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Educacion Aztecas


Enviado por   •  5 de Marzo de 2012  •  1.364 Palabras (6 Páginas)  •  909 Visitas

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Educación entre los Aztecas

La educación de los aztecas al principio se dio en un medio hostil, por lo cual su educación tenía un carácter marcadamente religioso y acentuado con una preparación militar, estas circunstancias determinaron la finalidad de su educación con dos objetivos esenciales: el religioso y el bélico, este último subordinado al religioso.

La educación de los aztecas presenta un marcado carácter tradicionalista; es decir el ideal educativo es mantener, usos y costumbres, religión y gobierno, inalterables. El tradicionalismo pedagógico de los aztecas persistió hasta la llegada de los españoles.

El códice mendocino, nos ofrece por medio de jeroglíficos el proceso educativo por el que pasaba el niño azteca desde el momento de su nacimiento hasta llegar habitúeselos convertirlo en un ser responsable para subvenir sus necesidades. El carácter ceremonioso de los aztecas, se expresaba en los acontecimientos más importantes de la vida familiar y así cuando nacía un niño la tecitl o comadrona, pronunciaba un bello discurso lleno de palabras corteses y expresivas que señalaban inexorablemente la función social del hombre y la mujer.

A los cuatro días de nacido, el niño era bautizado, por medio de una ceremonia domestico- religiosa; la casa se adornaba según el sexo del bautizado y la comadrona volvía a pronunciar el discurso recalcando el destino del recién nacido. Cada acto encaminaba al nuevo ser a realizar el ideal bélico – religioso de la educación; y cuando el niño aún era de cuna, los padres lo consagraban mediante otra ceremonia especial, con la presencia del director del plantel educativo, a su futura escuela donde debía concurrir más tarde. En educación doméstica, incumbía al padre la formación del niño y a la madre la de la niña y era dura y austera; principiaba en el tercer año de vida y en esta etapa los niños recibían consejos para corregir su comportamiento.

A los cuatro años los reprendían a golpes. A los ocho se les amenazaba con pincharles con púas de maguey. A los nueve se les hacía efectiva la amenaza anterior. A los diez los niños eran castigados a palos, a las niñas se les ataban las manos y se les amenazaba de darles golpes. A los once años se les obligaba a aspirar humazos de chile, a los niños que hacían algo indebido; a las niñas sólo se les amenazaba.

A los doce años los castigos consistían para los niños en acostarlos en tierra mojada. Las niñas eran obligadas a barrer las calles por la noche. Desde los cuatro años la madre enseñaba a su hija las primeras tareas fáciles y a los cinco aprendía a deshuesar e hilar el algodón, que perfeccionaban en los años siguientes, aprendían a tejer, moler el chile, el tomate y el maíz, barrer la casa, lavar y en general a practicar todas las labores domésticas. También el niño desde los cuatro años ejecutaba en el hogar trabajos fáciles y a los seis años los niños iban con sus padres a la chinampa, al mercado donde aprendían a vender, acarreaban leña y se les enseñaba a componer y tejer la red. Ya a los catorce años el muchacho aprendía el oficio del padre y sabía pescar con habilidad.

La educación era dura y austera. La sobriedad en la alimentación, el endurecimiento físico, para soportar las inclemencias del clima, así como la fatiga y el dolor, lo cual se lograba con una disciplina rígida. Se les inculcaba amor y obediencia a los padres, reverencia a los ancianos, temor a los dioses y a cumplir con se deber.

Este tipo de educación respondió a una necesidad impuesta por el medio. Su origen y finalidades lo justifican ; el instinto de supervivencia obligó a los aztecas, a formar hábitos de sobriedad en la alimentación, la inclemencia del clima y la pobreza inicial le dio resistencia al dolor y a la fatiga y la obligación tributaria así como su engrandecimiento hizo posible el efectivo aprendizaje de los oficios paternos.

En lo correspondiente a la educación pública a los quince años los jóvenes, según a la clase social a la que pertenecían, ingresaban a dos instituciones sostenidas por el Estado. Si el muchacho era hijo de nobles, era puesto bajo la dirección del sumo sacerdote del Calmecac (hilera

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