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Argentinas Y Telenovelas


Enviado por   •  13 de Julio de 2013  •  1.569 Palabras (7 Páginas)  •  328 Visitas

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Hipótesis

Observación a los cambios de comportamiento de los "arquetipos" tradicionales de las telenovelas argentinas, de la década del 70 al 90, en base a los diferentes fenómenos políticos, sociales, económicos y culturales que sucedieron en el país.

Objetivo

El objetivo de esta investigación es analizar las telenovelas más exitosas de la historia de la televisión argentina en veinte años para mostrar como cambiaron conforme cambió la sociedad argentina.

Introducción

"Toto, siento que no estamos más en Kansas2"

Con estas palabras, Dorothy le dice a su fiel Toto que las cosas ya no son lo que eran y que han entrado a un mundo nuevo donde las cosas son diferentes. Tales palabras claramente pueden aplicarse a los cambios culturales y sociales que han ocurrido en la Argentina desde la década del 70 hasta la del 90. Basta con ver a un personaje de Francella3, "Enrique el antiguo" para que las generaciones más jóvenes puedan entender los grandes cambios culturales de nuestra Argentina.

Ciertamente no estamos más en Kansas: nuestros usos, costumbres y manera de vivir cambiaron rotundamente desde la década del 70 al 90. Y ha sido la televisión, a mí parecer el medio masivo de comunicación de mayor entrada en todos los sectores sociales la que muestra rotundamente estos cambios. La sociedad argentina cambio, mutó, sufrió una metamorfosis de proporciones bíblicas que la televisión ha reflejado.

Y esos cambios continúan hasta el día de hoy. Del "¡¡¡Con seguridad!!!!"4 de Roberto "Cacho" Fontana al "¡¡¡Dale!!"5 de Iudica, del Noticiero Primera Edición al mediodía de los setenta a los actuales programas de noticias a las 6 de la mañana; del "Argentinísima6" a "Soñando por cantar" 7 y de los recatados besos a boca cerrada de Claudio Levrino y Gabriela Gili8 a los cachetazos de "Amo y Señor"9 hemos recorrido un largo camino... largo ciertamente.

Y justamente este trabajo de investigación demostrará como las telenovelas como género han reflejado estos cambios en la sociedad argentina al punto de redefinir el género y hasta cambiando su premisa a través de esas dos décadas. A través de un estudio de los mayores exponentes del género veremos como a medida que la sociedad argentina cambió, también ha cambiado el género.

Justificación

"Patricia Isabel no está muerta, Patricia Isabel está viva, ¡Patricia Isabel... soy yo!"

La telenovela como género ha sido ridiculizada y vilipendiada infinitas veces como simple entretenimiento para el ama de casa que estaba en su hogar. Reducida a ser el vehículo de escape de mujeres que necesitan huir de su realidad cotidiana con historias muchas veces 6 inverosímiles de pasión y romance y lenguaje que se codea con el ridículo, es objeto de la mofa de la población masculina y por qué no, de mujeres profesionales, que se consideran superadas.

A través de este trabajo quiero demostrar que este género en la Argentina es mucho más que eso y rescatar el verdadero valor del mismo. El éxito de las telenovelas, no solo a nivel nacional sino también a nivel internacional, ya que la producción de telenovelas argentinas es un producto de exportación que ha logrado grandes éxitos en el exterior, muestra que la telenovela ha evolucionado de sus comienzos como objeto de entretenimiento femenino a ser un vehículo para identificar la realidad social, cultural y económica de nuestro país.

Esta evolución ha sido acorde también, con lo sucedido en otros países de América Latina y es por eso que Jaime S. Gómez, en su ensayo Telenovelas from the Rio Grande to the Andes10 define que "...la telenovela latinoamericana, que antes era un evento altamente melodramáticamente ficticio, se ha convertido en un medio para identificar la realidad... "

Esta investigación mostrará que esta evolución ha convertido a la telenovela en una verdadera cápsula del tiempo donde podemos examinar que pensaban, cuáles eran los paradigmas sociales y como percibían la realidad los argentinos de otras épocas. Este es un transitar del melodrama épico de los dobles apellidos y las escaleras de mármol a hablar de temas candentes en nuestra sociedad como la homosexualidad y el HIV.

Lo personal

Soy mujer. Y como soy mujer, me gustan las telenovelas. A mi madre le gustan las telenovelas, a mi abuela le gustaban las telenovelas y seguramente a mis hijas les va a gustar las telenovelas. Las telenovelas nos transportan a otros mundos y hacen volar nuestra imaginación porque soñamos con las historias de amor que se nos presentan en cada una de ellas. Semana tras semana se nos presenta como el galán lucha para lograr el amor imposible de la 7 dama a pesar del o la villana de turno.

Elegí este tema porque creo que somos espectadores y protagonistas de épocas donde la sociedad argentina ha cambiado con una velocidad sorprendente. Nuestros valores, nuestras costumbres, las cosas que nos hacen y nos han definido como argentinos por décadas cambiaron. En 1972 el divorcio era algo de lo cual sólo se hablaba en la farándula y en ciertos círculos muy reservados, mientras que en 1992 ser divorciado no era tabú.

De la misma manera, en la década del 60 hubiera sido impensable tener en una tira televisiva a un personaje que se identificara como homosexual mientras que en 1992 esto tampoco era un tema tabú. La manera que hablamos, en la que pensamos, nuestros miedos, sus sueños, cambiaron radicalmente en 20 años.

Por un lado, ahora tenemos acceso a muchísimas cosas a las cuales no teníamos en la década del setenta. Nadie sabía lo que era el sushi en la década del setenta y nuestro consumo de pescado se limitaba a la milanesa de merluza. El ícono del auto de todos los días era el Siam Di Tella11 que manejaba Rolando Rivas y la gente se hubiera reído de la noción de que un auto japonés algún día iba ser considerado un "fierro". Probablemente, la mayoría de los porteños pensaban que la línea 60 era una magnífica línea de colectivos y que nuestro servicio de transporte público era uno de los mejores del mundo.

Nadie hubiera gritado "¡Violencia de género!" al ver los sonoros cachetazos que Arnaldo André le propinaba a Luisa Kuliok en "Amo y Señor" en 1984. Hoy, el personaje de André no solo estaría preso, sino que estaría escrachado y desgraciado en Facebook y en Twitter. Es más, en nuestro mundo posmoderno, hasta Víctor Hugo Morales denuncia a la ópera "Carmen12" como un execrable ejemplo de mujericidio.

Nuestro vocabulario etílico no incluía las palabras "Malbec" o "Cabernet," ya que el mismo estaba reducido a la botella de tres 8 cuartos del "Toro Viejo13." Santa Teresita y San Clemente eran playas fantásticas, porque jamás habíamos escuchado de lugares como Cancún, Playa del Carmen o Punta Cana.

No teníamos una grilla de 90 canales de cable, ya que nos teníamos que conformar con sólo cuatro. Digo esto ya que muchas veces el canal 2 de La Plata no se podía sintonizar en un día de tormenta; el 7 francamente no tenía nada interesante, y luego solo nos quedaban el 9, el 11, y el 13. Y sin embargo, a pesar de una selección tan aparentemente escasa, el país prácticamente se paralizaba los martes a las 22 para ver Rolando Rivas, taxista. O la gente no veía la hora de llegar a casa los viernes a las 21.30 para no perderse Piel Naranja.

¡Días en los que no existía el video grabador!

Pero al mismo tiempo siento que hemos perdido mucho. No quiero caer en el fenómeno alemán llamado ostalgie14, en el cual los alemanes de la desaparecida Alemania Oriental sienten nostalgia por la forma de vida bajo el régimen comunista donde sus necesidades básicas eran satisfechas por el gigantesco estado de bienestar comunista a pesar de todas sus otras carencias. Teníamos una vida más simple…

¿Éramos más ingenuos? Quizás. Cuentan varias anécdotas que después del trágico final de la telenovela "Piel Naranja"15, donde en vez del tradicional final feliz los protagonistas no pueden consumar su amor y son brutalmente asesinados, que Alberto Migré, el autor de la telenovela, fue increpado varias veces por mujeres televidentes por haber escrito tal trágico final. Como lo describe esta nota de Roberto Maurer: "Tampoco fue convencional el desenlace sangriento, con el marido asesinando a los amantes y suicidándose16. Las masacres sin sobrevivientes entre los protagonistas no son comunes en las telenovelas. "Era un destino trágico que se cumplía, no podían escapar de esa locura que se había desatado", explicó Migré años después. "Ni ella iba a tener tranquilidad, ni ese hombre que estaba totalmente loco los iba a dejar en paz. No fue gratis. En la calle, a Migré le gritaban "asesino", y hasta le tiraron un baldazo desde un balcón. Es el precio que pagan los innovadores. Hoy, los fanáticos del "Sodero de mi vida" le habrían arrojado un sifón."17

¡Quien se hubiera imaginado que 20 años después los argentinos estaríamos gritándole asesinos a un grupo de militares que gobernaron tiránicamente nuestro país y cometieron lo que probablemente es el genocidio más grande de la historia argentina!

Como dije anteriormente, muchas cosas cambiaron en Argentina en esos 20 años. De la misma manera, también cambiaron muchas cosas en las telenovelas: los arquetipos, los vínculos de pareja y el rol del hombre y la mujer. Por eso propongo este trabajo para poder ver cómo las telenovelas de esos 20 años reflejaron los cambios, no sólo de nuestros valores, sino también en nuestra realidad social. Asimismo quiero, a través de este trabajo redimir este género televisivo y establecer que más que un entretenimiento barato para mentes débiles, es un válido testimonio de los tiempos que vivimos.

Leer más: http://www.monografias.com/trabajos-pdf5/telenovelas-argentinas-y-cambios-sociedad/telenovelas-argentinas-y-cambios-sociedad.shtml#ixzz2Xw2qDp7m

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