CONCEPTO DEL MUNDO
matibus22 de Febrero de 2015
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LA ERA DE LA MAQUINA
En la Era de la Máquina el universo es considerado como una máquina creada por Dios para cumplir Su Voluntad. Se esperaba que el Hombre, como parte de esa máquina, sirva a los propósitos divinos.
Esta creencia está combinada con otra, todavía más antigua: que el Hombre ha sido creado a imagen de Dios. Esto significaba que de todo lo que existe sobre la Tierra, el hombre es lo más parecido a Dios. Dicha creencia se refleja en el modo en que Dios representado en el arte: antropomorfo. En cierto sentido, el Hombre es considerado una especie de semidiós.
De estas dos creencias, se deducía que el hombre mismo debería crear máquinas para hacer su propio trabajo. La Revolución Industrial fue el resultado de esta inferencia.
En la Edad Media la expectativa de vida era breve: entre veinte y treinta y cinco años. La mortalidad infantil era muy elevada y la población era frecuentemente desvastada por las pestes. Durante el transcurso de su vida la gente rara vez se alejaba más de unas cuantas millas del lugar en donde había nacido. Existía poca libertad personal. La pobreza y las carencias eran cosa común. Por éstas y por otras muchas razones, la actividad intelectual de esa época se concentraba en la vida espiritual y en la vida después de la vida. Escuchemos a un testigo, el historiador Edward Maslin Hulme (43), quien ilustra las características típicas de esta concepción de mundo:
La fuerza intelectual de la Edad Media no yacía en el conocimiento y los logros científicos, sino en la imaginación espiritual... El hombre medieval tenía poca capacidad para contemplar las cosas cara a cara. No tenía una percepción clara del mundo visible. No era práctica común manejar los hechos del mundo real en forma objetiva. Todas tas cosas estaban veladas por una bruma de subjetividad... Se aseguraba que la vida especulativa era mucho más importante que la vida práctica. El mundo era sólo un lugar de prueba. La vida ideal en la Edad Media era la del claustro... una visión... ignoraba, hasta donde era posible, la naturaleza y el mundo de los hombres, pero se abria hacia el infinito.
El arte de esta época reflejaba su orientación concentrándose en la vida espiritual del hombre y en la vida después de la vida, no en el contenido ni en el contexto de la vida cotidiana:
En la Edad Media los pintores eran sólo una mano al servicio de la iglesia. Su función no era revelar al hombre la belleza de este mundo, sino ayudarlo a ganar la salvación en el otro
Poco debe extrañarnos, entonces, que la curiosidad no fuera considerada como una virtud:
EI Renacimiento, que tuvo lugar en los siglos catorce y quince, fue un despertar o, literalmente, un re-nacimiento. El hombre volvió a entrar al mundo de la naturaleza simplemente prestándole atención, sintiendo curiosidad hacia él o interrogándolo. En la Edad Media:
La Revelación era la única fuente de la verdad. Sin embargo, cuando Pedro el Ermitaño convocó a la Primera Cruzada, inconscientemente ayudó a poner en movimiento fuerzas que más tarde desembocarían en el Renacimiento. Los viajes incitaron la curiosidad de los hombres... Los hombres sentían curiosidad no sólo por las civilizaciones de otros países, sino que también deseaban saber respecto a quiénes habian vivido en otras épocas, motivados por otros ideales. Esta curiosidad se convirtió en un fuerza poderosa e importante... Produjo la resurrección del deseo de aprender e investigar y dio lugar a invenciones y descubrimientos... Inició el método experimental. Implantó en el corazón de los hombres el deseo de estudiar y conocer el mundo por ellos mismos, liberados de las restricciones de la autoridad
El análisis
Cuando a un niño se le da algo que no comprende - una radio, un reloj o un juguete, - es casi seguro que tratará de desarmarlo para observar cómo funciona. Una vez que comprende cómo funcionan las partes, trata de comprender cómo funciona el todo. Este proceso de tres etapas:
1) desarmar el objeto que se trata de comprender,
2) tratar de comprender la conducta de las partes y
3) tratar de estructurar los conocimientos parciales para comprender el todo, se convirtió en el método básico de investigación iniciado en el Renacimiento.
A este método se le denomina: análisis. Por lo anterior, no es de extrañarse que en la actualidad se consideren sinónimos análisis e investigación. Por ejemplo, se puede decir indistintamente “analizar un problema” o “investigar un problema”. La mayoría de las personas se verían en un aprieto si se les pidiera una alternativa al método analítico.
El interés en el método analítico indujo a la observación y a la experimentación, lo cual, de hecho, produjo lo que actualmente consideramos como ciencia moderna. Con el paso del tiempo, el uso de este método es una guía para formular una serie de preguntas acerca de la naturaleza de la realidad. Las respuestas a estas preguntas dieron lugar a la concepción de la Era de la Máquina.
El Reduccionismo
De acuerdo con el punto de vista de la Era de la Máquina, para comprender alguna cosa, ésta tiene que ser desmembrada conceptual o físicamente y entonces, ¿Cómo se puede comprender cada una de las partes? La respuesta parece obvia: analizando cada parte. No obstante, esta respuesta conduce a otra pregunta: ¿Aquí termina el proceso? La respuesta a esta pregunta no es tan obvia. Depende de si se cree que es posible comprender al mundo como un todo,. En la era que empezó en el Renacimiento se pensaba que era posible una comprensión completa del mundo. Más adelante, a mediados del siglo diecinueve, muchos de los principales científicos creían que tal comprensión estaba a su alcance. Si se cree esto, entonces la respuesta a la segunda pregunta debe ser “sí”. De acuerdo con el método analítico, a menos que no existan partículas o elementos fundamentales, es posible la comprensión completa del universo. Si existen dichas partículas indivisibles y llegamos a comprender su conducta, podremos comprender el mundo, al menos en principio. Así, la creencia en elementos fundamentales es la piedra angular de la concepción del mundo en la Era de la Máquina. La doctrina en la que se basa esta creencia se denomina: reduccionismo.
De acuerdo con ella, toda la realidad y nuestra experiencia pueden ser reducidas a elementos últimos e indivisibles.
En física, por ejemplo, los trabajos del químico inglés Dalton hicieron que la gente aceptara la especulación de Demócrito y otros antiguos filósofos griegos, así como las teorías del filósofo francés Descartes: todos los objetos físicos se pueden reducir a partículas indivisibles de materia: los átomos. Se creía que estos elementos sólo tenían dos propiedades intrínsecas: masa y energía. Los físicos trataron de edificar su comprensión de la naturaleza sobre la base de una comprensión de estos elementos.
La química, como la física, tiene sus elementos, los cuales aparecen en la Tabla Periódica de los Elementos.
Los biólogos creían que toda la vida era reducible a un sólo elemento: la célula.
La sicología no fue tan parsimoniosa; postuló cierto número de elementos en diferentes épocas. Empezó con los átomos síquicos: las mónadas, abandonándolas después en favor de las ideas simples o impresiones que más tarde llamó directamente observables y observaciones atómicas. Después fueron agregados los impulsos fundamentales, las necesidades y los instintos. Más tarde, sin embargo, Freud retornó a los átomos síquicos para explicar la personalidad. Este autor utiliza tres elementos ego, el yo, el superego, y la energía, la líbido, para “ex-plicar” la conducta humana.
Los lingüistas, por su parte, trataron de reducir el lenguaje a elementos indivisibles de sonido, denominados fonemas, etc.
En cada campo de investigación el hombre trataba de comprender buscando las partículas elementales.
EI determinismo
Una vez que los elementos de una cosa habían sido identificados y comprendidos, era necesario integrar tal comprensión en una versión del todo. Esto requería una explicación de las relaciones entre las partes, o de su modo de interactuar. No es sorprendente que en una época en la que casi todo mundo pensaba que todas las cosas podían reducirse a elementos, también se pensara que la simple relación causa efecto, fuera suficiente para explicar todas las interacciones.
. Se dice que una cosa es la causa de otra, si su efecto es tanto necesario como suficiente. Una cosa es necesaria para otra, si la otra no puede ocurrir a menos que la primera surja. Una cosa es suficiente para otra, si la ocurrencia de la primera asegura el surgimiento de la segunda. Esto , condujo a una serie de preguntas cuyas respuestas proporcionaron los fundamentos para la concepción del mundo de la Era de la Máquina.
Primero: ¿Todo lo que existe en el universo es el efecto de alguna causa? La respuesta a esta pregunta fue dictada por la creencia prevaleciente de la posibilidad de una comprensión completa del universo. Para que esto sea posible, todo tiene que ser tomado como el efecto de alguna causa, ya que de otro modo no podría ser relacionado ni comprendido. Esta doctrina fue denominada determinismo. De acuerdo con ella, nada podía ocurrir por casualidad.
Ahora bien, si todo en el universo es causado por algo, entonces cada causa es en sí misma el efecto de una causa previa: Si se retrocediera a través de la cadena de causas y efectos ¿Se podría llegar al principio del proceso? La
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