ENSAYO SOBRE “LA EXISTENCIA DE DIOS”

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ENSAYO SOBRE

“LA EXISTENCIA DE DIOS”

Comenzamos con el ensayo filosófico sobre el análisis que vamos a tratar, la existencia de Dios, de las cuales tenemos dos términos que sobresalen, que son existencia y Dios.

Existencia podemos definirla como “todo aquello que se encuentra en el mundo”, nos deja claro a lo que se refiere en relación a Dios, definirlo como “el ser supremo, omnipotente y omnipresente que, según las escrituras, fue el creador del universo”.

Sin embargo, a nuestro entender existe Dios como un símbolo no como una realidad concreta, y este símbolo se exterioriza en la sociedad en forma de religiones. Las religiones tratan de llevarnos hacia él, a través de comportamientos, ritos, pensamientos y/o formas de convivir con el resto. Lo que trata la religión, a mi modo de entenderla, es de acercarnos a Dios a través de nuestra vida diaria realizando buenos actos (según lo que establezca cada religión) y evitando los malos, por lo tanto podemos ver a Dios como el juez que impartirá justicia cuando llegue nuestra muerte; por eso existe el cielo, el infierno, el paraíso, la reencarnación, donde teóricamente acabaremos una vez que hemos sido juzgados por Dios.

Algo que llegue a cuestionarme es si una vez creada la vida en los hombres, ¿dependen de los seres humanos de la existencia de Dios o es al contrario? Algunos pensaran que es evidente que son los seres humanos quienes dependen de Dios, pero yo pienso que tienen carácter retroactivo, pues si dejáramos de creer en él, tener Fe, desaparecería, no de la misma forma que morimos los seres humanos, pero si de una manera espiritual, pues no tendría sentido la existencia de él cuando nadie cree en su presencia.

Los conocimientos sobre la existencia de Dios podemos compararlos con los primeros estudios acerca de la estructura de los átomos, pues se crearon algunas hipótesis pero no se podían justificar ningunas de ellas por completo, ya que no se disponía del material necesario, al igual pasa con este dilema que tantas veces pasa por nuestras cabezas, todos tenemos hipótesis a favor o en contra  pero ninguno puede mostrarla certeramente ya que no dispone del “material” necesario para probarlas.

Uno de los argumentos a favor tales como, es la existencia de varias religiones, aunque esto suene algo extraño, se puede deducir, que cada uno tenga “su propio Dios” al fin y al cabo es el mismo, pues si nos fijamos detenidamente persiguen los mismos fines.

Otro argumento es la presencia de la institución que promulga la existencia de Dios y la religión, pues si Dios no existiera ¿Qué sentido tendría? A esto podemos sumarle, esas pequeñas experiencias espirituales que han padecido algunas personas, por el ejemplo en los programas donde muestran historias acerca de los espíritus; si tenemos en cuenta que Dios está relacionado con los espíritus, pues al fin y al cabo son almas perdidas, encontramos otro argumento a favor.

“La fe cristiana confía totalmente en la recta razón, mediante la cual se puede llegar al conocimiento de Dios. Para el creyente, la razón es inseparable del a fe y ha de ser respaldada como un don divino que es”

        Lo que me llama poderosamente la atención ante esta cita mencionada en el documento, es básicamente que mediante la razón, uno puede expresar claramente su fe ante Dios y de esa manera tendrá la esperanza de poder tener la luz divina propiamente tal y nosotros como católicos tener un ser superior en el cual poder confiar y creer durante toda nuestras vidas. 

Bajo el concepto del espíritu         humano manifiesta a Dios, el ser humano percibe su singularidad y preeminencia sobre el resto de la naturaleza. Aunque  comparte muchos aspectos de su vida biológica con otras especies animales, se reconoce único en su fenomenología: reflexiona sobre sí mismo, es capaz de progreso cultural y técnico, percibe la moralidad de las propias acciones, trasciende con su conocimiento y su voluntad, pero sobre todo con su libertad, el resto del cosmos material. En definitiva, el ser humano es sujeto de una vida espiritual que trasciende la materia de la cual, sin embargo, depende de los orígenes, la cultura y la religiosidad de los pueblos han explicado esta trascendencia del ser humano afirmando su dependencia de Dios, del cual la vida humana contiene un reflejo en sintonía con este común sentir de la razón, la revelación judeo-cristiana enseña que el ser del hombre se interroga sobre la existencia de Dios. En estas aperturas, percibe signos de su alma espiritual, como lo indica (gn 1, 26-28).

        La persona humana está ella misma en camino hacia Dios. Existen itinerarios que conducen a Dios partiendo  de la propia experiencia existencial, “con su apertura a la verdad y a la belleza, con su sentido de bien moral, con su libertad y a la voz de conciencia, con su aspiración al infinito y a la dicha, el hombre se interroga sobre la existencia de Dios, en estas aperturas percibe signos de su alma espiritual”.

        “Dios pudo, en efecto, ir formando el cuerpo del hombre a partir de alguna especie de primate en evolución, según un proyecto por él diseñado, y cuando alcanzó el grado de desarrollo requerido, dotarlo de alma humana”.

A través de esta frase, podemos sacar la presencia de una conciencia moral que aprueba el bien que hacemos y censura el mal que realizamos o querríamos realizar, lleva a reconocer un Sumo bien al cual estamos llamados y conformarnos, del cual nuestra conciencia es como un mensajero partiendo de la experiencia humana y sin conocer la revelación bíblica, varios pensadores desarrollaron desde la antigüedad una reflexión sobre la dimensión ética del obrar humano, reflexión de la que es capaz todo hombre en cuanto creado a la imagen de Dios.

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