Antecedente Historico De La Parcipación Latinoamericana Y Caribeña Durante El Proceso De Integración Hacia La Independencia.
10213019 de Mayo de 2015
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Desarrollo
Antecedente historico de la parcipación latinoamericana y caribeña durante el proceso de integración hacia la independencia.
En la segunda mitad del siglo XVIII se desarrolla una cadena de actitudes colectivas que permiten observar el crecimiento de una evidente postura de incomodidad ante el gobierno metropolitano.
El 19 de abril de 1810 fue una culminación de un proceso que se vino gestando entre finales del siglo XVIII y comienzo del XIX; proceso que tuvo como principal protagonista a la clase llamada "mantuana", a los blancos criollos descendientes de los conquitadores, cuyas aspiraciones de poder habían superado el límite del cabildo caraqueño y buscaban el dominio absoluto de las provincias que conformaban la capitania general de venezuela.Este despertar del "mantuanaje" fue un producto de la serie de guerras en las que España se inmiscuyó a fines del siglo XVIII, las cuales acentuarón la decadencia de la economía colonial y pusierón en jaque la producción comercial de las provincias americanas- especialmente Venezuela,que se vierón obligadas a establecer lazos comerciales con la islas del Caribe, neutrales los conflictos franco-español, y anglo-español, después.Los mantuanos dueños de la tierra y del comercio, entendierón que la metrópolis comercial y su monopolio podían ser sustituidos por otros mercados extranjeros, dentro y fuera del área del caribe.
La conjura de 1808.
Sin embargo, la coyuntura internacional del año 1808 fue el momento esperado por los "mantuanos".En efecto, la invación del ejército francés a la península ibérica, con la consiguiente sucesión de hechos, como la abdicación de Bayona y el levantamiento del 2 de mayo en Madrid, con el cual se inicio en toda España un poderoso movimiento que organizó juntas para encargarse del Gobierno y de la lucha de resistencia, tuvo profunda repercusión en la Capitania General de Venezuela. A mediados de 1808, y una vez enteradas las provincias de los hechos acontecidos en España, el pueblo demostró su fervor al Monarca con el rechazo que le hizo al enviado del usurpador, José Bonaparte, solicitando su reconocimiento como Rey. Aquel acto de fidelidad fue aprovechado por un grupo de "mantuanos", dirigidos por Antonio Fernández de León, para plantear al Capitán General, Manuel de Casas, la necesidad de crear en Venezuela una junta similar a la que se había formado en España. La consecuencia fundamental de esta conjura fue la ruptura entre los "mantuanos" y las autoridades españoles. Estas respondieron a los primeros otorgando prerrogativas a los pardos y sustituyéndoles en el nivel preferencial que habían tenido los "mantuanos". Los pardos, alentados por las autoridades españolas, "declararón su adhesión a los peninsulares y ofrecen su servicio para combatir las maniobras de los aristrócratas que tienden echar por tierra el sistema de gobierno bajo cuyos auspicios habían disfrutado hasta entonces de la mayor tranquilidad".
El 19 de Abril de 1810.
En 1809 el Capitán General, Casas, fue sustituido por Vicente Emparan. La situación provocada por esta sustitución-Empara había sido nombrado por el gobierno usurpador francés, y a él mismo se le tenía por afrancesado- fue fue aprovechada por los "mantuanos" para conspirar nuevamente a favor de una junta que cuidara sus intereses de clase. Aquéllos, a su vez habíanse dividido en dos grupo a raíz del fracaso de la conjura de 1808, predicando uno de ellos la revolución violenta e inmediata, mientras el otro buscaba por medios legales una evolución pacífica, actuando de acuerdo con el rumbo de los sucesos en España.
El primer grupo actuó en 1810. En la noche del 1 al 2 de abril, y contando con el apoyo del Batallón de Granaderos de los Valles de Aragua, acantonado en la "Casa de la Misericordia", pretendió tomar el poder. Debelada la conspiración, sus organizadores fueròn tratados liberalmente, siendo trasladados a otras plazas por el nuevo Capitán General. A mediados de aquel mes, concfretamente el día 19, triunfará la nueva intentona "mantuana". Los sucesos de la guerra en España, nada favorable a los hispanos, que habían perdido territorio en la metropoli ante la acometida de los franceses, de quienes se esperaba, por otra parte, que controlaran pronto toda la península, obligarón a los conspiradores a poner en marcha la sedición.
Momentos cruciales de la junta Suprema:
Si bien, inicialmente, el carácter de la junta y la naturaleza de sus estructuras organizativas dejaban asomar un eco de fidelidad a la Monarquía, a medida que corría el primer año de su administración fue cambiando hasta tomar un carácter decididamente autónomo. Las razones para declararse organismo defensor del príncipe prisionero obedecierón a un motivo táctico del momento: las otras "castas" que conformaban la sociedad colonial seguían siendo fieles al Rey; y una posición que fuera interpretada por el pueblo como dañina a los intereses reales hubiera destruido la obra recién iniciada.
La junta, compuesta por 23 miembros, encabezado por los alcaldes Martín Tovar Ponte (venezolano) y José Llamozas (español), se precisó de manera definitiva el 25 de abril: dos alcaldes, un alférez, un síndico procurador, once regidores y tres representantes del publo. La organización del Gobierno se determinó conla creación de cuatro secretarías de un Despacho: Relaciones Exteriores, a cargo de Juan German Roscio; Gracia y Justicia, a manos de Nicolás Anzola; Hacienda, bajo la dirección de Fernando Key Muñoz; y Guerra y Marina, a las órdenes de Lino de Clemente.
La antigua Real Audencia se transformó en un Tribunal de Apelaciones cuya integración se hizo con cuatro ministros, un relator, dos fiscales y un secrretario. El 20 de abril, la Junta publicó una proclama para invitar a las otras provincias a sumarse al movimiento. El 27 del mismo mes se dirigió a los cabildos de las capitales de América llamándolos a la insurrección. El 3 de mayo comunicó al Consejo de Regencia el desconocimiento de su autoridad y empezó a legislar sobre asuntos urgentes, hasta aquel momento exclusivos de la monarquía española. Fue suprimido el derecho de alcabalas sobre comestibles y se declaró el libre comercio; igualmente se declaró extinguido el derecho de importación y suprimido el tributo a los indios. El 10 de Junio convocó a los pueblo a elecciones, y el 14 de agosto prohibió el tráfico de esclavos, así como puso enn libertad a todos los detenidos por vagancia para que fueran a trabajar en la agricultura.
Siguiendo una línea política en materia de relaciones exteriores, envió a Simón Bolívar, Luis Lopéz Méndez y Andres Bello en misión ante la corte de Inglaterra; y a Telésforo Orea, Juan Vicente Bolívar y Rafael Revenga, a Estado Unidos. A Curacao y Jamaica fuerón enviados Mariano Montilla y Vicente Salias, respectivamente. A Nueva Granada fue asignado el canónigo José Cortez de Madariaga, y a la isla de Trinidad, Casiano de Mendrada.
En Maracaibo, el 18 de mayo de 1810, el brigadier Miyares convocó al Ayuntamiento de aquella ciudad a una reunión, despues de haberse enterado, el día anterior, de las noticias de la reveldia de Coro ante la Junta de Caracas. En esa reunión, a la cual asistierón el comandante de armas, el diputado consular, tres clérigos y tres abogados, se aprobó seguir el ejemplo de Coro y desconocer el Gobierno de Caracas. Tal desición se le comunicó a la capital. El gobierno de Maracaibo declaraba " su entera sumisión y absoluto respeto de obediencia al Señor Don Fernando VII, o a quien legítimamente le represente, de cuyos principios jamas se separarán los pueblos de esta provincia y su cabeza". Así Maracaibo y Coro volviéronse los baluartes del reallismo, y desde ellos partirían las expediciones de reconquista monárquica.
Declaración de Independencia.
Además de la desobediencia de las provincias mencionadas y el bloqueo comercial, la junta debió enfrentar sediciones en su propio patio. En junio de 1810, y por declaración del sargento Antonio Tánago, se descubrió una conspiración organizada por los españoles Moncloa y Negrete, quienes fuerón apresados y, después de confesar su delito, finalmente condenados: uno a la horca y el otro al destierro perpetuo. Más grave fue la sedición descubierta el 4 de octubre, que pretendía constituir un gobierno provicional encabezado por el arzobispo (de caracas) Narciso Coll y Prat, el contador mayor José de Limonta. Los principales conjurados fuerón condenados. Sin embargo, como el asunto no pasó de ser una tentativa, la causa terminó sentenciado a unos a prisión, en La Guaira y Puerto Cabello, y a otros a destierro y confinamiento, según su grado de culpabilidad.
Fuerón los sucesos del 21 y el 22 de octubre, respectivamente, los que obligarón a la junta a acelerar el proceso de emancipación definitiva.
El 21 de octubre, el pueblo de caracas se enteró de los sucesos acaesidos en la ciudad de Quito: el 2 de agosto de ese año, la guarnición militar de esta ciudad redujo a sangre el intento de sus habitantes por liberar a los delegados de la junta de Gobierno-similar a la de Caracas- que se había instalada el año anterior. Ante esa noticia, la Junta caraqueña se reunió con urgencia al día siguiente. Mientras sesionaba, una manifestación popular ( de pardos en su mayoria), encabezada por dos miembros de la Junta- los hermanos José Félix y Francisco José Ribas-, exigió a nombre del pueblo la imposición de una política resuelta, la la expulsión de todos los españoñles de la provincia y el dictado inmediato de enérgicas medidas de seguridad.
El
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