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El Pensamiento Moral De Eugeni Omaria De Hostos


Enviado por   •  1 de Noviembre de 2013  •  4.971 Palabras (20 Páginas)  •  302 Visitas

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. En qué consiste el argumento de esta obra narrativa?

Relata como Don Andrés era asediado por un extraño sueño que lo despertaba alarmado en las madrugadas. Escuchaba una voz que casi con exigencia le decía: ‘’ lleva el mensaje’’. El con la duda insistente de que a qué mensaje se refería la voz de aquel sueño que no le permitía conciliar el sueño perfecto, no podía descansar bien. Y un día uno de los habitantes de su pueblo le recordó que él estaba vivo gracias a un espejo y que no se guardara el mensaje. Después de escuchar estas palabras recordó aquel día con tanta angustia y una vez más se dijo que había sido salvado de ser enterrado gracias a Dios.

Don Andrés había caído en cuenta con lo que le había dicho Macabon uno de los habitantes de Las Gordas, y pensó que sería oportuno que el mundo supiera que deberían ponerle un espejo delante de la cara de los difuntos en los ataúdes, así de darían cuenta si están padeciendo de catalepsia como le paso a él y aun seguían con vida.

Su primera misión sería ir a Cielito un pueblo sumido por la calamidad y según se contaba el diablo había acabado con la paz y la armonía que existía en aquel pueblecito. Quien lo dirigió a esta misión tan escalofriante fue nada más y nada menos que Pipe el Camión, el cuentista y hablador del pueblo. Don Andrés si tardar más tiempo pensando, decidió ir a Cielito pero sin avisar a nadie, recordando las palabras de El Camión: muchas dudas te atacaran debes seguir firme y cumplir con tu cometido.

Finalmente comenzó su misión y ya instalado en aquel pueblo abandonado y misterioso logro descubrir y enfrentar muchas cosas como son la muerte, el hambre, la soledad, etc. Con la ayuda del único que permanecía en este pueblo tan solitario aparte de la muerte claro, era Jonás el loco, quien antes de este cumplir con su misión de durara 40 días y 40 noches murió dejando solo a Don Andrés.

El pueblo ya resignado a que Don Andrés había muerto por haber encontrado un cuerpo sin vida y deteriorado el cual correspondía a Jonás el loco. Ya velado y listo para enterrar, la gente lo lloraba y lo despedía con gran tristeza. Y para ese entonces un pastor se trazo la idea de ir a aquel pueblo a evangelizarlo y sacarlo de aquel pozo de supersticioso donde estaban hundidos; su nombre era Noé Brito. Antes de que esto llegara a suceder apareció Don Andrés victorioso y orgulloso de haber logrado parte de su misión y dejándoles saber a todos de forma especial a Noé Brito que él estaba vivo, echando a este del pueblo.

Don Andrés siguió su misión como se lo había prometido, sus primeros seguidores fueron María la enfermera y Pipe el Camion después

se sumaron los demás, quienes se negaban a esta idea de llevar dicho mensaje Fueron por diferentes puntos del país logrando que el mensaje sea recibido con eficacia por aquellos que se prestaban a escuchar y poner atención a Don Andrés. Y ya con este logro regresaron a casa todos y reunidos algunos se dispusieron a hacerles preguntas a Don Andres y concluyeron con decimas como era de costumbre.

Pensamiento moral de moral Eugenio Maria de Hostos

.4 Tratado de moral

De toda la producción filosófica de Hostos la que mayor atención llama y reclama es su Tratado de moral. No existe duda que es a esa área del saber humano a la que el filósofo puertorriqueño dedica principal empeño. Es a esa área del saber humano a la que los latinoamericanos le deben prestar mayor atención, puesto que Hostos estaba muy consciente de la importancia de la moral en el proceso regenerador de las noveles naciones de la América nuestra y en ello pone todo su esfuerzo intelectual. Tan es así que Hostos lo reconoce como obsesión y lo aplica a su propia vida. Sobre el particular, ha expresado la estudiosa chilena Gabriela Mora que:

En Hostos, el moralista se revela en una manifestación característica de su modo de ser…

La persecución de un elevado ideal forma un solo concepto con el cumplimiento de lo que Hostos considera sus deberes. Más de una vez el escritor nos dice que el ideal de su vida ha sido hacer todo lo que él concebía como deber, y con la misma frecuencia expresa que su deber es “hacer todo el bien posible sin la menor mezcla de mal. (Hostos intimista, 31)

Rufino Blanco-Fombona piensa de igual manera cuando sostiene que “su mejor enseñanza la dio viviendo una vida pura, austera, de deposición, de sabiduría, de bondad, de utilidad, de amor” (“Hostos”, 103)

En otro lugar he señalado que Hostos es un pensador esencialmente moralista (véase mi Hostos y su filosofía moral) y Francisco Larroyo cuando se refiere al filósofo moralizador latinoamericano, en su libro La filosofía americana, su razón y su sin razón de ser, señala que “Hostos lo representa de lúcida manera” porque en su obra “se patentiza su vocación de moralista” (101-102). De esta manera, Hostos se coloca en un lugar previligiado en el contexto del discurrir filosófico-moral latinoamericano junto a personalidades como Félix Varela, Miguel Antonio Caro, Andrés Bello, Francisco Bilbao y Enrique José Varona por solo mencionar algunos de los que más se ocuparon de este hacer filosófico.

Hacer filosófico, que junto a la educación, es de vital importancia en la toma de conciencia de la realidad social latinoamericana cuando han concluido las luchas por la independencia. Una vez la América nuestra ha logrado su emancipación se enfrenta a un proceso de descolonización y organización político y social. Durante ese proceso, sobre todo el de organización (1853-1885), los latinoamericanos comprenden que si bien se habían librado de las cadenas políticas y económicas que los sujetaban a Europa, todavía era necesario liberarse de sus ideas, según el decir del chileno Francisco Bilbao. Es en ese preciso momento cuando surge el pensamiento filosófico-moral latinoamericano cuya intención será la regeneración social y política de nuestros pueblos. Consciente de esa realidad, la importancia que Hostos le otorga a la moral en el plano personal la traslada a su labor educadora y política a través de todo el continente. En su ensayo “El problema de Cuba”, sostiene que “Del Nuevo Continente sólo eran dignos los seres humanos que buscaran en él un medio nuevo para un nuevo mundo moral e intelectual” (OC, IX, 205). Con el Tratado de moral aspira a contribuir con ese propósito. Con claras influencias principalmente del krausismo y del positivismo, y en menor grado de Kant, Fichte, Hegel y Séneca, Hostos aborda la filosofía moral con admirable maestría.

Esta

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