Conformacion Del Estado Nacional
vemagieri2 de Agosto de 2013
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La Conformación del Estado Nacional en la Argentina.
En nuestro país el proceso histórico de la conformación del Estado Nacional y de los Sistemas de Educación Nacional, se realizó al hilo de procesos que pretendieron imitar lo acontecido en los territorios europeos. El proceso de formación del Estado Nacional sólo se conseguiría a través de una suerte de equilibrio entre la coerción, la búsqueda del monopolio de la violencia, el control territorial, y la construcción de consensos y alianzas políticas estables. La construcción del Estado Nacional se inicia con el proceso de la Independencia en 1810 y luego 1816, se profundiza a partir de la sanción de la Constitución Nacional el 1° de mayo de 1853 y la reunificación del país con la incorporación de Buenos Aires -en 1862- al resto de las provincias. Señalemos que el triunfo de Pavón (1861) marca el fin de una prolongada lucha, entre los porteños y los provincianos, de medio siglo de duración. Produjo el derrumbe de la Confederación Argentina, arrasando las autonomías provinciales (excepto Entre Ríos). En el período comprendido entre 1862 y 1880 se intentará ordenar y modernizar el país. Así, los liberales porteños que asumieron el poder del país, representaban a grandes hacendados y comerciantes de Bs. As. Se propusieron transformar el país, sacarlo de la “barbarie” para lanzarlo por la senda de la “civilización” y del “progreso”, siguiendo el ejemplo de Europa y de los Estados Unidos. Cabe señalar que, recién desde la década del 80 podemos hablar de un verdadero Estado Nacional Argentino. La estructura institucional (Constitución Nacional, Códigos Civil, Comercial, etc.) fue completada con la “federalización” de Buenos Aires, la organización de los territorios nacionales y de la Municipalidad de la Capital Federal y la sanción de leyes liberales: la N° 1420de Educación Común, la del Registro Civil y la del Matrimonio Civil. En 1881 fueron suprimidas las “Guardias Nacionales”, quedando un único Ejército Nacional. En el mismo año, la ley 1130 puso fin a la anarquía monetaria, disponiendo la unificación de la moneda. Así, quedó conformado un Estado Moderno, con estructura jurídica y con medios propios para ejercer su soberanía en todo el territorio (Rofman y Romero, 1990).2 El proceso de formación del Estado se manifestó a través de diferentes aspectos, que con fines analíticos Oszlack, Oscar (1997) presenta en cuatro modalidades: represiva, cooptativa, material, e ideológica. Las medidas intervencionistas que desarrollo el Estado oligárquico liberal(Rofman y Romero, 1990:97): se otorgó garantías a los ferrocarriles extranjeros con cesión gratuita de tierras; mantuvo una política monetaria y crediticia acorde a las necesidades de los grandes productores agropecuarios, canalizando así el crédito externo; información básica: relevamientos estadísticos, confección de planos topográficos, etc.; construcción de puertos, obras públicas urbanas, de salubridad, instrucción pública, servicios, etc. Desarrolló fuertes inversiones en infraestructura como instalación de puertos y redes ferroviarias nacionales y provinciales necesarias para la expansión del modelo agroexportador. Instrumentos desplegados para sortear las dificultades adversas al crecimiento económico del país marcan la forma de penetración material del Estado Nacional sobre el interior (Oszlack, 1997:97-109). Otra de las modalidades de penetración del Estado fue la represiva: consistió en la organización de una fuerza militar unificada para todo el territorio nacional, con el fin de prevenir y suprimir toda resistencia del orden impuesto por el Estado Nacional. Se llevó adelante la institucionalización de un Ejército Nacional, quién ejerció la aplicación de la violencia física o amenaza de coerción (Oszlack, 1997:97-109). Así, el Estado desplegó la política de incorporación de tierras fértiles, con expulsión de los indios; fue uno de los principales factores de progreso, asegurando su entrega en grandes extensiones al sector terrateniente y, a su vez, la protección armada de las propiedades particulares (Rofman y Romero,1990:97).
Desde 1880 la burguesía terrateniente estuvo en el poder. La “generación del 80” imbuida de la ideología positivista-liberal vigente en Europa, hizo del progreso su filosofía con el convencimiento que el crecimiento material sostenido convertiría a la Argentina en una nación poderosa. Durante veinte años sentaron las bases y crearon las condiciones que hicieron posible el cambio, aplicando los postulados del liberalismo económico. La clase gobernante dedicó todos sus esfuerzos a impulsar el desarrollo agropecuario, aprovechando las ventajas de la época y la coincidencia de intereses con los latifundistas. El modelo agroexportador es una consecuencia directa del desarrollo industrial que los países centrales experimentaron desde mediados del siglo XIX cuando (y fundamentalmente por el hecho de que) las economías centrales sobrepasaron rápidamente las fronteras nacionales, hecho que supuso la necesidad de organizar la economía mundial. Para Rofman y Romero (1990:97) "… esta organización se basó en la especialización funcional de las distintas áreas y en la división internacional del trabajo en función de las necesidades de los paísescentrales". En el contexto de una economía abierta al mundo, nuestro país se Conformada por un grupo de intelectuales, de hombres que poseían “espíritus cultivados que con frecuencia alternaban la política con la actividad de la inteligencia”; contribuyeron a moldear las ideas y los intereses de su clase, de la burguesía terrateniente. Adhirieron al positivismo de Spencer, por su valoración de eficacia y el pragmatismo, del orden y el progreso social. Algunas de las figuras más representativas fueron: Julio A. Roca, Carlos Pellegrini, Miguel Juárez Celman, Eduardo Wide, Dardo Rocha, Lucio V. Mansilla, Torcuato de Alvear, Estanislao Zeballos, Benjamín Victoria, Eduardo Racedo, entre otros (Romero, 2009).4Rofman y Romero (1997) señalan que las metrópolis atravesaban por aquel momento diferentes dificultades: El capital acumulado no encontraba áreas rendidoras de inversión dentro de los países metropolitanos; un alto excedente demográfico, y un insostenible proceso de urbanización, fruto de la emigración de las áreas rurales a las industrializadas, constituyendo un ambiente propicio para graves conflictos sociales; necesidad de alimentos baratos, para abastecer a la creciente mano de obra para mantener bajos salarios, obteniendo una mayor ganancia; necesidad de materias primas para sostener el crecimiento industrial; necesidad de nuevos territorios donde colocar sus manufacturas. La resolución de estas dificultades y la satisfacción de estas necesidades implicó que las áreas periféricas se transformaran en productores de materias primas y mercados cautivos de los países centrales, los cuales canalizaron hacia estas regiones sus excedentes demográficos y los capitales necesarios para poner en marcha la extracción de materias prima. Con la circulación de materias primas desde la periferia al centro y la circulación incorporó al sistema mundial mediante la exportación de materias primas y la importación de manufacturas, tecnología y capitales. Los núcleos dinámicos de este modelo estuvieron determinados por la producción de materias primas de carácter alimenticio y textil. La acción y la intervención estatal, incongruente con los principios del libre mercado a los cuales adherían los hombres del gobierno y la oligarquía, principal beneficiaria del modelo, fue de vital importancia para el funcionamiento de la dinámica agroexportadora. El Estado se endeudó por empréstitos contraídos en el exterior – principalmente Gran Bretaña-, a medida que la burguesía terrateniente se enriqueció fabulosamente; el fundamento del poder político, fue su poderío económico que, a su vez, se basó en la propiedad de la tierra. El fomento de la inmigración europea con el objetivo de “poblar el desierto” fue otra de las acciones desarrolladas por el Estado. Se promovió a través de propagandas, pasajes subsidiados y la oferta de posibilidades de trabajo. La presencia de los inmigrantes y el progreso económico remodelaron la sociedad argentina que se transformó en una sociedad aluvial constituida por segmentación (Romero, 2000:27). La mayoría de los inmigrantes iban a las grandes ciudades, Buenos Aires se llenó de trabajadores extranjeros – también de trabajadores en sentido inverso de productos manufacturados y bienes de capital quedaron definidos los lineamientos del intercambio internacional. Surgida en la época de Rosas, se amplió y fortaleció con Roca y sus sucesores, cuando se transfirieron las tierras públicas de la pampa húmeda – regaladas o a un precio íntimo- a la propiedad privada. En 1840, Rosas distribuyó 3.426 leguas (8.565.000 ha.) entre sólo 293titulares. En 1885 el Estado transfirió 4.750.471 ha entre 541 personas “… por leyes especiales del Congreso se otorgan en tierras las recompensas a los expedicionarios según su jerarquía; como es de imaginar, Roca es el más beneficiado; en toda la historia de la entrega de tierra, los militares, en distintos momentos, han recibido 20.000.000 de ha. sobre un total de 32.000.000donadas” (Jitrik, 1982:40).No fueron muchos los propietarios que trabajaron la tierra, prefirieron arrendarlas. Los contratos de arrendamiento eran leoninos y de corto plazo (duraban de 3 a 5años). El Banco Hipotecario Nacional (fundado en 1886) otorgaba créditos hipotecarios a los propietarios. Con dichos créditos, compraban más tierras, para arrendarlas, aumentando sus latifundios y sus bienes sin mayor esfuerzo. Sus enormes ganancias tuvieron el siguiente destino: modernización del campo,
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