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Educacion Obligatoria

aleejandra29 de Noviembre de 2014

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La educación obligatoria y el optimismo acerca del progreso

El texto La educación obligatoria hace mención que es una experiencia universal que caracteriza a las sociedades modernas, como si se tratase de un rasgo antropológico de las mismas. Es un proyecto social y educativo que ha sido reconocido como un derecho universal porque encierra la posibilidad de engrandecer al ser humano a todos y cada uno de ellos, al tiempo que contribuye a la mejora de la sociedad. Se trata de una de las invenciones sociales ilustradas que resumen todo un elenco de aspiraciones relacionadas con la idea de progreso individual y colectivo, material y espiritual. Los peligros que hoy acechan a la educación obligatoria no se refieren tanto a su existencia y cobertura logradas, sino a la pérdida de su sentido emancipador para todos los que concurren a ella. La obligatoriedad significa no conformarse con abrir la escuela a todos, sino obligarse a hacer reales las oportunidades que promete ese derecho: su disfrute en condiciones de igualdad, el respeto a las diferencias no discriminadoras y su capacidad en la distribución de cultura. En esta obra, GIMENO SACRISTAN se preocupa por reavivar en la memoria colectiva el significado actual de este proyecto para no olvidar los retos pendientes que aún tiene por delante y revitalizar las razones que lo sustentan.

La escolaridad obligatoria, es un proyecto optimista que debe ser extensible a todos, en tanto que se apoya en los valores de la racionalidad y de la democracia, que eleva la condición humana. Si es un derecho universal, a nadie se le puede negar.

La creencia en el principio de que todos son educables en alguna medida si el mundo puede mejorar, es porque también pueden hacerlo de algún modo los individuos. Para que esta idea pueda sostenerse necesita de otra eviddencia, también optimista: la de que los límites de las capacidades psicológicas del individuo no vienen dados desde su nacimiento.

Ésta es la nueva base democrática de la educación obligatoria bajo el pensamiento moderno. Si no se cree en que todos puedan "crecer", en el sentido de acrecentar sus habilidades y capacidades, la universalidad de la educación obligatoria pierde su fundamento más digno. Se confía en las posibilidades del sujeto y en que la escuela pueda incidir en su mejora y ensanchamiento con una intervención meditada, reflexiva. La educación escolar no es una influencia espontánea, sino dirigida por la reflexión de los seres humanos que la rigen, que es asumida, encarnada y moldeada por cada profesor. La docencia no es un trabajo cualquiera, pues se suma al proceso de humanización, a la realización de una utopía que lleva a los sujetos y a la sociedad más allá de donde el profesor se los encuentra. En la escuela obligatoria toda deben progresar, todos deben "crecer", sin exclusión alguna. Compartir esa idea es fundamental.

Un camino para la igualdad y para la inclusión social

Que un ser humano reciba la misma educación que cualquier otro (algo que se deriva del hecho de ser un derecho universal), no significa igualarlos entre sí. La educación no es un todopoderoso medio para la supresión de las desigualdades cuyo origen está fuera de las escuelas y que son previas a la escolarización.

Las desigualdades en cuanto a la educación tienen hoy consecuencias, más allá de causar diferencias sobre las oportunidades que vayan a tenerse. Recibir o no educación es condición para la participación en la sociedad, desde el momento en que

para desempeñar el ejercicio de muchas actividades y puestos de trabajo se requiere una preparación previa, así como herramientas y habilidades para adquirirla.

Es incuestionable que el proceso educativo ganará con la desescolarización de la sociedad aun cuando esta

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