente y alma, razón y espíritu de la hispanidad; se enfurruña como un felino con el pelaje erizado, los colmillos enhiestos y las garras en zarpa, para gritar a los americanos:

Vosotros no sois hispanos; sois indios.

Unamuno, lanza este dardo contra Rubén Darío:

Se le veían las plumas del indio debajo del sombrero.

Para los españoles, Darío, Martí, Chocano, Reyes… no hablan el castellano, sino esa “otra jerigonza indígena” de Hispanoamérica.

Rafael Altamira, de José Enrique Rodó dice: ante las faltas de vocabulario de Rodó, es necesario no olvidar que los idiomas de América, son derivaciones del castellano no el castellano mismo.

Salvador de Madariaga, grita: Los que somos españoles como respiramos llevamos a España en nuestro aliento… es absurdo considerar por el mero hecho de escribir en castellano- americano: “escritores castellanos” a Rubén Darío, a Alfonso Reyes…(2)

Y los esclavos intelectuales de América, en su “castellano indígena” hablan de esta manera:

El estado de los intelectuales durante el siglo XIX y el presente es común en todos los países de América Latina, en Chile, Colombia, Venezuela, Argentina, etc.; el máximo anhelo es consagrarse en Europa.

Ingenieros y Vasconcelos, Lugones, Darío, Ml. Ugarte, Santos Chocano, Rodó, Ml. Gálvez, etc., “dentro de su propio país, viven en el extranjero”. Ingenieros dirá:

La patria está en manos de los mercaderes; de todos los que viven a sus expensas como las lombrices que se nutren con los jugos del intestino. La Patria es para ellos mercancía; la aman como el avaro a sus millones, como el parásito a su huésped, como el rufián a su prostituta…

Cuando hablaron de América se encontraron solos. En sus propios países el tema no interesaba. Así vegetaron en la literatura… desterrados en su propia patria. Desterrados y con destino perpetuo de ser europeos transplantados…

Los que pudieron partir lo hicieron; los más aclimatados a la clase gobernante transaron… el predominio oligárquico desbandó, los arrumbó en cargos burocráticos, empujó al suicidio, a la capitulación o al aislamiento a casi todas sus figuras.

Rodó, europeo por formación positivista a la usanza de su tiempo, admirador de un clasicismo helénico embalsamado en yertos moldes académicos y en el escepticismo a medias de Renán, su espiritualismo enmarañado, en la línea fronteriza de su reencuentro con América es sentir antinorteamericano de la América Latina, es verdad que a través de un maniqueísmo orlado de metafísica, de un enfrentamiento shakesperiano entre Ariel y Calibán, entre la Materia y el Espíritu, pero que bajo la porcelana espiritual, es ya cavilación antiimperialista que apugna la América Latina como destino y como historia a la civilización anglosajona del dinero.

...