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CORRIENTES ARQUITECTÓNICAS DEL SIGLO XVI, XVII, XVIII, XIX


Enviado por   •  28 de Agosto de 2022  •  Resúmenes  •  2.180 Palabras (9 Páginas)  •  352 Visitas

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Introducción: Las corrientes arquitectónicas son un tema dentro de la arquitectura que dan a conocer la diferente clasificación de estilos que existen entre las obras que vemos a lo largo del mundo, sin embargo el enfoque especifico dentro de la investigación se dará únicamente en México, así mismo la relevancia artística de muchas de las estructuras y obras arquitectónicas que existen en México, han sido designadas como “Patrimonio de la Humanidad”.  

La arquitectura mexicana tiene como cualidades que posee mucha historia y tradiciones. Además, según el uso de los edificios, destacan tres tipos principales, los cuales se pueden clasificar de la siguiente manera:

  • Arquitectura Religiosa. México es un país con una profunda tradición católica. Desde la época colonial, hasta la actualidad, de igual manera México destaca por la creación de edificios destinados al culto, como catedrales e iglesias.
  • Arquitectura Militar. Esto hace referencia a los diferentes edificios de carácter defensivo. Los cuales son considerados como patrimonio arquitectónico de la nación que destacan por su belleza y por su uso militar.
  • Arquitectura Civil. Estos hacen referencia a los edificios para uso civil y residencial. Esta categoría clasifica a cualquier edificación e infraestructura diseñada para el funcionamiento de uso normal de la sociedad, como casas, hoteles, hospitales, escuelas, edificios comerciales y gubernamentales, etc.

Antecedentes de las corrientes arquitectónicas: Siglo XVI, XVII, XVIII y XIX

Desarrollo:

La arquitectura del siglo XVI

Tras la caída de Tenochtitlan en poder de Hernán Cortés, el 13 de agosto de 1521, se inicia una nueva etapa en la arquitectura, al sobreponerse al arte prehispánico la cultura renacentista y las tradiciones españolas. Esta mezcla da origen a una nueva expresión arquitectónica.
Durante casi tres siglos aproximadamente la Nueva España vio sucederse los mismos estilos que simultáneamente se producían en Europa: románico, gótico, renacentista, manierista, barroco y neoclásico; los correspondientes novohispanos.
El arte llamado del siglo XVI se desarrolla, aproximadamente, a partir de la Conquista hasta la aparición del estilo barroco en el primer tercio del siglo XVII. Esta época abarca las expresiones estilísticas más diversas, que van del gótico final al renacimiento y el manierismo, los cuales fueron interpretados por el sentir indígena, que impone sus propias expresiones y su habilidad técnica a los estilos europeos.

De la arquitectura civil, todo lo que se conserva pertenece al periodo barroco.

Antes de la conquista los tipos básicos que se encontraban eran los templos, ahora se encuentran también escuelas, hospitales, edificios de gobierno, fuentes, etcétera, y de las cuales un importante ejemplo es el Hospital de la Limpia Concepción, llamado tiempo después como hospital de Jesús, cuyos patios y principalmente la escalera, constituye un testimonio de la arquitectura de esta época.

El Palacio de Cortés, en Cuernavaca, el cual, aunque fue modificado severamente, conserva aún la doble galería de las arcadas con vista hacia la ciudad y al Tepozteco, además los exteriores recuerdan las fachadas medievales, que aíslan totalmente el interior de los peligros de la calle. En las portadas, que, por ser los elementos más ricamente decorados, se salvaron en ocasiones de los cambios y remodelaciones posteriores. De igual manera la Casa de Montejo en Mérida, de Andrés de la Tobilla en San Cristóbal de las Casas y la Casa del Deán en Puebla, son claros ejemplos de las distintas interpretaciones de la arquitectura plateresca.

Otro ejemplo de la arquitectura civil son las fuentes, una de las más importantes es la construida por Fray Rodrigo de León, en Chiapa de Corzo, la cual constituye el ejemplar más acabado de fuente mudéjar, sin paralelo en España. Está cubierta por una cúpula octagonal, nervada, sobre ocho pilares de ladrillo, contrarrestado el empuje por arbotantes del mismo material, en el que se labraron igualmente las puntas de diamante que constituyen la única ornamentación.

Como consecuencia de la Conquista, se encuentra la arquitectura religiosa, la cual se da a través de la evangelización. El edificio fundamental para la evangelización era el convento, el cual no solamente servía de residencia a los frailes, sino que también representaba el papel de escuela, hospital, hospedería, etcétera.
Las partes fundamentales de la composición de un monasterio mexicano del siglo XVI son la iglesia, el atrio y el convento. El atrio alcanzaba enormes superficies y se extendía generalmente fuera de la iglesia prolongando su eje, y en él se situaban la capilla abierta, las posas y una cruz. El convento con sus múltiples funciones se levantaba al costado sur de la iglesia, aunque, en ocasiones, como puede verse en Tepoztlán y en algunos monasterios yucatecos, estaba al norte del templo. El conjunto se complementaba con la huerta, en la parte posterior del convento.
Las techumbres de las iglesias se cubrían con crucería; sin embargo, este procedimiento era caro y complicado, por lo que se sustituyó por el artesonado de origen mudéjar, que permitía salvar claros de regular tamaño con economía y ligereza. Aunque desde el siglo XVI fueron frecuentes las cubiertas de artesón, cuyo uso se prolonga hasta el periodo barroco es San Francisco de Tlaxcala, admirable muestra de este estilo.

Los franciscanos, hicieron mayor uso de las bóvedas de crucería en toda la iglesia, aunque a veces, como en Cuernavaca, tal tipo de cubierta aparece sólo en el sotacoro, mientras que la iglesia se cubre con cañón corrido; eso sí, pintando en él las nervaduras, para, por lo menos, sugerir el considerado como tipo ideal de techumbre.
Tula, Tochimilco, Tepeaca y Huejotzingo presentan este tipo de abovedamiento, el que conserva la tradición gótica pero sólo en la forma, ya que el espíritu varía radicalmente al ser las nervaduras, en la mayor parte de los casos, un elemento puramente decorativo y no estructural, y al adquirir los arcos formeros un perfil semicircular, en lugar del arco en ojiva típico de la arquitectura gótica.
También los dominicos tuvieron preferencia por las crucerías. Lo mismo en Oaxtepec que en Yanhuitlán y Coixtlahuaca, las bóvedas de nervadura dan gran prestancia a sus iglesias.
Exteriormente, los empujes de las bóvedas se contrarrestaban por medio de contrafuertes en forma de prisma cuadrangular. Es frecuente que las iglesias del siglo XVI tengan un aspecto militar por lo sobrio de sus volúmenes y por el uso que se hace, en los remates de pretiles, de almenas y garitones (Huejotzingo, Atlatlahuacan) y aun por el empleo de pasos de ronda como sucede en Tepeaca, fronteriza entonces con tribus no dominadas, donde era indispensable alguna previsión defensiva. Las portadas expresan un sentir gótico, semejante al preferido en España a fines del siglo XV.
Un poco más tarde, domina el renacimiento bajo la interpretación española: el plateresco, cuyo nombre deriva del preciosismo de su ejecución, que más parece trabajada en plata que en piedra. Por ejemplo, en Yecapixtla, Cuitzeo y, sobre todo, Acolman, la cumbre de este estilo, que llega a tener gran influencia en otras portadas agustinas, como Meztitlán y Yuriria.

Las tendencias medieval, plateresca y manierista, aparece con gran fuerza el mudejarismo, que, al igual que en España, constituye una constante en el siglo XVI, interpretando en sus formas los distintos estilos y aun la expresión indígena. Las portadas de Santa Cruz Atoyac, Chimalhuacán, Chalco y Acámbaro son fundamentales dentro de lo mudéjar.

La arquitectura del clero secular está representada en el siglo XVI por las catedrales. Entre ellas están las catedrales de Puebla, Guadalajara y Mérida; esta última es la única que se terminó en el siglo XVI, sin aportaciones barrocas como las demás. Es una iglesia de tres naves en la que se marca el crucero por medio de bóvedas encasetonadas de clara inspiración renacentista, apoyadas sobre columnas con base, y fueron de las primeras que se hicieron en nuestro país.

La arquitectura del siglo XVII

En el siglo XVII se construyeron parroquias destinadas al ejercicio del clero secular. El estilo predominante es el Barroco novohispano en la arquitectura se puede apreciar en las construcciones religiosas como el convento jesuita de Tepotzotlán, en el Estado de México. En Puebla se encuentran las iglesias de Santo Domingo y de Santa María Tonantzintla, en Taxco Guerrero la iglesia de Santa Prisca

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