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Bolivar Y Marti


Enviado por   •  18 de Septiembre de 2013  •  2.332 Palabras (10 Páginas)  •  287 Visitas

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PENSAMIENTO PEDAGÓGICO LATINOAMERICANO, EDUCACIÓN LIBERTARIA Y PEDAGOGÍAS ALTERNATIVAS. El fortalecimiento del poder popular (Segunda parte) por Lia Pinheiro Barbosa

agosto 15, 2011

zur2 Economía Política Deja un comentario

Recuperando algunos ej es discutidos anteriormente, corroboro con los planteamientos de Ceceña (2005, p. 85) al afirmar que “la negación de la subjetividad, la fragmentación social y la creación de la otredad son también elementos sustanciales de soporte de la dominación.” No obstante, el recorrido de la lucha latinoamericana nos proporciona muestras del afloramiento de la resistencia y su búsqueda constante por nuevos horizontes de enfrentamiento de la supremacía político-económica. Además, la irrupción masiva que se expresa en el continente en los últimos 35 años redimensiona el plano teórico-conceptual de lo alternativo en su interrelación con lo hegemónico que traspasa las nuevas realidades emergentes educativas (APPeAL, 2007). Observemos los aportes de Puiggrós (2003) apud APPeAL (2007, p.1), acerca de la categoría ‘alternativo’ desde un abordaje político:

“… una alternativa responde a una inquietud de búsqueda, a una inconformidad frente a una situación dada, de un anhelo por crear mejores condiciones de vida; una alternativa es algo más que una creación para el plazo corto o mediano, más bien responde a la idea de proyecto de largo alcance, a la creación de propuestas con creatividad que se concentran a través de programas que apuntalan ciertas opciones de solución”.

Tomando por referente histórico-temporal el final del siglo XX y la primera década del actual siglo, concibo lo alternativo vinculado a la acción política de los movimientos sociales en el continente. En su protagonismo y labor política para la consolidación de estrategias que aspiran cambios profundos en la actual coyuntura política, reconoce a la Educación como uno de los principales instrumentos de ruptura con la lógica excluyente y deshumanizadora del capital. Muchos investigadores destacan tal potencialidad en la praxis política de los movimientos sociales: Zibechi (2008), al analizar los movimientos sociales como espacios educativos; Leher (2007), al proponer la Educación Popular como estrategia política de los movimientos sociales en la región. Además, comulgan con el legado de Paulo Freire donde la Educación posee una dimensión filosófica y política cuando asume un potencial libertador y es dotada de una función socio-política orientada a la construcción de la autonomía y emancipación humanas.

Para Freire, la educación constituye camino en el proceso de liberación de los pueblos. Desde este parámetro confiere un nuevo enfoque a la alfabetización como relectura de mundo y refuerza la dimensión política de la educación como praxis transformadora (Freire, 1975). Los aportes freirianos permiten una “ruptura epistemológica con la representación del sujeto pedagógico que contiene el sistema educativo moderno” (Puiggrós, 2005, p. 17).

En este sentido, el educador brasileño creía en la necesidad de una transformación social profunda para que se abra camino a los cambios necesarios a la educación latinoamericana. El transcurso del cambio posee una matiz política, una vez que Freire “rescata la política como elemento más dinámico de la cultura”, esta entendida como eje fundamental en el proceso de vinculación dialógica entre culturas (Puiggrós, 2005, p.25).

El carácter político conferido a la educación se vincula al entendimiento de la generación de una cultura política emancipatória construida entre los sujetos políticos partícipes en este proceso, en el caso, los movimientos populares, campesinos, indígenas, entre otros que ejercían la praxis de la Educación Popular como camino de resistencia y lucha rumbo a procesos de liberación. En este sentido, sustento mi argumento afirmando que, entre las acciones de resistencia propia de estos movimientos, la educación constituye un elemento valioso en la lucha por la emancipación política y cultural de los pueblos de América Latina.

Un mirar panorámico sobre el continente nos permite visualizar los indicios de un proyecto emancipador y que prima por el fortalecimiento del Poder Popular, vinculado a un papel político conferido a la educación, manifiestos en: las primeras campañas de alfabetización cubana en los años 50 del siglo XX; la experiencia de educación popular de Nicaragua, fruto de la Revolución Sandinista; la trayectoria del Sector de Educación del MST; la propuesta de creación de la Universidad del Sur; las experiencias de las Universidades Interculturales Indígenas en Ecuador, Bolivia, Colombia y México; la expresiva experiencia del Método Cubano de Alfabetización, “Sí, Yo Puedo!”; la creación de las Escuelas Rebeldes Autónomas Zapatistas; el Instituto Agroecológico Latinoamericano de Estudios Campesinos, Indígenas y Afrodescendientes – IALA, articulado por la Vía Campesina en Venezuela; las experiencias de la Misión Robinson y Sucre, igualmente en territorio venezolano; la creación de la Universidad de las Madres de la Plaza de Mayo; la experiencia pedagógica de los Círculos de Autoeducación Docente, en Perú, entre otras propuestas que se han consolidado y avanzado gradualmente, testigos vivos de que el “paradigma emancipador para América Latina” tiene un pie en la educación, camino de transformación cultural en el continente. Todas estas experiencias reflejan un momento muy especial en la lucha latinoamericana, donde el:

… cambio en ese panorama no es, evidentemente, un problema estrictamente pedagógico. Los términos del debate sólo pudieron ser modificados con la alteración de la correlación de fuerzas sociales. Delante de los desafíos de las luchas antineoliberales, los movimientos localizaron la formación política (la educación como hegemonía) en el andar superior de la agenda política, restableciendo, gradualmente, con avances y retrocesos, los nexos entre educación, capitalismo y clase. (Leher, 2007, p. 22)

El planteamiento de Leher resalta la problemática de la hegemonía presente en América Latina. Una reflexión política fundamental para pensar la profundización de la democracia en el continente es comprender que la dimensión de la hegemonía pertenece a una cuestión político-cultural, no restringiéndose a los espacios políticos institucionalizados, como el Estado.

En este sentido, la acción político-educativa de los movimientos sociales puede contribuir en la construcción de una nueva episteme (Leher, 2007) que rompa con la lógica de la política neoliberal, por medio de una “batalla de las ideas” (Anderson, 2003), donde se origine un conocimiento crítico, demarcador y recuperador

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