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Barras Bravas


Enviado por   •  20 de Abril de 2014  •  5.499 Palabras (22 Páginas)  •  321 Visitas

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BARRAS BRAVAS

Se emplean en américa latina para designar a aquellos grupos organizados dentro de una hinchada que se caracterizan por producir diversos incidentes violentos dentro y fuera del estadio.

Generalmente las barras bravas utilizan banderas lienzos y diferentes instrumentos musicales. También se caracterizan por ubicarse en las tribunas populares, aquellas que frecuentemente carecen de asientos y donde los espectadores deben de ver el partido de pie.

Se ha extendido, en un diverso grado en diferentes países de américa.

Generalmente tienen su origen en una subcultura juvenil de carácter urbano, donde se busca la pertenencia a un grupo determinado. Si bien existe una amplia variedad de estas barras en america, estas tienden a presentar ciertos rasgos comunes: exaltación de la fuerza el nacionalismo el sentido del honor asociado con la capacidad de pelear y la necesidad de reafirmación en la mayor parte de america estas barras están conformadas por jóvenes entre los 14 a 25 años.

Se han relacionado con el alcohol y las drogas.

El término barra brava se emplea en América Latina para designar a aquellos grupos organizados dentro de una hinchada que se caracterizan por producir diversos incidentes violentos, dentro y fuera del estadio de futbol.

Originalmente denominados barra fuerte, por el vespertino argentino La Razón en octubre de 1958, a raíz del asesinato policial del joven Mario Linker en el partido entre Vélez Sársfield y River Plate. El término aparece en Argentina a comienzos de la década de 1960, y luego se fue extendiendo su uso por toda América Latina. En Brasil se los denomina "torcidas organizadas", mientras que en otros continentes son conocidos como hooligans o ultras.

Generalmente las barras bravas utilizan banderas, lienzos y diferentes instrumentos musicales. También se caracterizan por ubicarse en las tribunas populares, aquellas que frecuentemente carecen de asientos y donde los espectadores deben ver el partido de pie.

Este fenómeno se ha extendido, en diverso grado, en diferentes países de América. Generalmente tienen su origen en una subcultura juvenil de carácter urbano, donde se busca la pertenencia a un grupo determinado. Si bien existe una amplia variedad de estas barras en América, éstas tienden a presentar ciertos rasgos comunes: exaltación de la fuerza, el nacionalismo, el sentido del honor asociado con la capacidad de pelear y la necesidad de reafirmación.

Tradicionalmente, se ha asociado a las barras bravas con la marginalidad urbana, y el consumo de alcohol y drogas. En general, en la mayor parte de América estas barras están conformadas por jóvenes entre los 14 y 25 años, mientras que en Argentina los integrantes suelen ser de mayor edad, pues en ese país la tradición está más arraigada. En el resto de los países de América Latina estas barras han adquirido notoriedad progresivamente, al menos desde comienzos de la década de 1990.

El término Barra brava se emplea para designar a aquellos grupos organizados y con diferentes grados de profesionalización dentro de la hinchada de un club, una masa amorfa y cambiante, y que cumplen varias funciones institucionales, prefijadas y organizadas, como por ejemplo el control del trabajo de entrenamiento en los polideportivos o de las vidas privadas de los jugadores, aparte de tener como característica el ser generadores de diversos incidentes violentos, dentro y fuera del estadio, muy a menudo con el empleo de armas -blancas y de fuego-, despliegue pirotécnico y cánticos (cantitos) empleados durante el desarrollo de los partidos.

Las barras bravas, también llamadas el núcleo de la hinchada, se identifican con la utilización banderas (denominadas trapos) con los colores del club, los cuales tienen el carácter sagrado que en los clanes tiene el tótem, y diversos instrumentos musicales, particularmente los bombos. Estas barras también se caracterizan por ubicarse en las tribunas populares, aquéllas que frecuentemente carecen de asientos y donde los espectadores deben ver el partido de pie.

La violencia en el fútbol argentino ha estado presente prácticamente desde sus comienzos. Desde el primer asesinato registrado, ocurrido en Montevideo, en 1924, luego del último partido del Campeonato Sudamericano entre los locales y la selección argentina, hasta comienzos del siglo XXI, este fenómeno se ha cobrado una cifra estimativa de por lo menos un centenar y medio de víctimas fatales y gran cantidad de heridos. Hasta el año 2000, sólo 16 casos terminaron en condena, involucrando a 33 personas. Si bien en Argentina todas las barras bravas son consideradas peligrosas, organismos de seguridad[4] consideran las de River Plate, Boca Juniors, Rosario Central y Newell's Old Boys como las más peligrosas.

Se tienen noticias de la violencia en el fútbol desde principios del siglo XX, tanto en los partidos del fútbol argentino como en los partidos entre Argentina y Uruguay, en Montevideo y en Buenos Aires. Pero el hecho que trascendió se produjo en el último partido del Campeonato Sudamericano de 1916, que definiría al campeón, disputado el 16 de julio de 1916 en el estadio de Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires. Debido a la sobreventa de entradas, 40 mil personas se acercaron a ver el partido en un estadio que sólo podía albergar a la mitad. El encuentro fue suspendido debido a los desmanes producidos en las tribunas, que terminaron incendiadas.

Curiosamente, el primer superclásico (partido entre Boca Juniors y River Plate), disputado en 1913, terminó con un enfrentamiento de las hinchadas. También el primero disputado en la era profesional, en 1931, finalizó con disturbios. Luego de que tres jugadores de River se negaron a retirarse del campo de juego tras ser expulsados, las hinchadas se enfurecieron y comenzaron una batalla campal.

El primer asesinato relacionado con el fútbol argentino se produjo en Montevideo, Uruguay, en 1924. El 2 de noviembre, tras disputarse el último partido del Campeonato Sudamericano que coronó a los locales, se produjeron incidentes frente al hotel donde se alojaba el seleccionado argentino, interviniendo en la pelea hinchas uruguayos e hinchas y jugadores argentinos. Durante los incidentes, el argentino José Lázaro Rodríguez disparó contra Pedro Demby, quien fallecería el día después. Rodríguez logró escapar y regresar a la Argentina, gracias a la ayuda de jugadores argentinos, en un buque que partió una hora antes de lo programado y no fue interceptado por la policía. La policía uruguaya logró identificarlo gracias a una fotografía publicada el 4 de noviembre en el diario argentino Crítica,

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