PENSAMIENTO DE LA VIEJA MORAL SEXUAL
arthur250113 de Junio de 2013
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DESACRALIZACIÓN DE LA VIEJA MORAL SEXUAL
En el presente ensayo, se pretende brindar información acerca de un tema socialmente controvertido y relevante. Se busca, además, establecer una posición de pensamiento con respecto al mismo.
Se exponen temas como las acepciones básicas que giran en torno a la sexualidad, la manera en la que la vieja moral sexual ha abordado este tema y los principios que ha establecido y como en la actualidad la nueva moral sexual responsable busca imponer nuevas perspectivas y regímenes en base a la ética sexual y los derechos sexuales de la persona.
La sexualidad, entendida como un aspecto primordial y esencial del ser humano, presente desde la concepción hasta la muerte, comporta uno de los aspectos más antiguos e importantes del ser humano, inherente a su naturaleza desde que el hombre se constituyó como tal. La sexualidad no es igual a sexo. De hecho, la sexualidad es multidimensional, abarcando las relaciones sexuales o coitales, el erotismo, el sexo biológico, la identidad de género, el rol de género asumido, la orientación sexual y la reproducción.
La vieja moral sexual establece un conjunto de normas tradicionalistas que determinan la expresión sexual de los jóvenes limitando la actividad sexual al solo propósito de procreación y más no a la búsqueda de satisfacción personal y de pareja. Estas normas se han visto transgredidas por generaciones haciendo de su carácter inquisitivo algo que ya no se toma en cuenta en la actualidad, lo cual ha impulsado las recientes propuestas de la nueva moral sexual responsable en torno al uso y expresión de la sexualidad.
En base a lo expuesto se plantean preguntas como si ¿Deberían seguir rigiendo los principios de la vieja moral sexual? Respecto a ello se comentarán las premisas que establecen la ética sexual y la Declaración de los Derechos Sexuales y Reproductivos para regular el comportamiento sexual sin limitarlo, en lo que se conoce como la nueva moral sexual responsable. Por otro lado se plantean las preguntas de si ¿Los principios de la nueva moral sexual transgreden los ideales de la religión y corrompen el espíritu del hombre? Y si ¿Fundamentan y apoyan el libertinaje?
Acepciones en torno a la sexualidad
Sexualidad:
Sobre la definición de la sexualidad, la OMS nos informa:
El término “sexualidad” se refiere a una dimensión fundamental del hecho de ser un ser humano: Basada en el sexo, incluye al género, las identidades de sexo y género, la orientación sexual, el erotismo, la vinculación afectiva y el amor, y la reproducción. Se experimenta o se expresa en forma de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, actividades, prácticas, roles y relaciones. La sexualidad es el resultado de la interacción de factores biológicos, psicológicos, socioeconómicos, culturales, éticos y religiosos o espirituales.
Salud sexual y reproductiva:
De acuerdo a la OMS (2000), el concepto de salud sexual se refiere al proceso permanente de conseguir y mantener el bienestar físico, psicológico y sociocultural en torno a la sexualidad.
La salud reproductiva es un estado general de bienestar físico, mental y social, y no de mera ausencia de enfermedades o dolencias, entraña la capacidad de disfrutar de una vida sexual satisfactoria y sin riesgos y de procrear y la libertad para decidir hacerlo o no hacerlo, cuando y con qué frecuencia (ONU, 1994, p. 32).
Homosexualidad:
Álvarez-Gayou (como se cita en Lozano, 2009, p.156) define a la homosexualidad como “la preferencia que tiene una persona para relacionarse con personas de su mismo género”, entendiéndose “preferencia” como una inclinación natural, no necesariamente voluntaria, de análisis, selección y decisión, con una clara tendencia hacia personas con preferencias similares.
Masturbación:
Según la RAE la masturbación se conceptualiza como la estimulación de los órganos genitales o de zonas erógenas con la mano o por otro medio para proporcionar goce sexual.
Virginidad:
La definición de virginidad según Rampolla (2006) refiere a aquella persona que nunca ha sostenido relaciones sexuales.
La sexualidad es el poder máximo que conocieron los primeros hombres, los sapiens sapiens, pues era este el poder que utilizaban para procrear y así difundir la vida. Este concepto explica la iconografía del paleolítico en torno a la sexualidad y la adoración a la genitalidad expresada en laVenus de Willendorf y Brassempouy. El accionar del hombre, en su condición natural, como lo menciona Rousseau, ha sido guiado por sus instintos, la satisfacción de necesidades ha tenido una causa plenamente biológica, incluida la satisfacción de necesidades sexuales. Sin embargo, con el pasar del tiempo, la adquisición y desarrollo de aspectos emocionales y afectivos ha provisto a la sexualidad humana de un sentido que no solo gira en torno a la procreación y satisfacción de necesidades biológicas primarias si no en torno a los afectos de pareja, el acto de complacer necesidades que trascienden a lo biológico, la expresión del amor y la búsqueda de placer.
A medida que la historia refleja el desarrollo del hombre, se observan cambios en su forma de pensar, sentir y actuar. La expresión de ideas y sentimientos cobran un giro interesante. En lo que concierne a la sexualidad los antropólogos mencionan una clara distinción entre el animal y el hombre al establecerse la primera normal cultural en la que este último abolió el incesto como vía de reproducción, distinguiéndose dos importante etapas que son la monogamia natural y la monogamia orientada a asegurar el patrimonio cultural; sin embargo, la historia nos revela que el incesto, era un acto permitido en la cultura egipcia, así mismo, la homosexualidad resaltaba en un plano académico en la cultura griega.
Como lo menciona Vera-Gamboa (1998) con la llegada del judaísmo se dan interacciones interesantes ante la sexualidad. En el Antiguo Testamento, se señalan las normas reguladoras de la conducta sexual de la época, las cuales reafirman la prohibición del incesto y la descendencia como la finalidad última del matrimonio.
Durante la Edad Media, la Iglesia logra consolidar su poder de modo tal que la teología se equiparaba a la ley civil, por otro lado se observa un crecimiento de los problemas sexuales, de tal manera que la Iglesia busca reafirmarsu autoridad y la de sus leyes refrendando el matrimonio monógamo y la declaración de los instintos sexuales como algo demoníaco originándose así la Santa Inquisición. Además de estas acciones Agustín de Hipona exalta la castidad como una virtud moral, un consejo evangélico y una pieza clave de la administración eclesiástica dentro de la Iglesia católico romana.
Choza (2006) menciona que la vinculación entre placer sexual y pecado empieza a tener vigencia a partir del siglo II, en buena medida por los influjos gnósicos y maniqueos, en cuyos planteamientos lo corpóreo y lo material es malo y principio del mal, mientras que lo intelectual y lo espiritual es bueno y comienzo del bien. Además de ello durante esta época, el placer sexual masculino es valorado exageradamente pues contribuye significativamente en la procreación; sin embargo no sucede lo mismo con las mujeres, las cuales ven restringido ese derecho.
Probablemente las primeras manifestaciones de las ideas que plantea la vieja moral sexual nacen en la Edad Media, como lo relatado anteriormente, cuando la Iglesia busca controlar la sociedad e imponerse como una de las instituciones más influyentes de la historia de la humanidad. Sin embargo, la explicación de este accionar no subyace motivos teológicos de fe, sino más bien involucra intereses administrativos y de poder. Choza (2006) al respecto manifiesta que la moral sexual más estricta y abarcante empieza a hacerse valer en la modernidad, pero en el Medievo ni la Iglesia ni los estados tienen todavía una estructura administrativa tan fuerte como para generar un poder coercitivo y un control social con la intensidad de la Edad Moderna. Había que elaborar científicamente la concepción del sexo, de la castidad y del pecado sexual, y había que expresar esas valoraciones en términos práctico- administrativos, y eso precisaba una ciencia teológica universalmente aceptada y una administración eclesiástica de vigencia también universal, todo lo cual requería mucho trabajo y, obviamente, mucho tiempo.
Según Pérez (2003)la historia del pensamiento de la Iglesia respecto de la sexualidad, a lo largo de dos mil años, ha pasado todo tipo de vicisitudes y estuvo sometida a influencias paganas y a científicas que deformaron completamente su talante cristiano. Allí están los influjos nada evangélicos del estoicismo, que solo justificaba el placer sexual cuando se ordenaba la procreación, del dualismo platónico, que llevó a ver el cuerpo como cárcel del alma y del neoplatonismo, todos ellos fruto de una época pre científica y de posiciones personales de posteriores teólogos y moralistas eclesiales que tuvieron mucho peso respecto a estructurar una doctrina sobre la sexualidad.
La vieja moral sexual comprende un conjunto de normas tradicionalistas y arcaicas impuestas por la Iglesia, que se orientan a regir rigurosamente el comportamiento sexual de los jóvenes. La propuesta de este lineamiento es el de utilizar la sexualidad con el único fin de procrear, condenando así conductas como la masturbación u onanismo, las relaciones pre-matrimoniales, la homosexualidad, etc.
Debido a múltiples factores propios del desarrollo
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