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ESTRATEGIAS DE PROMOCIÓN SOCIAL DE LAS LEMGUAS NATIVAS Y TAREAS DE LA PLANIFICACIÓN LINGÜÍSTICA


Enviado por   •  24 de Agosto de 2017  •  Resúmenes  •  8.664 Palabras (35 Páginas)  •  311 Visitas

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ESTRATEGIAS DE PROMOCIÓN SOCIAL DE LAS LEMGUAS NATIVAS Y TAREAS DE LA PLANIFICACIÓN LINGÜÍSTICA

1 Antecedentes generales

En Bolivia coexisten varias lenguas originarias, entre ellas, las que ocupan los primeros lugares por el número de hablantes y por el espacio territorial ocupado son las lenguas quechua, aymara y Guaraní. Entre estos idiomas originarias de Bolivia, el aymara es el Segundo en importancia, después del quechua. Otras lenguas minoritarias se encuentran distribuidas, en su mayoria, en la region del oriente boliviano entre los departamentos de Santa Cruz, Beni y Pando principalmente.

El aymara, según Martha Hardman (1988:4), es miembro de la familia lingüística jaqi que incluye a otros dos idiomas conocidos que existen al presente: el jaqaru y el kawki, hablados en la provincia de Yauyos, departamento de Lima (Perú) en un área que se encuentra a unas 250 Kms. Al Sur de la Capital. Existen aproximadamente 2.000 hablantes del jaqaru y quedan solo 20 hablantes de kawki, todos ya ancianos (Lucy Briggs, 1993).

Según Alfredo Torero (2002:108), la lengua aymara es hablado actualmente por alrededor de dos millones de personas, forma parte de la familia aru, y ha desempeñado un importante papel socio-histórico en la region andina. Mientras que R. Cerrón-Palomino (2000: 62—69) sobre la base de los datos histórico sostiene que la ’familia aymara”, mas bien, esta constituida por dos lenguas: la tupina o central y la cullavino o sureña, entidades separadas suficientemente en el tiempo y en el espacio, con desarrollos propios cualquier otra lengua o variedad.  

El aymara pertinence al tipo de lengua aglutinante, ya que la mayoria de las funciones gramaticales están definidas por la morfología, es decir, a la raíz o forma base se añade una serie de sufijos ordenados que determinan casi todas las relaciones morfológicas.  Los recursos gramaticales también   son amplios y extensamente   utilizados. La disposicion de las palabras no es rígida, con excepción de algunas frases, aunque existe cierto tipo de order más usual. La regla canónica de la oración es S + O + V (sujeto - objeto -verbo), donde el verbo ocupa siempre la final de la oración.

Martha Hardman (1988:1) señala que los hablantes de la lengua aymara alcanzan, aproximadamente, a tres millones en América Latina.  Sin embargo, los últimos censos realizados en los diferentes países donde se habla el aymara, registran datos desiguales, ya sea por razones de accesibilidad, técnica de encuesta aplicada, o por el desconocimiento de la realidad lingüística.

En lo que respecta a Bolivia, por las características históricas y socioculturales, es el país con el mayor número de hablantes de la lengua aymara. Los datos del ultimo Censo Nacional de Población y Vivienda   del año 2001 registran un total de 8.274.325 habitantes en Bolivia, de los cuales 1.562.286 son hablantes de la lengua aymara. De acuerdo con los estudios de Cerrón Palomino (2000:6970), el Perú es el Segundo país con el mayor número de hablantes, ya que las personas que conocen esta lengua llegan a 421.380. finalmente, en Chile, según Gundemann, citado por Alberto Salas (1997), existen unas 14.924 personas que mantienen el uso de esta lengua. Sin embargo, los datos del Censo de 2002, indicant que 48.501 personas declaran pertenecer a la cultura aymara, lo que representa el 7.02% de los ocho grupos étnicos que existen en Chile.

Sumadas las cifras de estos tres países de América Latina, es decir, hablantes de aymara en Bolivia, Perú y Chile, el total de hablantes de esta lengua alcanza aproximadamente a 1998.590 personas. Esta cifra presenta diferencias con los datos proporcionados por Hardman, lo que significaría que desde la década de los setenta al presente se produjo una notable desminución de hablantes de la lengua aymara en los tres países de la region andina.

Lucy Briggs (1993:21) señala que también existen grupos de aymara – hablantes en los establecimientos de la puna de Atacama (Chile) y Jujuy (Argentina). Además, es necesario señalar la presencia de hablantes de aymara en las grandes ciudades de Perú y de Argentina, con lo que las cifras mencionadas subirían favorablemente.

Los datos del Censo Nacional de Población y Vivienda (2001), muestran que el aymara es hablado en todos los departamentos del país. El mayor número de hablantes de esta lengua se encuentra en los departamentos de La Paz, Oruro y Cochabamba. Los departamentos que poseen menos de 500 y más de 2.000 hablantes son Santa Cruz, y Chuquisaca. Los que poseen menos de 500 y más de 100 personas son los departamentos de Beni, Tarija y Pando.

En el departamentos de La Paz, los hablantes de esta lengua se encuentran, principalmente, en el altiplano central, los valles y los yungas; en Oruro, alcanzan hasta la provincial de Salinas de Garci de Mendoza, ubicada en la region Norte del salar de Uyuni y Coipasa. En Potosí, se encuentra en toda la provincia Daniel Campos, la región del Norte de Potosí, y algunas regiones del altiplano central. También se encuentran aymara hablantes en los enclaves de la zona Oeste del departamentos de Cochabamba y en las zonas residuales ubicadas en el departamentos de Chuquisaca, provincial Oropeza. Asimismo, esta lengua es hablado en los principals ciudades del país, como La Paz, El Alto, Oruro y Santa Cruz, con algunas incursiones en otras ciudades, especialmente, por la actividad commercial y las migraciones constantes producidas en los últimos tiempos.

2. Estrategia de promoción social de las lenguas nativas

La situación de las lenguas nativas, en rigor, no debería ser considerada un problema lingüístico. Si la valoración y la utilidad de la lengua en la sociedad nacional fueran mayores, los hablantes de la lenguas nativas u originarias podrían manifestar más apego a ellas. Pero debemos dar por sentado que durante un tiempo más sus funciones instrumentales quedarán circunscritas a sus dominios actuales. En consecuencia, la suerte de éstas lenguas queda confiada, todavía, a la voluntad de preservación de sus hablantes.

Dad esta situación, la labor de la promoción social de la lengua reviste mucha importancia. Solamente la participación de los usuarios de las lenguas nativas como el quechua, el aymara, el guaraní y otras, y su intervención en las acciones de desarrollo lingüístico van a dar sentido a todos los esfuerzos que se hagan en esta dirección. Además, todos los cambión y propuestas que surjan de la planificación lingüística (nuevos términos, sistemas ortográficos, gramáticas, diccionarios, métodos de enseñanza, etc.) deben ser evaluados, consensuados y finalmente puestos en práctica. Estas acciones deben ser evaluados, consensuados y finalmente puestos en práctica. Estas acciones deben ser encargados dentro las tareas de “planificación lingüística” que permita la toma de decisiones acerca del lenguaje (Garvin, 1973). En nuestro medio, se necesita desarrollar estas actividades fundamentales si queremos resolver los problemas lingüísticos de nuestro pueblo.  

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