Crisis Del Estado Nacion
baruchhola3 de Febrero de 2014
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ORIGEN Y EVOLUCION DEL ESTADO HASTA NUESTROS DIAS
Las primeras ideas sobre el Estado moderno se dieron sobre los siglos XV-XVI en los que surge una nueva concepción del Estado que anteriormente no se daba. La nueva concepción se vino a contraponer al Régimen Feudal, que se caracterizaba por estar fragmentado: las unidades políticas son el dominio del señor feudal. En vez de que el Estado se fundamente en el poder personal del Principe/señor feudal se pasará a un Estado Absoluto caracterizado por una división política básica, la uniformización de las normas, emergencia de una nueva clase social, no conciencia de la función social del Estado, tan sólo se entiende que el Estado debe asegurar la seguridad física de sus súbditos ya que de todo lo demás se ocupa la Iglesia.
Regimen feudal: “la sociedad seria de alguna manera la propiedad perosonal o incluso una red de dependencia personal o una red de relaciones de dependencia de poderes locales”, el Estado de “derecho” destruye los paticularismos politicos y los sustituye por reglas generales de derecho que definen el estatus de las personas y de los bienes y los mecanismos de regularizacion de los conflictos que surgen entre individuos y colectividades” (La Crisis del Estado Nacional, Alain Touraine)
Pasa el tiempo y, el modelo se pone en crisis, la guerras son múltiples y la situación empeora. La Paz de Westfalia en 1648, significará la consolidación de la fronteras estatales. A partir del siglo XVII el modelo absolutista definitivamente entrará en crisis tanto por factores internos cómo por factores externos. Las aportaciones ideológicas serán determinantes, en concreto las ideas de Locke, Montesquieu i Rousseau. Todo desembocará en la Revolución Francesa (1789) y el auge de la Ilustración como movimiento ideológico general. La revolución será basicamente la revolución de la Burguesia francesa para llegar a ocupar los puestos de poder que en el Estado Absolutista ocupaban los nobles (factores internos). Se intenta, además, desarrollar una alternativa al Estado asbsoluto en el que se controlará al rey y se desarrollará la función política. Además de la revolución francesa, se producirán las revoluciones norteamericana (independencia de la metropolis, Inglaterra) e inglesa, aunque ésta última es básicamente una revolución industrial y técnica.
Durante los siglos XVII y XVIII en esos países la burgesia liberal consolida su poderío económico y su hegemonía social y política, sustituyendo la Monarquia Absoluta por el Estado Liberal. Este se constituye como Estado representativo y oligárquico (aunque sólo se pudiera acceder al derecho de participación política mediante un patrimonio importante o por tener títulos académicos) limitado por la razón, los derechos fundamentales, la separación de poderes y el LAISSEZ FAIRE, LAISSEZ PASSER. Durante el siglo XIX se produce un acelerado proceso de modernización en los países centrales del continente europeo, intensificado por los descubrimientos científicos y tecnológicos, el maquinismo, el Imperialismo, la especulación financiera, el comercio internacional y la industrialización y sobreexplotación de los obreros.
“Este Estado de derecho no es todavía Estado nacional. Sólo ( lo llegará a ser) cuando el sistema político representativo se identifica con el Estado. Lo que supone la formación de una voluntad colectiva o incluso un contrato social o al menos mecanismos estables de representación política (s XIX). Esta identificación ha conducido a veces al triumfo de la democracia representativa y otras por el contrario, a la formación de un poder absoluto, apoyado en su naturaleza popular. Se trata de reemplazar la tradición por la modernidad. Así han nacido Estados nacionales que han combinado su naturaleza representativa y su papel de decisión política identificándose con una universal, con la razón o la nación. Ello ha provocado la vocación universalista que ha conducido no solamente a dar a los Estados una vocación hegemónica sinó a subordinar las fuerzas minoritarias o los individuos al poder de la ley, reforzada y garantizada por las armas. Este Estado racional, nacido de una revolución e inspirado por el despotismo ilustrado, se ha identificado con el gran movimiento de racionalización que define la sociedad moderna”
A pesar de el progreso tan acelerado, desde mediados del siglo XIX la sociedad capitalista y el Estado liberal encuentran un límite, que se manifiesta en una doble crisis: 1. Sobreproducción y recesiones agudas; 2. Crisis de legitimidad política, contradicción de los mecanismos oligárquicos de representación con los principios de libertad e igualdad y la inadecuación de políticas económicas para resolver los problemas de las clases populares. Durante la segunda mitad del s. XIX el conflicto entre le clase política y la clase obrera se intensifica, y es que cada una concibe las cosas de diferente manera. El conflicto en ocasiones revolucionario, entre el Estado liberal y las fuerzas que lo apoyaban, y los nuevos movimientos democráticos y socialistas se radicalizan, ya que estos últimos propugnaban una transformación del orden social y político. El Estado liberal entra en crisis. Se producen multitud de reformas de las que surge el Estado Democrático basado en el sufragio universal y en la participación popular.
Pero ya no será el único modelo de Estado existente, en el primer tercio del siglo XX debido a procesos revolucionarios o contrarrevolucionarios emergen dos nuevas formas políticas: el Estado Comunista (Socialista) y el Estado fascista. Además de la crisis del Estado Liberal, los principios de libertad del s XIX producen la aparición de movimientos nacionalistas.
Por otro lado, las relaciones internacionales antes de la Segunda Guerra Mundial, se basan en la colaboración entre Estados mediante alianzas y fomentan la tensión militar los conflictos locales para evitar el desequilibrio del poder.
Una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial, la lucha por la autodeterminación de los pueblos y los enfrentamientos entre los grandes Imperios y (por consiguientes) Estados Europeos, en sus fronteras nacionales y coloniales, son constantes.
La transformación democrática del Estado Liberal, permite el acceso a nuevos grupos al poder político, que unido al miedo al comunismo y la búsqueda de soluciones al Crack del 29, dará lugar a una transformación radical de las políticas estatales y del papel del Estado en la sociedad. Keynes, el laborismo ingles, la socialdemocracia sueca y el New Deal de Roosevelt transforman el Estado Liberal en lo que se ha dado a llamar, Estado Democrático-Social o el Welfare State. El nuevo Estado interviene en la economía y la sociedad para estimular el desarrollo y proporcionar unas condiciones de vida mínimas. Desde entonces, hasta la decada de los 70, se produce un intenso desarrollo del mundo occidental que permite el “aburguesamiento” del proletariado. Durante estos años se produce la desaparición del fascismo después de su derrota en la Segunda Guerra Mundial (aunque queda el franquismo y la dictadura portuguesa), y la división del mundo por la Guerra Fría, conflicto callado entre los dos grandes bloques: comunista y capitalista. Éstos competirán para imponer su hegemonía mediante una carrera de armamentos y el enfrentamiento a través de guerras locales en países del Tercer Mundo recién descolonizados. En la década de los setenta, todo el sistema entra en crisis, las políticas keynesianas comienzan a ser inoperantes, se encarecen los precios de la energía (1973: crisis del petroleo) inflación, paro y crisis fiscal del Estado. A la vez surgen las primeras adversiones a los Estados benefactores como Estados Unidos de América, en contra de sus acciones militares: la Guerra de Vietnam. A la vez caen los autoritarismos que habían surgido después de la Segunda Guerra Mundial, casos de España (1939/1975), Portugal y Grecia.
A esa etapa de crítica y desconcierto le siguen una etapa conservadora y neoliberal que comienza con los gobiernos de M. Thatcher y R.Reagan. Pero no fué la única vía a seguir, VALLÉS entiende que ha habido tres vías distintas de afrontar la crisis del Estado Democrático Social de Derecho:
Las nuevas versiones del pensamiento marxista entienden que si no se produce una real igualdad económica y social entre los individuos la democracia es sólo un fachada. Se debe llevar a cabo una “transformación radical -revolucionaria-” dels sistema económico capitalista. Solo así se podrá conseguir una democracia real. Y además,”en ella todos los miembros de la comunidad dispondrán, efectivamente, de las mismas condiciones de vida, se responsabilizarán conjuntamente de los asuntos colectivos y -a medio o largo plazo- incluso podrán prescindir del Estado como aparato de coacción”.
Otra corriente, entiende que lo que ha llevado al Estado Liberal-democrático a la crisis es haber dejado confiar los asuntos públicos a todos los ciudadanos (!). Para éstos se deben restringir los ámbitos de intervención del Estado al mínimo -“Menos Estado equivale a mejor Estado”-. Ésta corriente es la que siguieron M. Thatcher y R.Reagan. Actualmente, el Presidente de los Estados Unidos, George W. Bush sigue ésta corriente.
Otra perspectiva es la de los realistas críticos, que reconocen que hay una desigualdad clara entre los ciudadanos para intervenir en la política. Hay grupos de influencia mayores que otros. Pero si la democrácia se caracteriza por facilitar la intervención en las decisiones a todos los grupos sociales, lo que se debe hacer es reforzar el componente dialogante de la democracia. Ampliando debates para evitar la simplificación tecnocrática. Los tecnócratas
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