Educación Y Reprension

ENTRE LA EDUCACIÓN Y LA REPRESION

Histórica y para muchos, anónimamente, el gobierno, la iglesia y todos aquellos entes con poder económico y social siempre han estado presentes desde el momento en que se habló de la educación y la enseñanza, quizás para tratar de aportar, pero no algo bueno, sino por el contrario con la única intención de mantener una sociedad sometida, encarcelando no solo el cuerpo sino también el alma haciéndonos prisioneros, porque cuando se domina la mente se controla el cuerpo, se somete al pueblo y se sostiene el poder. Basta solo con dar de reojo un pequeño vistazo a la política de nuestro país, quienes están en el gobierno?, quienes toman las decisiones que afectan o benefician a nuestro pueblo?, quién se queda con las ganancias con la plata de quienes más la necesitan y la merecen?; la respuesta siempre ha sido la misma: aquellos que siempre han estado allí los que pueden acceder a una formación y a una enseñanza costosísima, jamás una persona de escasos recursos, nunca alguien que nació en cuna pobre. Aunque creamos ser libres no es así, el mundo y la historia no empezaron con nuestro nacimiento, tenemos que someternos a unas reglas, a unas condiciones, a unas cadenas invisibles que se han llevado de generación en generación. No tenemos el dinero o las influencias para capacitarnos y acceder a un gran cargo público; entonces pasamos a ser del montón de los que tienen que hacer el trabajo sucio por el peor salario, es así de sencillo.

Es parte de mi opinión pero debo tocar un poco el tema de la lectura y dar un vistazo a lo que es la educación, que es el tema que me ocupa y es por lo que me debo esforzar; la familia, la sociedad, el mundo están siendo educados para cubrir unas necesidades sociales, políticas y económicas dirigidos por el capitalismo existente desde el origen de los tiempos.

La enseñanza procura la formación e interiorización de una memoria moral sujeta a modelos de comportamiento y sistemas sociales, la escuela bajo el control y vigilancia del gobierno y de la iglesia, fabrica sujetos disponibles para las diferentes demandas que la sociedad presenta. A su vez, procura en su organización redes de control casi indestructibles de tres modos:

Primero, la disposición y delimitación espacial gracias a altos muros, rejas y alambres y una movilidad reducida al hacinamiento.

Segundo, la distribución de todo tipo de monitores de conducta, funcionarios, desde la entrada hasta el último recodo de cada pupitre; además de elaborados sistemas burocráticos administrativos, destinados a la delimitación de la legalidad y la redacción de códigos de conducta.

Por último, la escuela tradicional, como lugar para la corrección de vicios y deficiencias culturales, impone penalidades y son prácticamente nulos los intentos por la generación del saber.

Por un lado existe un mundo imaginario donde el maestro es sinónimo de autoridad, de poder, de libertad, un camino hacia la libertad, es como un héroe que guiará al nuevo individuo y permitirá que exista un mundo mejor sin prisiones ni cadenas; pero por el otro lado, en el mundo real y cruel, el maestro no es nada más que un residuo social, imposibilitado socio-económicamente, con incapacidades intelectuales y tareas infortunadas del azar. La labor del docente es una de las menos remuneradas tanto social como monetariamente, el gobierno y los dueños de los planteles olvidan que éste entrega lo mejor se sí mismo para ofrecer a la sociedad un individuo mejor, olvidan que es gracias a ellos que se puede hablar de un mundo equilibrado, que son ellos los que en muchos casos se convierten en los verdaderos padres y nos enseñan y aconsejan en los momentos más difíciles cuando hace falta los padres, cuando el religioso se vuelve inalcanzable y la justicia se preocupa principalmente por juzgar y no por instruir; desafortunadamente

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