COMO ES EL DERECHO PRECOLOMBINO
Vanessa BadillaResumen1 de Diciembre de 2015
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VISION DE AMÉRICA ANTES DE LA LLEGADA DEL ESPAÑOL
Con la llegada del español a América, no solo se descubrió una tierra llena de riqueza natural, sino un mundo nuevo lleno de culturas, razas y mezclas un poco diferentes en apariencias entre unas y otras, pero de costumbres y culturas parecidas o bien, una mezcla interesante de una con otras, que daban origen a los diferentes matices de comportamiento entre ellas.
Normalmente nos referimos a las grandes civilizaciones que ostentaron el dominio de la región, entre los cuales destacan los Incas, los Mayas y los Aztecas, los cuáles indudablemente aportaron la mayor cantidad de riqueza cultural de la zona, pues con sus estrategias de expansión, lograron controlar grandes extensiones de tierras, dominando otras tribus o mezclándose entre ellas.
Los Incas destacaban por ser un pueblo muy bien organizado, con una política, agraria bastante avanzada, los Mayas por su lado eran cultos y sofisticados para su época, además de extremadamente estudiosos de la naturaleza y su entorno, y por otra parte, los temidos Aztecas, era una raza militar, guerrera y teocrática, que rápidamente se expandió y domino una vasta extensión de territorio donde domino su régimen y religión.
Cabe destacar también, que nuestra tierra fue poblada por muchas otras culturas importantes como los náhuatl, los quiches, y los cakchiqueles (mezcla maya-tolteca) que se esparcieron por toda Centroamérica, así como los chibchas, cultura importante del norte de Sudamérica, sin dejar de mencionar por su puesto a nuestros pueblos malekus, bribris, cabécares y talamancas entre otras, quienes no solamente se mantuvieron como culturas autónomas, pues no fueron conquistadas.
BASAMENTOS PRIMORDIALES DE LAS SOCIEDADES ABORIGENES
Son tres basamentos primordiales de la sociedad indígena:
PROPIEDAD:
Pocos datos se tienen sobre la propiedad en el istmo y el Caribe, entre ellos solo existía virtualmente el dominio privado respecto de los bienes muebles. La propiedad de la tierra era comunal y se defendía con valentía y fortaleza.
El usufructo de la tierra no presentaba carácter del socialismo agrario, entre los Incas las tierras pertenecían al Estado, el cual las entregaba para su usufructo a los Ayllus, que se subdividían a su vez en clanes territoriales.
Estos propietarios podían trasmitir su propiedad por herencia lo que les estaba prohibido a los simples usufructuarios, la institución del condominio no podía existir en cuanto a las jurisdicciones de los Ayllus y los clanes territoriales, puesto que únicamente existía el uso y disfrute en común de la tierra asignada a cada escala social.
El jefe principal o anciano que gobernaba, junto con el consejo, integrado por los otros ancianos del barrio, repartía la tierra tomando en cuenta la calidad social, del que la recibía y las posibilidades de labrarlas bien, esta propiedad de la tierra luego de adjudicarla a determinada persona, no podía el concejo traspasarla, a otro, y se perdía solo por los motivos que se daban especialmente, como abandonarla, traslado de la familia, etc. En general puede afirmarse que el sentido de propiedad, tal como las civilizaciones cristianas lo entienden, no existía en América-
Pero la tierra labrantía, en casi todo América, salvo en las grandes civilizaciones azteca e inca, los labradores podían ser arrojados a capricho del cacique.
CLASES SOCIALES
Al producirse el descubrimiento se encontraba el continente americano dividido en multitud de conglomerados políticos, algunos independientes y otros sumidos bajo la tutela absoluta.
Los aztecas se hallaban divididos en dos amplias clases, los Macehuales o clase desheredada y los nobles o señores, clase de enormes prerrogativas sociales. Esta última clase se encontraba a su vez, dividida en tres grupos principales: guerreros, sacerdotes y comerciantes o Pochtecas. La clase de los macehuales no presentaba claras subdivisiones.
La división clasista de los incas no era tan complicada como la azteca. En la cúspide estaba el inca y luego empezaban a descenderlos individuos hasta el último peldaño, o sea, el de los desplazados, llamados Mitimaes.
La división social en Castilla del Oro, hoy parte de la República de Panamá, se apoyaba en privilegios de sangre.
En la cumbre, estaba el cacique o queri, y como segundos, en el escalafón social, los llamados Sacos, quienes tenían bajo su dominio a los llamados Cabras, los cuáles eran propietarios de tierras y lugares y se asemejaba a los Hijosdalgo españoles; y por último la gente común, la cual podía subir al estrado superior, distinguiéndose en la guerra o en los servicios colectivos. Los caciques, sacos y cabras, podían lucir nombre propio e imponérselo a las parcelas o lugares donde vivían y tenían jurisdicción. Con la imposición del título de cabra a un hombre, el cacique simultáneamente le proveía de tierras.
REGIMEN LABORAL
Antes de examinar las normas laborales que regían a las tribus del continente, hay que poner en claro en qué forma satisficieron aquellos grupos sus necesidades colectivas. Puede afirmarse al respecto que en casi todos ellos se había traspasado ya la forma familiar, y se estaba dentro de una formación estatal.
Las normas laborales que rigieron en los conglomerados americanos pre-europeos, no han podido ser aún desentrañadas en su totalidad. De México sólo conocemos, en cuánto a trabajo, la habilidad manual de los aztecas.
Con gran facilidad para el aprendizaje, cuenta Díaz del Castillo que “enseñada que les fue la hechura de los casquillos para los mosquetes, los casquillos fueron mejores que los de Castilla”.
Y así los pueblos incásicos llegaron a organizar en una forma sencilla, la tan decantada solidaridad de nuestros tiempos. Con la obligatoriedad del trabajo lograron los incas detener tres plagas sociales: la mendicidad, la desocupación y la vagancia. Muchas de las normas incaicas de trabajo fueron luego usadas de manera eficaz por las autoridades coloniales.
Toda la tierra entre los incas era labrada por el común del pueblo, se cultivaba primero la del inca, luego la del sacerdote, ancianos, viudas y huérfanos, y finalmente la propia, con la obligación de ayudar al vecino. Los incas poseían la institución del día feriado en forma rotativa, para que siempre hubiera gente trabajando en el imperio, algunas veces los días feriados no eran propiamente de descanso, pues todo el grupo quedaba obligado a ciertas faenas llamadas Mingas: este servicio especial solo se prestaba en las minas, en la obras públicas y en la tierras del inca, o de ciertos servidores de las corte (sacerdotes y nobles).
En las tribus istmeñas los días de descanso tenían más bien carácter religioso, 21 días alternos del año era obligatorio no trabajar y guardar absoluta castidad. También después de cierto número de días sucesivos laborales existían vacaciones o períodos de descanso.
Existía en la América pre-europea un libre juego de demanda y oferta de trabajo en las plazas de los mercados, se reunían diariamente los trabajadores y maestros de todos los oficios a ofrecer sus servicios al mejor postor, luego cobran por día su salario, el cual se determinaba en el respectivo contrato verbal de trabajo. Dentro de la organización azteca, los trabajadores estaban divididos en gremios que se reunían siempre en los mercados en lugares señalados especialmente para ellos.
Los caciques podían prestar a sus amigos, cuando éstos los necesitaban para transportar sus cargas, era obligación de los tlamenes transportar al poblado los alimentos necesarios para los animales domésticos, y al cacique correspondía la venta de tales alimentosa los vecinos.
RÉGIMEN FAMILIAR
El matrimonio es el derecho pre-europeo del continente se desenvolvía desde el simple contrato civil, rescindible a su voluntad exclusiva de una de las partes, hasta el compromiso solemne y perpetuo hecho ante los dioses.
Entre los aztecas se efectuaba primero la ceremonia civil, ante los sacerdotes. El matrimonio podía ser condicional o temporal, según que se contrajeran las nupcias condicionándolas al acaecimiento de un hecho determinado, fijándoles plazo para su terminación.
Las tribus quichés de Guatemala concebían el matrimonio como un contrato típicamente civil, el matrimonio era monógamo; sin embargo el hombre podía tener varias concubinas, pero solo la mujer casada de acuerdo con la ley se consideraba esposa legítima. Eran obligaciones del marido, en la legislación quiché, vestir y alimentar a sus mujeres e hijos, así como defenderlos y ampararlos, a ellas correspondía la obligación de preparar los alimentos y vestidos, asear y cuidar las habitaciones; llamo poderosamente la atención del conquistador español la obligación del futuro marido de vivir antes del matrimonio y por un corto tiempo, en casa de sus suegros, sirviéndoles en las labores que estos tuvieran a bien, para así probarlo y poder otorgar a conciencia el consentimiento para el matrimonio de su hija. No existía la dote entre los quichés; el contrayente apenas simbólicamente compraba la mujer a sus suegros.
Había tribus, por ejemplo la de los caribes, en que no tenía estabilidad el matrimonio; por su escaso desarrollo intelectual, vivían en situaciones primarias de relación sexual. La institución matrimonial afectaba en las tribus costarricenses tantas formas como tribus había, todos los componentes de una familia con un antecesor común vivían juntos en casas que contenían de noventa a cien personas, jefeadas por una especie de cacique familiar.
Los guatusos presentaban una forma de matrimonio más semejante a la existente en Europa de aquellos tiempos, el novio por obligación debía llegar ante los padres de la futura esposa a pedirles el consentimiento para la boga, con una bolsa o red llena de cacao o de plátanos, en señal de matrimonio. Y en Talamanca no había indicios, según los conquistadores, de contrato formal ni de ceremonia religiosa para efectuar el matrimonio, y podían separarse a voluntad, sobre todo cuando no habían procreado hijos.
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