Educacion inglesa

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LA EDUCACION INGLESA

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EL DESARROLLO DE LA EDUCACION INGLESA

Se considera a Beda como el padre de la historia inglesa, y al rey Alfredo (871-901), que tradujo al anglosajón los escritores latinos de Beda, como el padre de la educación inglesa. Fundo la primera escuela de segunda enseñanza en Wantage, para educar a los hijos de los nobles y destinarlos al servicio público.

Es difícil saber quiénes hablaban inglés y quienes hablaban francés en la Inglaterra medieval. Las clase directoras se servían del francés todavía a comienzo del siglo XIV, y el clero conversaba en latín (Miss Helen Waddell nos dice que en el siglo XII el latín era la lengua que un estudiante usaba para escribir  a su casa pidiendo un par de botas), pero en 1385 los niños de las “Escuelas de Gramática” hablaban ya y aprendían inglés. La Universidad fue, una concepción medieval: una hermandad internacional de estudiantes y maestros, pobre en bienes, cosmopolita en espíritu y con el latín como lengua común. Estudiantes procedentes de parís residían en Oxford y luego en Cambridge, frecuentaban las tabernas para beber y discutir, y estudiaban Derecho civil, Derecho canónico, Matemáticas, Medicina, Tecnología y Filosofía escolástica. En los siglos XIII y XIV algunos hijos de hacendados rurales y de familias humildes fueran, a la edad de 14 años, a los Colegios Balliol y Merton, en Oxford y pasaran en ellos siete años. Los frailes se mezclaban con el pueblo y sus sermones les valieron popularidad, como ocurrió más tarde con los Viclefitas, los puritanos, los metodistas y los Evangelizadores de la era Victoriana.

Los movimientos religiosos han sido con frecuencia precursores de una expansión en la obra educadora.

En esos siglos y en los siguientes solo una pequeña parte de los niños ingleses asistía a las escuelas. Enrique VI abrió en 1440 la famosa escuela de Eton y creo el “Colegio del Rey” en la Universidad de Cambridge. Los estatutos destinaban las escuelas a niños “pobres e indigentes y a un número limitado de “distinguidos e influyentes” que pagaban por la casa y la comida, pero no por las enseñanzas. Según decía Cranmer; “si el hijo de un caballero tiene aptitud intelectual admítasele; si no, ofrézcase la habitación al hijo inteligentes de un pobre”. El deán Colet, hijo de un comerciante londinense, predicaba sobre las Epístolas en la Catedral de San Pablo y en 1509 fundó la escuela de San Pablo, dirigida por Lily, para enseñar griego y latín y reavivar la tradición clásica. Las escuelas de Gramática, que eran de segunda enseñanza, preparaban para las profesiones y eran apreciadas por la nueva clase social de los grandes comerciantes.

La reina Isabel, como Colet, tuvo espíritu renacentista y simpatizaba con la educación nueva. Los niños de la época isabelina oyeron, unos en las mansiones señoriales, música exquisita; otros aprendieron oficios en las aldeas y las granjas y a todos alcanzo el florecimiento del drama y de la poesía lírica.

Los puritanos continuaron, por motivos religiosos, haciendo dotaciones para enseñanza. Esos innovadores y reformadores dieron vida a la idea de la educación de todo el pueblo. Comenio, decía: “en todo el reino se está discutiendo apasionadamente la reforma de las escuelas para que todos los niños reciben enseñanza y ninguno que desatendido”. Muchas familias optaban por enviar sus hijos al extranjero, acompañados de un preceptor, para que conocieran el mundo, aprendieran francés y recibieran, en centros adecuados, lecciones de historia, esgrima, baile y otras habilidades de sociedad. Para las clases pobres existían escuelas de beneficencia y escuelas privadas a cargo de maestras, o de los auxiliares de las parroquias, o de cualquier zapatero en sus ratos libres.

En 1916 Roberto Owen fundo una para niños desde la edad de 2 años. La ley de fábricas de 1802 impuso a las que tuvieran aprendices la obligación de darles enseñanzas de lectura, escritura y cuentas durante los primeros cuatro años. José Lancaster, hijo de una humilde familia de disidentes, fundo en 1808 una “sociedad de escuelas británicas y extranjeras” y abrió en Southwark una “real Escuela Libre”, no confesional. En 1811 al Dr. Andrew Bell y fundar la “Sociedad nacional para el fomento de la educación de los pobres según los principios de la Iglesia oficial”

La expulsión de las órdenes religiosas de Francia provoco entre los católicos ingleses adinerados la creación de escuelas tan conocidas.

En 1823 el Dr. Birkbecks fundación de “Institutos de mecánica”. Quintín Hogg, que empezó enseñando a leer a unos barrenderos bajo las arcadas de la terraza Adelphi y luego fundo, en 1864, una Escuela para vagabundos.

En 1826 se fundaron el University College de Londres y una escuela de segunda enseñanza ´para jóvenes que, por no pertenecer a la Iglesia anglicana, no eran admitidos en la universidad de Oxford

Durante todo el siglo XIX una legión de reformadores intervino en todas las ramas de la educación y dejaron especialmente huella en las escuelas que representaban las aspiraciones sociales de las clases medias.

La mencionada ley creo Juntas locales de primera enseñanza, facultándolas para hacer obligatoria la asistencia a las escuelas  de todos los niños entre cinco y diez años de edad. Había dos clases de escuelas: la sostenida por los municipios, en las que se mantenía una forma de neutralidad que solo permitía enseñanza religiosa de carácter no confesional; y las escuelas privadas, generalmente de la Iglesia anglicana, que recibían subvenciones del Estado.

Entre 1839 y 1899 se constituyeron varias Comisiones y se hicieron informaciones sobre el estado de la educación elemental, sobre enseñanza técnica, sobre las escuelas de las clases altas y sobre funciones de enseñanza. En 1899 se creó el Ministerio de Educación. Paso a paso, desde aquel año se ha alargado la vida escolar, se ha formado de una escala de enseñanzas y se ha introducido el servicio médico en las escuelas. En 1918, el notable Ministro Mr. Fisher emprendió importantes reformas y amplios hasta los 14 años la edad escolar obligatoria.

REFORMAS MODERNAS

La escuelas de párvulos en nuestro siglo XX, las escuelas elementales en el XIX, las escuelas de Gramática y las grandes public Schools de las clases altas, durante ocho siglos, las universidad antiguas, como Oxford y Cambridge y las modernas como Durham, todas tienen base común económica de donativos privados y un acicate religioso.

Pero en época reciente el Estado, las provincias y los municipios han tenido que tomar sobre si la carga de organizar  y sostener  y sostener un sistema nacional de educación.

Existen hoy escuelas de párvulos y escuelas primarias (junior schools) para niños entre 5 y 11 años y escuelas primarias superiores (senior schools) con nuevos planes de estudio, para niños mayores de 11. Estas últimas se multiplicaron antes de loa guerra, en la esperanza de elevar hasta los 15 años la edad de escolaridad obligatoria y sus edificios iban cambiando visiblemente el aspecto de ciudades y aldeas. Las escuelas de segunda enseñanza son en Inglaterra más numerosas y más abiertas que en Alemania. El desarrollo de varios tipos de escuelas para niños: las primarias superiores, las de segunda enseñanza, las de oficios  y las de primer grado técnico, hace ya necesario reglamentar toda la educación por cima de la elemental.

El mayor avance reciente se ha notado en la educación de las niñas y es lastima no tener espacio para describirlo. En ninguna esfera ha producido mayor efecto la “revolución social silenciosa”, a juzgar por el papel importante que las mujeres desempeñan en la vida civil, en la literatura, en el teatro y en las artes. Es el fruto de un grupo de mujeres que lucho con fe, en escuelas y universidades, contra la imitación servil de las de niños y de sus planes de estudios. Hasta la edad de 11 años y luego en las universidades desde los 18, la regla general es la coeducación; pero en la etapa intermedia niños y niñas suelen educarse aparte, aunque hay escuelas que prefieren reunirlos. Las de segunda enseñanza para niñas han alcanzado un nivel elevado y dan a la educación más variada y equilibrada que he visto en ningún país, aunque hay todavía que resolver ciertos problemas especiales de profesorado, planes de estudios y carreras ulteriores. Lo mismo que ocurre con los muchachos, la dificultad mayor es que para la gran mayoría de muchachas no hay un sistema organizado de educación después de los 14 años. Las que van a trabajar a las fábricas o a las tiendas o a las oficinas, necesitarían una educación complementaria continu8ada. Algunas asociaciones privadas como los “club de muchachas” y la “Asociación de jóvenes cristianas” tratan de remediar aquella deficiencia. Durante muchas las mujeres han tomado la delantera en educación física pero en los “Clubs” modernos ganaban importancia las artes y oficios, el teatro y la música. El influjo de las mujeres en la educación inglesa, desde la escuela de párvulos a la universidad.

Los maestros y maestras están agrupadas, por militares, en asociaciones impregnadas de orgullo profesional, pero con poca unidad.

Paralclamente se ha desarrollado la educación de adultos. muchos de los jefes, locales o nacionales, del movimiento obrero, han ganado horizonte y en tacto por haber asistido a los cursos de la Asociación o por haber residido en el Ruskin Collage de Oxford, destinado a la educación de adultos y sostenido por los gremios obreros y la sociedad cooperativa. Los dos colegios más recientes, con residencia para obreros, son el Harlech, fundado en Gales por el Dr. Thomas Jones (ahora secretario del Pilgrin Trust) y el Newbattle Abbcy fundado en Escocia por el difunto Lord Lothian. Hay otras organizacio0nes que dan enseñanzas para adultos, por ejemplo los “Institutos de mujeres” y la “Asociación de jóvenes cristianos”, las misiones de educación y la “Liga dramática británica”.

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