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El distanciamiento de la institución eclesiástica y el cristianismo a partir del nuevo escenario europeo (XIV-XVII)


Enviado por   •  2 de Mayo de 2017  •  Ensayos  •  1.353 Palabras (6 Páginas)  •  170 Visitas

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Alrededor del siglo XV, se comienzan a percibir una serie de cambios geográficos, políticos, económicos y sociales que transforman gradualmente el escenario europeo. La población comienza a recuperarse luego de desastrosas pérdidas demográficas, se comienza a centralizar el poder político en torno a los monarcas y los reinos, en detrimento de los señores feudales, surgen nuevos centros urbanos y también nuevos movimientos culturales; el renacimiento y el humanismo. En líneas generales estas son algunas de las transformaciones más evidentes de la época, que afectan a toda la sociedad europea y particularmente a un actor de gran influencia: la Iglesia. Durante este periodo, entre los siglo XIV y XVI, la religión cristiana estuvo sujeta a varias modificaciones, en gran parte producto de los cambios vividos en Europa, ya que su influencia era tal que estaba inserta en todos los ámbitos de la sociedad. A partir de esta situación, se va produciendo un paulatino alejamiento entre la religión cristiana y sus líderes y la doctrina que estos definían. Por medio de este ensayo se puede dar a entender, a grandes rasgos, como la institución eclesiástica fue abordando los nuevos escenarios geopolítico, cultural y social, al tiempo que se iba resquebrajando la unión entre la organización de la Iglesia y la religión cristiana, proceso que se ve consolidado con la Reforma.

Durante la Edad Media, el cristianismo se posicionó como la religión principal de Europa, adquiriendo la Iglesia un carácter universal que abarcaba gran parte del continente. Sin embargo, a partir del siglo XIV la Iglesia, entendida como institución, comenzó a separarse del cristianismo, en tanto religión arraigada a la población, respondiendo a intereses políticos y económicos. “Entre los siglos XIV y XVII deberemos observar, haciendo hincapié en ello, las diversas formas de compenetración entre religión y política, entre iglesias y estados” (1) La paulatina consolidación de las monarquías y reinos italianos, disminuyó el poder eclesiástico, de manera que la Iglesia debía entrar en el terreno político-económico para reafirmar su posición. Frente a este nuevo escenario geopolítico de centralización del poder, los líderes eclesiásticos, buscaron la manera de mantener su poder, el cual estaba amenazado por el incipiente poder de los monarcas, a través de herramientas políticas y económicas, que respondían muchas veces a intereses individuales. Maquiavelo evidencia esta idea en su capítulo sobre los principados eclesiásticos, en el cual señala que a partir de la situación decadente y de falta de poder de la Iglesia, el papa Alejandro VI, por medio del dinero y las armas, logra que la Iglesia se reposicione como un actor poderoso dentro de Europa, a pesar de ser este un efecto secundario de su principal propósito: engrandecer al duque Valentino (2). A partir de este relato, se puede ver como las cabezas de la Iglesia comienzan a enredarse en entramados políticos, conspiraciones y luchas de poder que servían a sus propios intereses, buscando mantener su posición, produciéndose un aumento de la brecha entre el cristianismo colectivo y los líderes de este que tenían la vista fija en asuntos que poco se relacionaban con la religión.

En el plano cultural, el surgimiento del humanismo de la mano de un renacimiento de la cultura clásica, también generó un escenario nuevo en Europa y un impacto no menor para la Iglesia cristiana. “El dogma encerrado por la Iglesia Católica en las reglas más rígidas, había resistido como una roca, a las fierezas del huracán y la sumisión ciega había sido, por decirlo así, el signo característico de la Edad Media” (3) Empero, con la emergencia de estos nuevos movimientos, surgen nuevas formas de conocimiento alternativas a la escolástica medieval y un interés mayor por la naturaleza del hombre, inspirado en la herencia clásica antigua, que comienza a manifestarse en distintos ámbitos de la sociedad y la cultura. “Sin embargo, y por muy profundo que fuese el resurgir de la Antigüedad, éste no se llevó a cabo para sustituir el cristianismo” (4) Es más, el humanismo y el cristianismo coexistían y se complementaban, siendo precursores de este movimiento muchos miembros del clero. No obstante, se puede realizar nuevamente una separación; esta vez entre la religión cristiana y su dogma definido por la Iglesia, siendo este último el que si se ve coartado por el humanismo. El nuevo pensamiento humanista se valía de un conocimiento autónomo,

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