Cambio Social
Edwin14515 de Junio de 2015
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CAMBIO SOCIAL Y TOTALIDAD
SOCIAL CHANGE AND TOTALITY
Mg. Esteban Torres (esteban.tc@gmail.com) Centro de Estudios Avanzados, Universidad Nacional de
Córdoba (Córdoba, Argentina)
Abstract
The general purpose that guides this article is to contribute to the critique and study of the possibilities of
reformulation of the category of social totality and social change or some of their central elements, as
theoretical alternatives to think again about the urgent and historical matter of development (mainly in its
economic dimension), in order to face the new cultural and political challenges present in Latin American
societies.
Keywords: totality, change, social, theory, development.
Resumen
Orienta el desarrollo del artículo el propósito de contribuir a la crítica y al estudio de las posibilidades de
reformulación de la categoría de totalidad social y cambio social o bien de elementos centrales de las
mismas, como alternativas teóricas para repensar la urgente e histórica cuestión del desarrollo
(principalmente en su dimensión económica) y con ello hacer frente a los nuevos desafíos culturales y
políticos que se presentan en las sociedades latinoamericanas.
Palabras clave: totalidad, cambio, social, teoría, desarrollo.
Introducción
En el presente artículo (1) proponemos un primer registro exploratorio y acotado de ciertos problemas
metodológicos que atañen a las teorías del cambio social. Nuestra atención se concentra en una articulación
específica: el vínculo entre el cambio social y la categoría de totalidad (2). El avance en el desarrollo de dicho
aspecto resulta fundamental para las pretensiones de validez de la investigación social centrada en la
categoría de cambio social (3), relativamente desvalorizada en las ciencias sociales desde mediados de la
década del 80 del siglo pasado.
Mientras que el accionar de la crítica científica, en los términos clásicos de Kuhn, suele precipitar la
revolución paradigmática, logrando imponer una propuesta teórica superadora de la anterior (Kuhn 2005),
suele igualmente suceder que muchos de los problemas planteados en el pasado fueron suspendidos pero
no superados teóricamente, o al menos no fueron agotados en los términos de sus propias pretensiones de
verdad. En este caso, no es la falta de respuestas desde el paradigma vigente la que provoca la crisis, como
señala Kuhn, sino que se impone una sustitución por “accidente”, por lo general a partir de la instauración
de nuevos proyectos políticos, que interrumpen y/o destruyen los procesos científico-técnicos existentes,
vigentes y exitosos, eventualmente por considerarlos una amenaza para el nuevo proyecto. Se trata de una
lógica que trasciende y se impone a la lógica institucional de las ciencias en sentido estricto. Entendemos
que el programa de estudios del cambio social se inscribe plenamente en dicha realidad. Si bien registramos
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producciones desde la década del noventa en adelante (Mc Michael 2004, Roberts y Hite 2000, Francisco
1997, Appelbaum y Chambliss 1997, Sztompka 1995, Morrow 1995, Smelser y Haferkamp 1992, Y So 1990,
Harrison 1988, etc.) los trabajos más relevantes se desarrollan en su mayoría en el período 1950-1970, con
algunas contribuciones aisladas en la primera mitad de la década de los 80 (Giddens 1984, Boudon 1985,
etc.).
El período que transcurre entre 1945 y 1968 corresponde no sólo a la edad de oro del crecimiento
económico del capitalismo, sino también de las fuerzas de liberación nacional y de las fuerzas antisistémicas,
que en sus diferentes variantes alcanzaban el poder estatal a lo largo y ancho del mundo (Wallerstein 1994).
A partir de allí, como se reconoce en la historiografía social y política mundial, a principio de los años setenta
–más concretamente de 1968– se inicia un proceso de cambio a nivel mundial que sienta las bases para el
desarrollo del proyecto social, económico y cultural del neoliberalismo, y que siguiendo la reflexión previa,
podríamos concebir como “accidente” para buena parte de las investigaciones sociales (y los investigadores)
centradas en la pregunta por el cambio social. Ese es el motivo principal por el cual el lector encontrará en el
presente artículo bibliografía en su gran mayoría de dicha época.
El comienzo del fin de la hegemonía discursiva de la posmodernidad o en términos de Grunner (2002), de las
pequeñas historias, abre nuevamente las ciencias sociales a las teorías de la modernidad y con ellas a las
teorías del cambio social. Ahora bien, ellas podrán aspirar a recobrar valor y pertinencia sólo en la medida
en que logren asumir sus fracasos más resonantes, integrando las contribuciones de la crítica, entre ellas los
aciertos de la crítica posmoderna.
La restauración del valor analítico y práctico de la investigación sociológica sobre la modernidad, el cambio
social y el desarrollo implica una esmerada revisión de muchas de sus premisas fundamentales. Para ello, no
alcanzaría con el reconocimiento de la elusividad que plantea el concepto (London 1996) o su carácter
abstracto (Tilly, en Stompka 1995:45). Si bien la categoría de cambio social se inscribe en buena medida al
interior del vínculo entre la teoría social y las distintas perspectivas evolucionistas (entre ellas el
materialismo histórico), no acordamos con Nisbet cuando afirma de modo taxativo que la noción de cambio
social designa un proyecto que se propone la búsqueda de regularidades del cambio y la determinación de
leyes de evolución del sistema social (Nisbet, en Boudon 1985:322). Veremos que la noción de cambio social
no tiene por qué reducirse a las premisas sociológicas ortodoxas de la búsqueda de regularidades y el
establecimiento de “leyes”. Adherimos a la visión de Boudon cuando afirma que la filiación de las teorías del
cambio social con la filosofía de la historia y la sociología histórica es tan sólo eventual y probable (Boudon
1985). Una posición similar sostiene Giddens (1984) al expresar que no es necesario suscribir a dicha
fórmula para abordar la cuestión del cambio social, y luego Tilly cuando señala que no hay un único proceso
maestro de cambio social sino procesos fragmentarios a distintos niveles de complejidad, a veces paralelos,
otros contrapuestos o solapados (Tilly, en Stompka 1995:46).
Por otra parte, todo intento de actualización de las teorías del cambio social debe tener presente los límites
epistemológicos que actualmente exigen legitimar la coexistencia de diferentes discursos teóricos. Sin
necesidad de adoptar la actitud relativista de Boudon, es recomendable acordar con éste respecto a la
necesidad de ejercer la crítica y preguntarse sobre las condiciones de posibilidad del programa de estudios
resumido en el concepto de cambio social (Boudon 1985:323), inscripto en gran medida en la tradición del
funcionalismo-estructuralista, así en el marxismo. En resumidas cuentas, se trata de intentar recuperar las
perspectivas generales del cambio social desde una perspectiva abierta y reflexiva, atenta a los avances
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epistemológicos del “postmodernismo”. Si bien no es una empresa sencilla, consideramos que las visiones
totalizantes, complejas y multidimensionales de lo social, propias de la teoría social moderna, pueden ser
actualizadas y “domesticadas” –diría Althusser– con éxito.
El cambio social: Aspectos generales
En principio no existen acuerdos generales sobre los aspectos de conocimiento y de método que implica la
aproximación al estudio del cambio social. Tampoco se evidencian registros comunes sobre las dificultades
principales que dicha empresa acarrea, pese a las voluminosas críticas vertidas sobre el tema a partir de
mediados de la década de 1980 del siglo pasado. Como luego veremos, algunos de los problemas surgen en
relación con el alcance de la teoría. Entre otras cuestiones, como ya señalaban Pettigrew y Back a mediados
de los años 1960, “es difícil a menudo determinar si algún cambio particular constituye una encrucijada en la
cual la modificación con ese sentido se mantendrá como un ciclo de larga duración, una fluctuación breve,
parte de una tendencia evolutiva, o alguna otra manifestación del cambio radical” (Pettigrew y Back
1967:68). Otra de las dificultades atañe a la propia de definición del cambio social, con la especificidad que
le añade la generalización de los diversos usos heurísticos que se hace de la categoría, enlazados
frecuentemente con disputas estrictamente ideológicas (ver en Puigbo 1966:1413). Los estudios del cambio
social también experimentan problemas para discernir lo que cambia y lo que no, la determinación de los
factores intervinientes en el proceso, la identificación del conjunto de los actores sociales involucrados en el
proceso de cambio, y un
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