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Cultura Moderna


Enviado por   •  12 de Febrero de 2014  •  2.087 Palabras (9 Páginas)  •  1.375 Visitas

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LA CULTURA MODERNA

La cultura moderna es la cultura europea desde fines del Renacimiento hasta nuestros días. Si debemos caracterizarla con una palabra, una buena manera de hacerlo es diciendo que se trata de una cultura nominalista.

La modernidad hizo que el ser humano se creyera autónomo e independiente rompiendo los mitos para entender los misterios de la naturaleza. Se confiaba en que la ciencia solucionaba todos los problemas del hombre y acabaría con la ignorancia y servidumbre de los pueblos.

El hombre moderno tiene fe en conceptos como la libertad, la ciencia, el progreso y la historia, porque en definitiva, tiene fe en el propio ser humano.

La revolución Francesa reclama la libertad para los individuos, el marxismo reclama la libertad para los obreros y por último el feminismo reclama para la mujer.

El espíritu que caracteriza al siglo XVIII es el de la libertad. Es el deseo de libertad el que empuja al hombre moderno a su madurez, abandonando los tutores de la humanidad para pensar por sí sola, sin más ayuda que la propia razón.

Lutero y los reformadores harán que la fe religiosa se vuelva más reflexiva. El creyente es libre ahora para leer la Escritura revelada y mantener su propia interpretación del texto frente a la antigua autoridad de la tradición y del magisterio eclesial. Los conceptos morales durante la Edad Moderna se fundamentarán también sobre la libertad subjetiva de los individuos. Cada persona tendrá derecho a considerar libremente su modo de actuar, sin intervenir injustamente en el de los demás. La ética basada en el mandamiento divino y contenida en la Biblia perderá credibilidad para cedérsela a la voluntad de ese ser que se considera, a si mismo, como medida de todo.

Fe En La Ciencia

Durante los siglos XVI y XVII los estudios sobre física y astronomía, en Europa provocaron la llamada Revolución científica.

La teología será destronada de su pedestal medieval, dejará de ser la reina de las ciencias y la única autoridad competente. En adelante el estudio científico será una buena forma de adquirir conocimiento verdadero. El ser humano a dejado de ser un simple espectador para transformarse en un activo operador. Los misterios naturales pueden ser desvelados por el hombre con paciencia y método. Esto no significa que en el nacimiento de la Revolución científica, exista una rivalidad entre fe cristiana y razón. Mas bien todo lo contrario están glorificando la sabiduría del Dios creador. El estudio de la naturaleza era complementario al estudio de la Biblia. De modo que la fe cristiana influye decisivamente en el nacimiento de la Revolución científica. La investigación del mundo natural no surge como simple curiosidad humana sino como una auténtica obligación religiosa. Si Dios había creado la naturaleza y al ser humano formando parte de ella, era del todo lógico que el estudio de la misma, por parte del hombre, fuese de su divino agrado.

El método de la nueva ciencia se basaría en la inducción y el experimento. Cada uno de ellos propuesto y defendido por dos grandes pensadores: Bacon y Galileo.

Francis Bacon era una persona profundamente religiosa. Estaba convensido de que la ciencia debía devolver al ser humano al paraiso perdido. Si por culpa del pecado original la primera pareja fue expulsada del Edén, perdiendo con ello el control de la naturaleza, gracias al humilde trabajo científico el hombre podría de nuevo recuperar ese dominio. Esa concepción teológica de la labor científica influiría decisivamente en muchos otros investigadores de su época.

Galileo al afirmar que la tierra girava alrededor del sol, enfrento la teoria geocéntrica de Aristóteles que era la que defendia la iglesia catolica razón por la cual fue juzgado por la inquisición y se le obliga a abjurar de su creencia por ser ésta contraria a lo que se suponía que decía la Biblia.

La revolución científica nos plantea una cuestión casi inevitable. ¿Por qué había tantos creyentes? ¿Tuvo algo que ver la reforma protestante?

No hay que caer en el error de pensar que la ciencia europea progreso exclusivamente gracias a la reforma. Hubo seguramente muchos otros factores sociales, políticos y económicos que también influyeron.

Las enseñanzas bíblicas, que los reformadores esparcieron por el norte y centro de Europa, fomentaron la responsabilidad individual frente al trabajo, el deber de utilizar las facultades personales y la convicción de que el estudio de la naturaleza glorificaba al creador. Tres fundamentos positivos para sustentar cualquier empresa revolucionaria.

El creciente prestigio que fue adquiriendo la ciencia, durante los siglos XVIII, XIX y principios del XX, originó un descredito de las cuestiones metafísicas. Si solo lo comparable era verdadero ¿Qué podía pensarse acerca de Dios?

El cientifismo positivista venía a decir que “solo lo científico es lo racional, pues solo la ciencia produce verdad; toda realidad es a fin de cuentas, realidad física”. Pero ¿es esto cierto?, ¿es verdad que solo hay realidad física? Prestigiosos científicos de nuestros días responden a esta pregunta con un rotundo “no”.

De lo que si podemos estar seguros es de que ciertas realidades, precisamente las que dan sentido a la vida humana, no pueden ser explicadas por el método científico. Los argumentos científicos siguen sustentándose, muchas veces, sobre los pilares de la creencia individual. Hoy como ayer detrás de las razones se encuentran las convicciones.

FE EN ELPROGRESO

Los adelantos científicos despertaron durante la modernidad la fe en el progreso. Se tenía la seguridad de que la humanidad estaba casi predestinada al progreso, de que era inevitable que así sucediera. La idea del progreso se convirtió en un artículo de fe para la humanidad.

Era evidente que el conocimiento sobre el mundo natural proporcionaba al hombre más poder y este poder constituyo un abono que hizo prosperar esta fe ciega en el progreso indefinido de la humanidad.

FE EN LA HISTORIA

En el modernismo el pasado sigue siendo importante pero es superado por el presente y, sobretodo, por el futuro. En ningún otro momento de la historia el ser humano ha atenido tantas ansias de autorrealización como en la modernidad. Se concibe que lo que cada persona puede llegar a ser no viene condicionado por su pasado, ni por su origen genético, étnico o social; sino por la voluntad, el esfuerzo y la autosuperación personal.

Por eso espera más del futuro que del pasado. Es la confianza en que el progreso científico y filosófico de la humanidad

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