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El Hispania Romana y AL-Ándalus


Enviado por   •  16 de Enero de 2016  •  Apuntes  •  1.323 Palabras (6 Páginas)  •  211 Visitas

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LA HISPANIA ROMANA Y LA MONARQUIA VISIGODA

        La conquista romana fue el proceso histórico de dominación y control militar del territorio de la Península Ibérica por parte de Roma. Dicho proceso se extendió del 218 a.C. al 19 a.C., logrando la total integración del territorio hispánico en el Imperio Romano.

        El origen de la presencia romana en la Península Ibérica se remonta a la 2ª Guerra Púnica (218-206 a.C.) Las guerras púnicas enfrentaron a Roma y Cartago por lograr la hegemonía en el Mar Mediterráneo Occidental, entre el 264 a.C. y el 146 a.C. La victoria romana facilitó su expansión por toda esta área geográfica

        Hispania, nombre dado por Roma a la Península Ibérica, fue convertida en provincia romana en el 206 a.C., siendo sometida a un período de conquista y romanización. La conquista fue progresiva:

  1. 218-197 a.C.: Este y Sur peninsular- en el 197 a.C., este territorio es dividido en Hispania Citerior e Hispania Ulterior
  2. 155-133 a.C.: Centro y Oeste peninsular. Guerras frecuentes, concretamente contra los lusitanos (Guerras Lusitanas) contra Viriato (vencido en el 139 a.C.) y contra los celtíberos (Guerras Celtibéricas) (derrotados en el 133 a.C.)
  3. 29-19ª.C.: Durante el siglo I a.C., hubo actividad militar en suelo militar, concretamente las guerras civiles entre César y Pompeyo. El sometimiento de la cornisa cantábrica se inicia a partir del 29a.C. (guerras cántabras), que acabó con el control efectivo de cántabros, astures y galaicos.

En el 27 a.C., Augusto dividió la Ulterior en Lusitania y Baetica, y  la Citerior pasó a denominarse Tarraconensis.

A principios del s.III se creó la Nova Citerior (Gallaecia), con capital en Bracara, separándose así de la Tarraconensis.

Diocleciano, creo dos provincias más: Cartaginensis (capital Cartago Nova) y Mauritania Tingitana (Norte de África). A finales del siglo IV, las Islas Baleares pasaron a ser provincia (Baleárica). Todo el conjunto formo la diócesis de Hispaniarum. Las provincias se dividían en “conventus iuridici”

En Castilla-La Mancha, los romanos conocerán la oposición de los pueblos celtibéricos, fundamentalmente lobetanos, olcades y carpetanos. Estas tierras conocieron los ataques del caudillo lusitiano Viriato a las oposiciones romanas en Toletum y Segóbriga. Su asesinato marcará la dispersión de sus fuerzas y el control de la submeseta su por parte de Roma

El proceso de asimilación de las estructuras culturales romanas (económicas, sociales, lingüísticas, religiosas, artísticas…) por parte de los pueblos conquistados, en este caso los de la P. Ibérica, lo denominamos Romanización. Esta no tuvo carácter uniforme y se produjo lentamente, a través de una serie de factores (Derecho Romano, uso de la misma moneda…) Dicho proceso tuvo numerosas consecuencias:

  • Político-administrativas: Organización de Hispania en provincias y organización administrativa compleja (Magistraturas, Consejo y Asamblea de Ciudadanos)
  • Desarrollo económico: Desde el punto de vista económico, Hispania aportaba productos agrícolas (cereales – trigo, vid y olivo), metales (oro, plata, plomo, estaño, hierro…)
  • Progresiva introducción del latín como lengua oficial
  • Religiosas: Sincretismo entre los dioses indígenas y romanos y entrada del Cristianismo en la Época Imperial. El Cristianismo cobra importancia a partir del S.III entre las altas capas de la sociedad, siendo los cristianos perseguidos por Diocleciano.

En el S.III se dieron persecuciones y se celebró el Concilio de Elvira en 305.

Toletum se convertirá en sede episcopal, celebrándose el I Concilio de Toledo en el año 400, donde se condenará la herejía de Prisciliano.

  • Artísticas: Arquitectura (obras públicas, estructura interior de las ciudades…), escultura (practicas funerarias…). Desde el punto de vista urbano se crearon nuevas ciudades y se potenciaron las que ya existían (Segóbriga, Corduba). En Castilla-La Mancha destacamos Toletum, Segóbriga o Ebora

La falta de cohesión de los pueblos ibéricos y la ausencia de una tradición solida permitieron unificar, el área hispana. Fue la concesión, en el 74 d.C., por parte de Vespasiano, del “ius latinus”. Este reconocimiento jurídico culminó con la concesión de la ciudadanía romana, en el 212, por Caracalla, extendiéndose dicha concesión a todos los súbditos del Imperio.

El legado romano pervive y se integra en nuestra civilización (lengua, reminiscencias jurídicas…). En el territorio actual de Castilla-La Mancha destacamos el Puente de Alcántara en Toledo, el conjunto de Segóbriga o restos en Toledo o Consuegra

El esplendor del I. Romano comenzó a truncarse a partir del S.III

  • Desde el punto de vista económico-social: Escasez de mano de obra esclava, encareciéndose y entrando en crisis las actividades productivas. Por otro lado, la invasión de los pueblos bárbaros llevo a una disminución de las relaciones comerciales, con el consiguiente despoblamiento de las ciudades e inicio un proceso de ruralización
  • Político-militares: Inestabilidad del poder imperial. El ejército se convirtió en verdadera autoridad y esta debilidad facilito la incursión de los pueblos bárbaros.

Los emperadores se vieron obligados a pactar con ellos (pueblos “bárbaros”) y cederles tierras. A finales del S.IV, el Imperio se dividió en dos imperios (Imperio Romano de Oriente e Imperio Romano de Occidente). La parte occidental sucumbió ante las acometidas de los pueblos germanos. Hispania fue ocupada por suevos, vándalos y alanos (409), así como los visigodos. Estos pueblos se hicieron con el control administrativo y generaron una elite socio-militar que dominaría a la población hispanorromana.

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