Artesanias Mexicanas

Comunidad y Cultura Local

Menosprecio del mexicano devalúa la artesanía nacional

El Sol de Puebla

7 de febrero de 2010

Julieta Cerezo / El Sol de Puebla

Puebla, Puebla.- El secretario de Cultura de la entidad, Alejandro Montiel Bonilla, señaló que el problema de la devaluación de la artesanía nacional, radica en el menosprecio mostrado por el propio mexicano, y advirtió que de no reconsiderarse a este rubro, podría propiciar la desaparición de creaciones tradicionales.

En entrevista a este diario, Montiel Bonilla, lamentó que existan personas que estén dispuestas a pagar exorbitantes cantidades de dinero por una camisa de marca o diseñador, y que, en cambio, al encontrarse con una artesanía de cualquier tipo, en las calles, comienzan con el regateo desmedido sobre el precio, incluso en piezas de un costo mínimo, por lo que adelantó que en el Festival de Arte y Cultura Indígena, que tendrá lugar el próximo mes de marzo, la Secretaría de Cultura, hará una inversión de ocho millones de pesos, siete millones más por encima de lo otorgado al presupuesto del 2009.

Adelantó que el Festival de Arte y Cultura Indígena tendrá lugar del 21 al 30 de marzo, nuevamente en el zócalo de la ciudad, y que se hará una alianza con cumbre Tajín para hacerlo aún de mayor alcance, pero admitió que a pesar de los esfuerzos, éstos son escasos en términos sociales, ya que no existe apoyo de la ciudadanía.

"Se está trabajando con el Instituto de Artesanías para mejorar las técnicas tradicionales, porque quienes practicaban esto se están muriendo, en la Sierra Norte sólo tres personas hacen gasas, se tienen recursos y medios, pero han muerto las generaciones necesarias para realizarlas", comentó el titular de la SC, quien enfatizó que esa de usanza de más 400 años, ya sólo quedan tres mujeres de aproximadamente 85 años que la practiquen.

Refirió que se está viviendo una inquietante pérdida de las lenguas indígenas debido a que no existe interés en la sociedad por conocerlas, en este sentido, apuntó que se debe a que, precisamente, la visión del rubro cultural Giera hacia la contemporaneidad, la cual, describió como "una tendencia globalizadora", que obnubila la propia realidad.

Alejandro Montiel relató que la visita del fotógrafo, escultor y cineasta francés, Christian Boltanski, le dejó un amargo sabor de boca, ya que Boltanski se asombró de lo que vio en el barrio de Santa Rosa, así de cómo conviven la vida y la muerte en el lugar, y le comentó que era triste que cuando él está en Alemania le pagan hasta 100 mil dólares por arrojar un vestido rojo en un auto van, y a su vez, lamentó que los mexicanos no se percaten de lo que tienen como cultura.

En este sentido, Montiel reprobó que deban ser los artistas foráneos los que deban de hacer ver a los propios habitantes del país lo que hay, y señaló que existe un foco rojo por la, aún presente, visión colonizada que no se desarraiga del mexicano, en la que no puede creer lo que tiene, así como en lo que se hace en el país y en la entidad.

"No hay que esperar que gente del extranjero diga que lo que se tiene es maravilloso", declaró y apuntó ése como el problema, ya que indicó que se tienen cosas grandiosas, pero que para la gente "no checa con un estilo", apuntó que es un conflicto muy grande y ejemplificó que se está pasando por una crisis en la creación de textiles debido a que son meses y técnicas que no se hacen en ninguna otra parte del mundo y que se están perdiendo.

Aplaudió que en el pasado Bazar Navideño de Artesanías realizado en el Instituto Cultural Poblano, se haya ayudado a los artesanos a tener control de elementos básicos como los son, el inventario y la calidad de los productos, y dijo que fue un hecho sumamente benéfico, debido a que se genera que haya materias que están siendo objeto de reflexión, lo cual hace del conocimiento público los problemas que afrontan los artesanos.

"Un artesano que está acostumbrado a producir sin prisas o tiempos, y sin un objetivo claro, esto en cuanto a un mercado, no podrá trabajar correctamente", señaló Montiel Bonilla, quien explicó que lo que se hizo en el bazar fue meter a cada uno de ellos al mismo, para que, de esta manera, mejorara su calidad y en consecuencia, su economía.

Indicó que, a veces, para que esto suceda, dependen de tiempos muy largos, pero que son proyectos a los que deben de dárseles continuidad, debido a que "hay que llevarlos de la mano" para que se logre algo, aseguró que el Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías (Fonart) "le ha quedado mal a muchos artesanos", en el sentido de que no le sigue las huellas a los artesanos, de quienes enfatizó que "no se les debe dejar solos".

Así calificó como un acierto que el año pasado la SC logró que los artesanos pudieran vender en el zócalo, puesto que, "en cuanto la gente notó que había terminales de tarjeta de crédito, se dieron cuenta de que las artesanías valían", comentó el secretario.

Montiel señaló que por parte de la SC hay un esfuerzo permanente para apoyar a las artesanías, pero que si el consumidor no tiene capacidad para apreciar lo que tiene enfrente, no se podrá hacer nada, mencionó que es un tema sumamente complejo que requiere de mucho tiempo, pero ante un proceso de globalización que apunta a comprar sin frenesí y productos en serie, no se puede esperar mucho.

LA SEPARACIÓN EN LA CULTURA GENERA DISCRIMINACIÓN

Para el titular de la SC el sector cultural "se ha encerrado en sí mismo", y únicamente vive de la retroalimentación de sus propias opiniones, lo cual indicó, apunta a que se busquen tendencias contemporáneas y de reflexión del arte, que a pesar de ser asertivo, como lo dijo, genera una ruptura del propio grupo con la sociedad.

Montiel Bonilla, quien se reconoció como parte de ese grupo académico selectivo, explicó que es cuando se está fuera de éste cuando la persona se puede dar cuenta de que la sociedad pide otras cosas, que los formatos de comunicación tienen que cambiar para llegar a más público, que los medios tienen que ser de otra manera y que incluso se debe declarar de manera diferente para atraer a la gente.

Señaló como problema para la ruptura entre el grupo cultural arraigado y la sociedad, el hecho de que los propios artistas, los de mayor tiempo

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