Comunicacion Interna

“El lugar de las industrias culturales en las políticas públicas.”

Ana Cupen Arce

El texto leído se trata sobre dónde se encuentra situada las industrias culturales en las políticas del Estado, durante un proceso de casi extraño hasta una inclusión en las actividades de la comunidad. A continuación, en las líneas posteriores, se tratará sobre dichos ámbitos.

La lectura señala que la promulgación, incluido el proceso de creación, de bienes y servicios culturales ocupa un segundo plano en los programas públicos. Además, la protección a estas actividades no está muy establecida ni regulada dentro de los parámetros políticos del Estado peruano.

“La sociedad política y las élites económicas peruanas se concentraron en la educación como el escenario de construcción de la comunidad…” lo que he leído explica que, durante el siglo XX, no hubo intervención del Estado en maneras de apoyar y fomentar el cine o las diversidades culturales que existen. Inclusive en el concepto que tienen de “patrimonio cultural” no hay espacio para considerar las nuevas manifestaciones populares, entre ellos la música chicha, ni para analizar los nuevos y actuales productos de la cultura.

Otra de las relaciones que obvia el Estado, como dice la lectura, es que la cultura se encuentre fuera de la economía y de los medios de comunicación. Esto ha producido que las políticas culturales sean extrañas a los procesos de producción, distribución y consumo modernos que existen en la vida cotidiana de los ciudadanos actualmente. La posición de George Yúdice sobre la noción de cultura se basa en que esta, al ser usado como recurso, es capaz de mejorar diversos ámbitos de la sociedad y puede llegar a solucionar variedades de problemas para la comunidad. Por ello, menciona el texto, que la alta cultura, la cultura masiva y la popular han ayudado a incrementar el desarrollo urbano, el PBI y el turismo, como también la promoción de las industrias, respectivamente.

Otro ámbito mencionado es que no basta con integrar la cultura o presentar las nuevas tecnologías al mercado, sino se trata de descentralizar el ingreso de capital y, con ello, evitar su acumulación. Por otra parte, se plantea una pregunta sobre qué políticas culturales habrían de formularse, con la finalidad de adecuarse al contexto de “sociedad global” o “sociedad de la información”, para los cuales se proponen dos acciones: volver interdisciplinaria la definición de cultura y convertir a las políticas culturales en instrumentos de integración. La primera trata de adherir al gusto y al pensamiento de cada individuo o colectividad las diferencias de cada cultura en la comunidad, como coexisten y, a veces, se enfrentan las sociedades globalizadas. Así mismo, la segunda trata de la intervención del Estado en el desarrollo cultural no puede dejar de estar articulada a las dinámicas económicas y comunicativas; es decir, establece la garantía que todo individuo o grupo social pueda expresarse con igualdad antes otros, sin que nadie lo prohíba.

Un aspecto de las políticas culturales tuvo como finalidad la fabricación de mercancías por medio de los individuos; en la cual, durante el proceso de industrialización y auge del positivismo, el Estado obtuvo el rol de promotor

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