Historia Argentina
ceciliaponce0078 de Julio de 2012
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UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PATAGONIA SAN JUAN BOSCO
FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS SOCIALES
SEDE TRELEW
CÁTEDRA DE PEDAGOGÍA
(Comisión “B” – Martes y jueves: 17.00 – 19.00 hs)
Trabajo Práctico N° 2
“La Modernidad, la Democratización y el avance neoliberal en Educación. Estado, Mercado y Escuela”.
A fines del siglo XIX, Argentina recibió un importante número de inmigrantes provenientes del sur Europeo. Estos contaban con diferentes creencias e ideologías. En su mayoría eran analfabetos, capacitados únicamente, para el trabajo manual de subsistencia, los cuales se vieron presos de la indigencia, el hacinamiento y el subempleo que el sistema político argentino ofrecía.
Se comenzó a implementar entonces, por parte del Estado, un conjunto de medidas tendientes a formar dirigentes de elite para la política argentina y a capacitar para el trabajo industrial y técnico del país.
En este trabajo se tratará de informar sobre aquellas medidas que influyeron en la sociedad y en la comunidad educativa en particular.
Se analizarán, apelando a la conciencia crítica, temas tales como: políticas públicas, políticas educativas, leyes y los sistemas e instituciones educativas.
Para el mencionado informe se utilizará la bibliografía propia de la unidad dos, correspondiente al eje socio-histórico. Además se aplicará la modalidad de trabajo en grupo para una mejor síntesis del material de consulta.
A lo largo de la historia de nuestro país, no solo han cambiado las motivaciones del ciudadano para acceder a la educación, sino que también lo hizo la concepción del docente y, desde los grupos de poder, los motivos por los cuales era educar al pueblo. La concepción de educador consistía en una vocación de sacerdocio o apostolado. Luego se lo consideró un Profesional de la Educación con un rol definido. Posteriormente surge el concepto de Trabajador de la Educación, (con beneficios socio – económico) o como lo afirma Paulo Freire el carácter social de la educación, está dado por el docente como Trabajador Social.
En este marco socio-histórico surgen las Políticas Educativas como una expresión de los discursos sociales, los que –“resignifican los sentidos sociales de la actividad educativa,” [1] es decir, le otorgan una nueva significación, ya que en otro momento se consideró que la función de las políticas educativas era reguladora y estructural del sistema Educativo; siendo que “...la finalidad es la constitución de sujetos pedagógicos.” [2]
José Yumi define a “...la política educativa, expresada a través de diferentes formatos (leyes, reglamentaciones, lineamientos curriculares, etc.) como un fenómeno de naturaleza política ligado a procesos estructurales que tiene como fin la constitución de sujetos pedagógicos.” [3]
Los sujetos pedagógicos son el producto de concreción de distintas políticas educativas basadas en principios filosóficos, contenidos culturales y estrategias pedagógicas y organizativas de las prácticas escolares (Yumi, pág. 53); políticas educativas que responden a las necesidades de una sociedad con determinadas características sociales, históricas, geográficas, económicas, étnicas, culturales, etc.
Partiendo de las siguientes características histórico-sociales se hace necesario definir distintos modelos: de alumno, de profesor, de institución y de gestión.
En 1880, bajo la presidencia de Julio Argentino Roca, el estado se consolida como Estado Oligárquico Liberal (formado por terratenientes, dueños de frigoríficos, financistas, etc.), frente al modelo agroexportador. La clase dirigente oligárquica pretendía que cada sector social permanezca en su estrato produciendo la no movilidad social.
En el plano educativo el requisito principal era concluir el nivel primario el que se lograba a partir de un plan único y ordenado en forma graduada, orientado a preparar educadores profesionales. Se exigía que la educación debía ser gratuita bajo la concepción integral de la educación moral, física e intelectual.
Los docentes de este sistema normalista tenían que mostrar dedicación, ser sacrificados, ordenados, disciplinados y metódicos y además ser promotores de la civilización del país y de la transformación social. La vocación del educador tenía que tener un carácter de apostolado o sacerdocio. Dicha formación docente para enseñanza media debía cumplimentar con el profesorado normal de dos años de duración.
El vínculo pedagógico entre el alumno y el educador era bancario, es decir se propendía a una educación estática, normativa y con una conciencia ingenua.
En el año 1884 se realiza el Congreso Pedagógico Sudamericano en Buenos Aires, el que da lugar a la posterior aprobación de la Ley 1420, la que sostiene que la educación debía ser común, laica, obligatoria y gratuita durante siete años, en la Capital Federal y en territorios nacionales. La misma refiere respecto de las sociedades civiles como su complemento. Además, la ya promulgada Ley 934 (1878), revalidaba los estudios de la educación pública a la privada y viceversa.
Otra de las leyes sancionadas durante este período es la Ley Avellaneda o 1579 que contempla la educación universitaria.
No fue sino hasta 1889 que el Gobierno asumió la responsabilidad de educar, ya que, anteriormente era responsabilidad del Clero. La misma no era vista como un derecho ya que sólo se educaban a los miembros del estrato social más elevado, mientras que los excluidos, los marginados, los indigentes recibieron educación no formal de parte de las Sociedades Civiles, las que se ocuparon de contenerlos y así mismo complementar el circuito de Estado.
Estas sociedades se vincularon con las colectividades para mantener vivas las culturas, también había bibliotecas populares, algunas de ellas se ocuparon de la difusión de ideas científicas, normas sanitarias, moral y buenas costumbres. Además enseñaron a la mujer sobre la función que tenía en la sociedad, ayudaban a los discapacitados y educaban a los adultos y a los desertores escolares para el trabajo.
Al responsabilizarse el Estado de la educación del pueblo, el sistema escolar se divide de acuerdo a los diferentes grupos sociales. Por esto, los debates entre políticos y educadores hacían hincapié en el papel de la educación en la construcción de la hegemonía.
Entre los principales exponentes que debatieron el aspecto fundacional educativo, se pueden mencionar: el bloque del Poder Porteño libreempresista y agrarioexportador, el que deseaba imponer la educación para el orden y los sectores medios, como vehículo de la movilidad social.
Otro de los grupos políticos es el Nacionalismo Católico quienes predicaban un modelo cultural tradicional. No aceptaron la disidencia y por otro lado promovieron el sistema escolar privado y asistencial con el objetivo de obtener el dominio de la escuela pública. Mientras que un sector progresista de la oligarquía decidió vincular a la educación con el trabajo. La población quedaría contenida en un marco de país industrializado y moderno.
Carlos Pellegrini, luego de haber fundado la Unión Industrial Argentina, creó la primer escuela de comercio en Capital Federal y Joaquín V. González impulsó una enseñanza secundaria moderna, científica y utilitaria.
En 1899, el Ministro Osvaldo Magnasco presentó el plan de Enseñanza General y Universitaria orientada a la práctica y técnica de la Enseñanza. “El proyecto se dirigía a eliminar el enciclopedismo, dar una orientación práctica y técnica a la enseñanza y mantener colegios nacionales solamente en algunas provincias y en la Capital.” [4]
En 1905, durante el Gobierno de Quintana, se promulga la ley Lainez la que autoriza a la nación a instalar escuelas en aquellas provincias que lo soliciten.
El Ministro, Carlos Saavedra Lamas, presentó la propuesta educativa de carácter profesional con el objetivo de contener a los adolescentes, la misma fue aprobada en 1916 y derogada durante el gobierno de Hipólito Yrigoyen.
Según Puigrós, “la sociedad argentina no pudo llegar a ningún acuerdo sobre un problema tan crucial como la relación entre la educación y el trabajo.” [5] A partir de las discusiones planteadas se produce un cambio de ideología respecto de la importancia de la educación. Las clases obreras quieren ser educadas para acceder a una calidad de vida mejor, lo que produce la movilidad social ascendente.
La corriente normalizadora se divide en tres posiciones opuestas, por el no consentimiento del autoritarismo y burocratización del normalismo. A partir de allí, surgen los educadores que: unos, centraron su interés en la atención en los niños, apoyaron la escuela pública estatal y se opusieron al elitismo.
Otros militaban el socialismo, por lo que compartían características normalizadoras y democráticas, por ejemplo: rechazaban el orden conservador, se interesaban por el papel de la sociedad civil en el sistema educativo social, promovieron bibliotecas populares y sociedades de educación. Respecto de las relaciones personales generaron vínculos con los alumnos y los padres.
Los educadores anarquistas estaban en oposición con el Estado y crearon escuelas vinculadas con las organizaciones mutuales, los sindicatos obreros. Además estos grupos coincidían en que era necesaria la experimentación de una educación alternativa al modelo normalizador. Algunas de sus propuestas fueron: participación de la sociedad,
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